Alíber López

Optica Política

Optíca Política

Antier al empezar a escribir como de costumbre, de 15:00 o 16:00 horas, supusimos que a causa de las lluvias, no se atendería por parte de los maestros, la convocatoria lanzada por algunos líderes inconformes con la Reforma Educativa, pero nos equivocamos.

La convocatoria siguió vigente y por la tarde del pasado miércoles, marcharon alrededor de 400 maestros desde “Plaza Fiesta” hasta la Plaza Principal y ahí, frente a la Presidencia Municipal, se desarrolló un mitin donde las voces de líderes sindicales y oficiales se expresaron, pronunciándose contra lo que aprecian como una Reforma Laboral y Administrativa que conculca algunos derechos y propicia actos punitivos de parte de las autoridades oficiales, neutraliza la acción sindical, y coloca a los maestros en forma individual en la defensa de sus derechos ante la SEP (Secretaria de Educación Pública).

Los maestros expresan su inconformidad con la tolerancia del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) en lo nacional ante las Reformas a los Artículos Constitucionales 3º.

y 73º., que dan lugar a las nuevas leyes, la LGSPD ( Ley General del Servicio Profesional Docente), la LGE (Ley General de Educación), la Ley que crea el INEE (Instituto Nacional de Evaluación Educativa) y las facultades que la SEP le otorga.

Se oponen a la evaluación en si, por la sencilla razón de que las autoridades no consensaron con los maestros. De hecho la inconformidad social magisterial existe, se ha mantenido y se ha incrementado, porque desde el Secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor, otras instancias de gobierno y los medios de comunicación, han culpado sistemáticamente al maestro del fracaso educativo.

El Gobierno actual impuso una “Reforma Educativa” sin el respaldo de los maestros y sin el Vo.Bo.

del SNTE, que hasta el 25 de febrero de 2013, se opuso a un término que aparecía en el anteproyecto de ley: “permanencia”, expresión que el Presidente no quiso quitar.

Metió a la cárcel a Elba Esther Gordillo Morales, hecho que nos recordó lo que en otro tiempo, para legitimarse, realizó Carlos Salinas de Gortari, amenazando a Carlos Jongitud Barrios con meterlo a la cárcel si no renunciaba, por lo que Jongitud renunció a su liderazgo nacional; tal acción propicio que Elba Esther se convirtiera, desde 1989, en lideresa del magisterio.

Por su poder alcanzado en tiempos de Salinas y Zedillo y en los dos sexenios panistas, al parecer Elba Esther no le midió “el agua a los camotes” y sobreestimó sus poderes ante el poder presidencial que iniciaba su gestión.