REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Y quien es mi prójimo

…"Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?"… (Lc 10, 29)
domingo, 1 de septiembre de 2019
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Cuando se duda del prójimo viene a la mente infinidad de interrogantes la mayoría de ellas confusas e insidiosas, otras, siendo pocas luchan en definir con claridad la duda recelosa que sugiriendo la insidia pregunta: ¿Y quién es mi prójimo? Acudimos a San Máximo, célebre por su doctrina y celo por la verdad católica que desde el siglo VI instruye a los tiempos; …"Sin caridad, todo es vanidad de vanidades"… La caridad es la virtud que está por encima de los actos y obras humanas, por ser sobrenatural amamos a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios; en ello está manifestado que el amor debido a Dios posee una característica propia de reconocimiento al Padre amoroso razón por el cual lo amamos sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios.

Ahora bien, en relación a la pregunta ¿Y quién es mi prójimo? Todos los seres humanos hemos sido creados por Dios, Padre de todos quien sin esquivar a ninguno con precisión deposita los bienes de salvación para que aplicándolos a la forma de vida cada quien a voluntad responda a su conciencia la que poniendo atención indicará a obrar bien y evitar el mal en todo el tiempo que la persona permanezca en este mundo de prueba permanente camino a la verdadera vida, en él será luchar y vencer para obtener la gloria eterna, por lo tanto, somos hermanos e hijos de Dios e hijos en Cristo por su redención, quedando comprendido que no sólo existen hermanos carnales sino los espirituales y refiriéndose a los seres humanos creados por Dios a imagen y semejanza suya dispone el mandato divino para comprensión y entendimiento, reza el primero; …"Y amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza"… el segundo; …"Amarás a tu prójimo como a ti mismo"… ¿Entonces cuál será el proceder entre hermanos? El mismo que Cristo Nuestro Señor ha enseñado que viene directamente del benevolente y generoso, comprensivo y tolerante deseo del Padre Eterno su compasión y misericordia y la desprendida ayuda entregada a sus hijos, la realidad de los bienes que recibe cada persona vienen de Dios son múltiples y en exceso, para no ir lejos surge la interrogante a nuestra conciencia; ¿aunque sea uno solo de los mencionados bienes recibidos de Dios se ha convertido en realidad para el hermano de quien Cristo Nuestro Señor nos enseñó en su peregrinación por el mundo es mi prójimo? ¿He mostrado que el amor mutuo lo he sabido llevar como distintivo de cristiano católico con el prójimo? ¿He hecho mías las alegrías y tristezas del prójimo? La inmensa mayoría de personas voltea su cara a otro lado a pesar de que la conciencia reclama no guardar silencio, pero sí reclama surja la caridad en el corazón soberbio y maligno induce apartarse del que necesita ayuda en sus agobios, ayudarlo es un acto de caridad que abonara a la salvación del alma, reconozcamos que la soberbia maligna impide hacerlo.

Dios como Padre legisló, amarse unos a otros como Él nos ha amado, ama y amará, ¿entonces por qué se le desobedece? ¿Por qué los escrúpulos al desvalido, al caído, al miserable, al confundido, al abatido por sus problemas, sean morales o personales, económicos o familiares, enfermedad o pérdida de un ser querido, al verlo caído en esa desgracia causa satisfacción? ¿Por qué se deja que el egoísmo oblige abandonarlo a su suerte? ¿Por qué ser indiferente con el que sufre dolor por sus problemas lo apartamos como polvo que ensucia? ¿Por qué al escuchar su problema dejamos que el corazón mueva al desinterés de ayudarle, llegado el momento se finge con falsas esperanzas? ¿Por qué el corazón hace ver al prójimo como aquel ególatra narcisista dijo: …véanlo como un apestado…? Cuando con el enfermo o el agónico, la caridad inclina hacer algo por él en sus últimos momentos de vida, nos detenemos disimulando no conocer su situación dejándole solitario en su pena, siendo posible que una palabra de ánimo al hermano en Cristo le aliente y anime a ubicar su realidad, pero la arrogancia movida por la soberbia maligna, muestra que el mandato divino: amarás al prójimo, es ilógico y contradictorio en la inmensa mayoría de personas que así mismas lo han desaparecido y apagado en su corazón.
El Señor reunido con sus discípulos antes de entregarse a sus enemigos les reveló y extendió a la humanidad de todos los siglos el sentimiento sublime de los últimos latidos de su corazón que se manifiestan en la promesa del Espíritu Santo y dando a conocer su propia paz por eso es importante su palabra con que inicia su discurso; …"No se turbe vuestro corazón: creed en Dios, creed también en Mí"… Pide acrecentar siempre la fe en Dios y Él, a que esta aumente fortaleciendo alma y corazón, creer y aceptar el cristiano católico que rezar con devoción es elevar su oración como Cristo Nuestro Señor lo enseñó a la posteridad de los tiempos cuando se dirige a su Amado Padre, ¿Por qué esta referencia del Evangelio? Cristo Nuestro Señor conoce el interior de las conciencias y lo profundo del alma, ¡comprendamos! Dios ve de cada acto bueno o malo que se realiza los hechos sanguinarios y sacrílegos, violentos y perversos, todo lo ve pero no interviene, cumple su potestad dejando que las almas obren de acuerdo a su conocimiento del bien y del mal, obren por reflexión y elección según su gusto y voluntad, conoce de la inclinación en las personas su gusto del mundo; de los pocos conoce la verdadera vida espiritual hacia Él, conoce que muchas personas actúan como el fariseo de la parábola para que la gente los vea hacer el teatro de su falsa fe.

Al expone su propia paz, Cristo Nuestro Señor entrega un dardo de su misericordioso amor a las almas hiriendo los malos sentimientos, aliviando el dolor y la pena su misericordiosa intervención, magnánimo por excelencia dijo; …"El que no me ama no guardará mis palabras; y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió" …Palabras que en las almas de fe es la atracción anhelada del corazón, su conciencia aviva el amor a Dios tomando su Santo Evangelio como punto de inspiración de la vida diaria, pero el que escucha y no entiende se asemeja al sacerdote del sanedrín o al levita que ven y escuchan el dolor, ambos disimulados no quieren ver ni oír, debe reaccionarse ante el peligro al que se enfrenta esa ceguera, Dios pide que lo amemos, y en Él veamos al prójimo, el mundo hace lo contrario, ofende y escarnece, sin valorar que al hacerlo en el prójimo se hace a Dios, agravando su alma cuando lo hace de palabra, obra y pensamiento, sea guardada la ofensa en la memoria, entendimiento y voluntad, todo el Señor lo ve.

|Regresando a San Máximo confesor cuya enseñanza siempre actual predica a cada siglo; …"El que no ama al prójimo (ese) no guarda su mandamiento.

Y el que no guarda su mandamiento no puede amar a Dios"…Por lo tanto tampoco puede amar al prójimo, porque su egoísmo es una aspereza adherida al corazón que hace imposible amar al prójimo como el mismo se ama, el Señor pide: ..."Amarle como a nosotros mismos"… El amor a Dios y al prójimo es un distintivo y un atributo, un emblema que se representa en sí mismo y que no necesita publicar o hacer ostentación de él, la fe del cristiano católico está sustentada en Cristo Nuestro Señor excita y alimenta ese amor para Él y se desplaza al prójimo.


Nuestro Señor Jesucristo condujo el corazón de sus discípulos a reflexionar la distinción de recibir la revelación de Dios Padre al escuchar del Señor su doctrina y mandamientos, ver los prodigiosos milagros en su verdadero sentido, no en el del mundo, dijo; …"Y volviéndose hacia sus discípulos en particular dijo: ¡Felices los ojos que ven lo que vosotros veis! Os aseguro: muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron"…En primer término leer estas palabras del Señor es motivo de agradecimiento recibir sus bienes, gracias y dones sin tener derecho a ello, por lo que es empeñarse en la vida diaria ser merecedores de ver, palpar en el corazón y vivir en el alma la obra del Altísimo; el Señor a sus discípulos dirige su palabra y a la humanidad que pasa por el mundo, en los suyos para acrecentar la fe, en nosotros a que vemos y entendamos con realidad ese momento y al leer el gozo de su Cátedra, trabajar en ser dignos de este reconocimiento.


Todo empieza con un ataque ostentoso y afrentoso del sanedrín utilizando a uno de sus enviados para hacer contradecir en su divinidad el Hijo de Dios; …"Se levantó entonces un doctor de la Ley, para enredarlo le dijo: Maestro, ¿qué he de hacer para lograr la herencia de la vida eterna?"… El Señor ve en este doctor la oportunidad de que se arrepienta y crea, y lo mismo sea en quienes vienen con él, pregunta lo que bien conocía sobre cómo ganar la bienaventuranza eterna.

Haciéndose como el alumno que desconoce lo que bien conoce para probar a su profesor obra equivocado, muchos en el mundo quieren corregir su vida sabiendo como hacerlo, pero se hacen los desentendidos que no pueden y no saben.

El doctor de la ley intenta obligar al Señor a responder su pregunta cosa que no logró y terminó por ser él quien contestara; …"Respondióle: (Jesús) En la Ley, ¿qué está escrito? ¿Cómo lees?"…Debió sentir un impulso interior que no le permitió retractarse en contestar que lo llevó a dar la respuesta que él mismo buscaba; …"Y él replicó diciendo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo"… ¿Qué dijo este hombre? Vuelve al mandamiento que todo judío conoce, mismo que repetían dos veces al día y los doctores lo llevaban en su filacteria (portafolios).

Es a no dudar que al recitar la respuesta el doctor se conmovió en sus entrañas y agradó el contenido, quizá conoció en ese instante el valor espiritual que no había pensado, al terminar espera este doctor algo trascendente de Jesucristo Nuestro Señor; …"Díjole (Jesús): Has respondido justamente.

Haz esto y vivirás"…Recibe el mandato divino que quizá aceptó en su interior de momento con humildad, pero la reacción de este hombre no era posible hacer lo que su corazón siente, la soberbia maligna lo reanima y recobra su agresividad, de nada valió su respuesta y va contra el Señor tratando de rehacerse, reza el evangelio; …"Pero él, queriéndose justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?"…Creen sin sentido los escribas, fariseos, doctores y sacerdotes del templo motivados por la soberbia maligna es poco para ellos el reconocimiento del prójimo.
Toma la palabra Nuestro Señor y expone la parábola del buen samaritano, misma que se incluye en el Evangelio de la misericordia San Lucas; …"Jesús respondió diciendo: Un hombre, bajando de Jerusalén a Jericó, vino a dar entre salteadores, los cuales, después de haberlo despojado y cubierto de heridas, se fueron, dejándolo medio muerto"…Por la inseguridad que priva en el mundo esta parábola es motivo a ser analizada, el hombre va por el desierto, sufre el calor sofocante, va camino de Jerusalén a Jericó, lugar que los ladrones tenían por su alejamiento de la gente un campo libre para sus robos y asaltos causando las consecuencias de aquellos asesinatos o sin motivo herir de muerte, golpear, y despojar de sus bienes, nuestro hombre un israelita queda desnudo y herido bajo un sol abrazador, no puede moverse y vive una deshidratación por falta de agua está punto de morir.

Ante este hecho, el Señor nos presenta la actitud de tres clases de personas ante aquel hombre. San Agustín ilustra un punto de meditación y dice; …"Cayó, pues, en poder de los ladrones, esto es, del diablo y sus ángeles, que por la desobediencia del primer hombre despojaron al género humano del ornato de la inocencia; y le hirieron, incapacitándolo para el buen uso del libre albedrío.

Por esto sigue: Los cuales le despojaron, y después de haberle herido se fueron. Le hicieron una llaga, induciéndole al pecado; y a nosotros más, porque el pecado que hemos contraído añadimos muchos pecados"…
…"Casualmente, un sacerdote iba bajando por ese camino; lo vio y pasó de largo"…Este "sacerdote"que por causa de su vida y su oficio personificaba todo sentimiento de piedad al caído más por ser de su propio pueblo, lo ignoró disimuladamente y continuó su camino, no sorprenda esta actitud, hoy en pleno siglo XXI la persona que cae en la calle, que es golpeada, asaltada, herida y todo lo que conocemos, los que pasan a su lado se hacen los que no ven o se acobardan, ¡sí!; no quieren saber nada, ¡sí!; dicen en su interior, haya él, ¡sí!; a mi que me importa, ¡sí!, esto y mucho más vive la persona cuando alguien tirado en el suelo se le juzga borracho, malviviente, justificándose para nada hacer, en verdad el Señor manifiesta a la humanidad su conducta; …"Un levita llegó asimismo delante de ese sitio, lo vio y pasó de largo"…ministro del altar sigue el ejemplo del sacerdote mayor en jerarquía se excusa: si el sacerdote no se detuvo yo menos, lo vería de pasadita; ambos personajes inclementes al prójimo se contradicen de representar la ley y el de los profetas.
…"Pero un samaritano, que iba de viaje, llegó a donde estaba, lo vio y se compadeció de él"… El samaritano reconocido como enemigo irreconciliable del judío uno y otro lo eran, el Señor quiere ocultarse en el samaritano representado en esta parábola, es de imaginar que al ver al hombre herido se acerca y lejos estaba en él abandonar al agonizante en las condiciones en que se encuentra aunque fuera judío porque Jesucristo Nuestro Señor es el custodio del mundo enfermo, ¿qué necesitamos hacer para imitar al Señor en su compasión? Las cosas cambian cuando nosotros necesitamos de su compasión, desesperados pedimos una y otra vez sin fe, hasta con exigencia, olvidando lo que fuimos con nuestro prójimo, es cuando vivimos el dolor del desprecio y el abandono que nos agobia, pero no pedimos perdón, cuando que nada cuesta y es meritorio, dice San Agustín; …"tomar sobre sí la pena, no la culpa, y borrando la pena y la culpa"…
…"y acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; luego poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo condujo a una posada y cuidó de él.

Al día siguiente, sacando dos denarios los dio al posadero y le dijo: Ten cuidado de él, todo lo que gastares de más, yo te lo reembolsaré a mi vuelta"…Caridad sin vanidades, la caridad es desprendida, haciendo el bien sin mirar a quien; la caridad es incomprensible en este mundo materialista; la caridad es consecuencia de la fe que las sociedades paganas no comprenden, ¿Es posible ser caritativo? ¡Sí con el prójimo! No con uno mismo eso no es caridad es egolatría, vanidad y perversión; la caridad es el acto de agrado a Dios porque encierra en el vendaje de las heridas, el freno y el castigo al pecador; el aceite, consuelo y esperanza; el vino, la recomendación a obrar apasionado en el Señor.

…"¿Cuál de estos tres te parece haber sido el prójimo? Respondió: El que se apiadó de él. Y Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo"… El Señor se llama así mismo nuestro prójimo, dando respuesta a nuestra pregunta del principio sobre el obrar del cristiano católico en bien del prójimo dice San Ambrosio; …"Te complaces en habitar en los rectos y sencillos de corazón"…
hefelira@yahoo.com

 

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