REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Jesús eleva a la dignidad del matrimonio

…” Jesús también fue invitado a estas bodas, como así mismo sus discípulos “… (Jn 2, 3)
domingo, 20 de enero de 2019
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Dijo Jesucristo Nuestro Señor a los fariseos que le asediaban en todos los lugares que predica su divina palabra, en está ocasión como en otras en su paso por el mundo se disponen tentar al Hijo Dios esperando lograr se contradiga así mismo en su divinidad lo interrogan; …” ¿Es permitido al hombre repudiar a su mujer por cualquier cosa? El respondió y dijo: ¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, varón y mujer los hizo? Y dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne” … Encajonados los fariseos entre la palabra de Dios y la pared de sus necedades, no tuvieron nada que responder, quien calla otorga, su silencio trasciende los siglos en todos aquellos que mal interpretan la enseñanza de Cristo Nuestro Señor, cuya enseñanza prefieren ignorarla para prostituir su matrimonio, por eso, cuando lo promulgo estableció la columna que sostiene la indisolubilidad del sacramento del matrimonio que los fariseos dan una razón sin razón y sin valor adoptan su acostumbrada apariencia hipócrita de desconocimiento en lo que están bien enterados habla su acostumbrada falsedad; …”Cualquier causa “…¿Qué están diciendo en estas palabras? …Si la mujer ya no te interesa ¡déjala! es como tirar unos zapatos que ya no gustan y compra otros, prostituyendo lo dispuesto por Dios esa… “causa” … la que apaga sacrílegamente el matrimonio y enciende la maldad humana que habla a gritos; … “sigue por ahí, no tiene caso que estés encadenado” “haces bien si la o lo repudias” “¡déjale! ha de andar por otro lado engañándote” “¿Por qué vas a tolerar las necedades de una persona que no te comprende, ni reconoce lo que vales?” …Exaltando la egolatría y la vanidad viene el repudio por el hombre como por la mujer, ambos en ese repudio cierran mutuamente la puerta de salida tomando la falsa que surge en el hombre por la actitud ostentosa; … “¡Quiero el divorcio!” …Y de parte de la mujer la definición novelesca; …” Exijo el divorcio” …Cada quien se justifica según con la óptica con que mira las cosas del conyugue ufanándose y pavoneándose con “razones y causas” a su conveniencia cuando hablan de ello presentan “su problema” para llamar la atención como si fuera verdad lo que argumentan, en realidad se le busca tres pies al gato sabiendo que tiene cuatro, cada vez mas cerrados en la obsesión del divorcio no se razona, sino que cegados en la idea de la separación total nada hay que detenga esos impulsos, perdiéndose el orden familiar vienen los desfiguros en que se exhiben los esposos, a los que nada frena a detenerse en reflexionar que Jesucristo Nuestro Señor Hijo de Dios legislo el sacramento del matrimonio y que al realizar sus Bodas matrimoniales estuvo presente espiritualmente cuando el Sacerdote expreso a viva voz, lejos de comprender que es Cristo Nuestro Señor quien habla por el Sacerdote la legislación matrimonial dispuesta por el Creador para la humanidad en su venida la mundo; …” ¡Pues bien! ¡Lo que Dios juntó, el hombre no lo separe! “…Como vivimos tiempos “modernos” la incredulidad ha hecho que la humanidad se aleje de Dios su Creador, ronda su vida en el paganismo de las cosas del mundo, se actúa como cuando se toma una gran piedra, a la que llamamos soberbia maligna, que al lanzarla contra el vidrio lo hace añicos, así lo han venido haciendo los matrimonios en este siglo rompiendo y deshilando el lazo matrimonial, asemejándose a la presa que para no reventarse se abren las compuertas destinados a a regular el agua excedente cuando la presa llega arriba de su nivel normal para desalojar millones de litros de agua y disminuir la presión, con esa premura los conyugues rompen el vínculo matrimonial; … ¡Me voy! ¡vete, se terminó todo! …Así quebrantan los esposos el sacramento al que voluntariamente se comprometieron por amor mutuo sostener en los buenos como en los malos momentos.
Jesucristo Nuestro Señor eleva la dignidad sacramental el matrimonio y le consagra dando su bendición a cada matrimonio; se repite, es Dios mismo quien obra, apreciemos el valor que Dios da al Sacramento del matrimonio al que Jesús no agrega ninguna palabra de su parte a lo mencionado en el Génesis porque en él está expuesto el amor de Dios cuando dijo; …”Por eso abandonará el varón a su padre y su madre y se unirá con su mujer, formando ambos, una sola carne “ …En ello apreciemos que para sostenerse en este mandato, dio el sacramento del matrimonio a los conyugues, pero a la primera oleada de incomprensión, uno y otro dice; …”esto no es lo que esperaba de ella o él y ella dice me engaño con tanto acicalamiento, nunca me enseño sus mañas” … Es cierto, uno y otro hicieron lo mismo, pero eso queda atrás, lo que vale es que fueron al altar y ante el Sagrario donde está Cristo Nuestro Señor, ahí se les hizo conscientemente tres preguntas; …"¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad, sin que nada ni nadie los presione? Y contestaron ¡Sí! ¿Están dispuestos a amarse y honrarse mutuamente en su matrimonio durante toda su vida? Y contestaron ¡Sí! ¿Están dispuestos a recibir con amor y responsabilidad los hijos que Dios les dé y a educarlos según la Ley de Cristo y de su Iglesia? "… Y contestaron ¡Sí! Los novios se dieron la mano derecha y el novio dice; …” Yo N. te acepto a ti N como mi esposa y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida (La mujer hizo las mismas preguntas que el hombre contesto) “… Con estas preguntas y respuestas y la palabra del Sacerdote quedó para siempre establecido y conformado la unión del matrimonio cristiano católico que se ha celebrado, y las respuestas que libremente cada cónyuge pronunció sin ser coaccionado por otras personas, se respondio afirmativamente, quedando presente para siempre en el matrimonio cristiano católico que la palabra divorcio no existe quedando atrás la unión libre y el amasiato.

Al terminar la ceremonia el Sacerdote que recibió el consentimiento afirmativo de ambos conyugues dice: …” Que el Señor confirme este consentimiento que han manifestado ante Nuestra Santa Madre Iglesia cumpla en ustedes su bendición; …” Lo que Dios acaba de unir, no lo separé el hombre “ … Por lo que es entendido fue libre y voluntario todo, eso que se dice; ”Todo lo hice de corazón en ese momento porque creí en él o ella acepte formar el matrimonio” Esto no es válido ante Dios, lo que es válido es lo que hoy son, no se debe dar valides al yo no sabía ni lo conocía, y si las cosas no fueron como imaginaron, es necesario la adaptación de uno al otro con el debido respeto, pues dijo el Sacerdote, para tiempos buenos y malos, o sea que no todo es dulce, hay también momentos agrios que habrán de superarse.

Cuando el matrimonio cristiano católico afronta las cosas propias del mismo, por la fe en Dios Nuestro Señor se arregla, es primordial conservar el matrimonio porque bendijo el sacramento que une legítimamente al hombre y la mujer, y Él ayudará, también es estar convencido cada conyugue que siempre habrá de poner su grano de arena a mantener, conservar y preservar la gracia para vivir juntos, unidos en el entendimiento y comprensión aprendiendo tomando ejemplo del matrimonio mas santo que ha existido: el de San José con la Santísima Virgen.


La fe lleva a la comprensión de que la presencia del Señor esta al oír su palabra en muchos de su tiempo, como hoy pocos descubren en su lectura o predicación la luz de la verdad eterna que cuando se lee y escucha con fe va inundando según la gracia obtenida de los bienes del alma, fruto de la oración y obras de caridad al prójimo, va atrayendo al corazón el verdadero amor a Cristo Nuestro Señor y acepta que con su sola presencia consagro el templo de Jerusalén, igual fue la presencia del Señor en todos los lugares donde peregrino en su venida al mundo y todos quedaron consagrados por Él por eso es Tierra Santa, por eso lo que vamos a conocer en la Bodas de Caná, que su presencia las consagro, y con ello el Sacramento del matrimonio, no hubo de su parte la necesidad de predicar o impartir una enseñanza a los ahí reunidos, el prodigioso milagro que de su infinita voluntad obro es la Catedra, es la confirmación y porque no decir la legislación que nos hace ver el gozo del cielo cuando se realiza cada Boda cristiana católica, porque en ella se cumple el deseo divino; …”Lo que Dios a unido no lo separé el hombre “…Al celebrar las nupcias en Nuestra Santa Madre Iglesia también se celebran en el cielo con gozo el cumplimiento del sacramento del matrimonial que se ha fincando en las virtudes fe, esperanza y caridad donde Dios dispone entregar bienes gracias y dones que da a los conyugues como regalo de bodas: conceder al hombre una pequeña porción de su autoridad para dirigir y gobernar la familia, a la mujer entrega una porción de su creatividad en la procreación de los hijos, ambos se unirán; …”Como una sola carne “ …por el sentimiento del amor.


Es motivo de gozo y fiesta en el cielo, en la tierra también con el acto social en que la intención del cristiano católico hará que en ella prive la presencia de Dios, deleitándose en la pureza del corazón los conyugues, del gozo celestial reconocer que en valorar el gozo que se vive nos quedamos cortos, lo importante está en que la formación de la familia tiene su principio en el sacramento del matrimonio que Dios bendice, no se necesita ver al Señor impartir la bendición, por eso está el Sacerdote que a su nombre lo hace, y de parte de los conyugues cristianos católicos, creer y aceptar como enseña el Credo que se reza en la celebración de cada misa; …”Creo en Dios Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles “…Entonces la fe ilustra a la verdad eterna, Dios siempre en todo acto de cada persona está presente, cuando se obra el sacramento del matrimonio el Sacerdote imparte la bendición a los conyugues y creemos; es Dios que por su intermedio concede su bendición, ahora bien, si la intención es mala y contraria a su mandamiento, el Señor a nuestro se duele por la ofensa de ver que con malos actos el pecador se aleja de su misericordia.
Ahondando en la razón por el que Jesucristo que es Dios instauro el sacramento del matrimonio es considerar el bien que después de la creación del hombre y la mujer, ha sido unirlos en la familia, para que en ella se forme con ambos padres y los hijos nacidos de una esposa legitima y verdadera, lo que San Pablo el Apóstol de los Gentiles ilustra; …” La mujer aprenda en silencio, con toda sumisión.

Enseñar no se le permitió a la mujer para que domine al marido, sino permanecer en silencio]. [ La mujer se salvará engendrando hijos, si con modestia permanece en la fe, amor y santidad “... A la enseñanza de Nuestra Santa Madre Iglesia se levanta la hinchazón de la rebeldía y la soberbia maligna de este siglo: ´´ ¡Yo no! ´… Por lo que esta engañadora decisión se invita a escuchar y meditar las palabras de Jesús; …” Quien tenga oídos escuche “…Palabra de Dios.

Por otra parte, habrá de comprenderse, los hijos al venir al mundo unen a sus padres, y estos habrán de esforzarse en su educación y el cuidado de instruirlos en la piedad, pondrán el ejemplo para que él o los hijos perseveren en la fe y en sus enseñanzas hasta que ellos al tiempo formen su matrimonio, como ha sido especificado por Dios; …” Por esto dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a la mujer “… El rechazo a no tener hijos so pretexto de una programación porque ahora “no es el momento” “no es el tiempo” o la contra concepción artificial y la negación que en muchos matrimonios se da con el falso argumento querer disfrutar su vida escuchamos la intención: placer de disfrutar viajes, fiestas, veladas, asistir a espectáculos o cualquier otro evento que sea complacencia, parranda o voluptuosidad, ello de ninguna manera atrae la bendición de Dios porque se vive en pecado grave, la vocación de la mujer es la maternidad y para complementar la excelencia divina del matrimonio, San Pablo se dirige al esposo; …”Así también los varones deben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo.

El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie jamás tuvo odio a su propia carne, sino que la sustenta y regala, como Cristo a su Iglesia “… Entonces, como la mujer es su propia carne, dice el Apóstol; …” Los dos serán una carne “…
Nuestro Señor Jesucristo arriba con sus discípulos invitados a una Bodas, donde es posible que su Madre estaría desde antes ayudando a los esposos en las cosas propias de una celebración matrimonial; …” Al tercer día hubo unas bodas en Caná de Galilea y esta allí la madre de Jesús.

Jesús también fue invitado a estas bodas, como asimismo sus discípulos” …Cimienta San Agustín la razón de la asistencia del Señor; …” ¿Por qué ha de extrañar que asista el Señor a unas Bodas si ha venido a este mundo a desposarse?” … Por lo que habremos de comprender, cada paso que Cristo Nuestro Señor dio por el mundo estaba por Dios dispuesto antes de los siglos, así de que no tuvo el mínimo momento de relajamiento en sus obras.

Al llegar el Señor sería presentado o si lo conocían los ya esposos le saludaron con solemnidad y agradecidos de estar con ellos, Nuestra Madre gozosa de verse reunida con su Hijo, en ese momento en los comensales se debió sentirse un momento de paz y tranquilidad, Jesús con su presencia ha santificado las Bodas.
Surge lo inesperado…” Y llegando a faltar vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.

Jesús le dijo: ¿Qué (nos va en esto) a Mí y a ti mujer? Mi hora no ha venido todavía “…Pareciera que el Señor no obraría lo que nuestra Madre solicito, mas no fue así; …” Su madre dijo a los sirvientes: Cualquier cosa que Él os diga, hacedla “…Y los sirvientes obedecen a la palabra de María y Jesús amoroso Hijo procede al deseo de su madre; …” Había allí seis tinajas de piedra para las purificaciones de los judíos, que contenían cada una o tres metretas.

Jesús les dijo: llenada las tinajas de agua. Entonces Jesús les dijo: Ahora sacad y llevad al maestresala; y le llevaron “… Es de imaginar lo que sintió el siervo, pues habían echado agua, y para él lleva a gua, pensó me castigará cuando lo pruebe; …” Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, cuya procedencia ignoraba-aunque la conocían los sirvientes que había sacado el agua- llamó al novio.

Y le dijo: Todo el mundo sirve primero el buen vino, y después, cuando han bebido bien, el menos bueno; pero tú has conservado el buen vino hasta este momento.

Tal fue el comienzo que dio Jesús a sus milagros, en Caná de Galilea; y manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él “… En ello queda entendido con el milagro prodigioso: Jesús eleva la dignidad del matrimonio.
hefelira@yahoo.com

 

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