Alíber López
Optica Política
Hay sin embargo en lo nacional, la necesidad de alcanzar otros respiros.
Indignó a la sociedad la humillación que presuntamente maestros de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), en Chiapas, le hicieran a algunos supervisores y directores de escuela en aquella región, según difusión en noticieros de Televisa, donde Joaquín López Dóriga todavía es protagonista y acompañado por Denisse Marker, además de diversas notas en la prensa de antier.
Ayer, el mismo Presidente de la República, tal vez por otras informaciones, puso en duda la certeza de que sean maestros de la CNTE los que trasquilaron y humillaron a directivos de escuelas, dizque porque apoyaban la Reforma.
La CNTE se deslinda de tal responsabilidad y exige que se aclare quienes fueron los responsables (Televisa tiene la filmación).
De hecho se ha aclarado que los maestros trasquilados, están contra la Reforma Educativa. Sin embargo acá por Matamoros, existen ciudadanos que se indignan contra los presuntos maestros trasquiladores, porque creen todo lo que difunde la televisión y las “vacas sagradas del periodismo”, como López Dógica, Adela Micha o Loret de Mola; a veces da miedo ser maestro, porque últimamente se le ha vilipendiado tanto por los medios, que si defiende uno la posición de los maestros de cuidar su trabajo y estar contra una reforma laboral que le resta derechos, lo pueden hasta linchar.
Lo más lamentable es lo que hace el líder nacional del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) Juan Díaz de la Torre, quien mediante oficio hecho circular el 1 de junio, califica a la CNTE como denostadora de los maestros de Chiapas y violentadores de los trabajadores de la educación, cuando no ha dicho ni media palabra cuando el gobierno ha reprimido y atentado contra la vida de los maestros.
Pero una nota de ayer (2 junio 2016) en el Periódico Excelsior, lo explica todo.
La nota dice que la LGSPD (Ley General del Servicio Profesional Docente) establece que ningún trabajador de la Educación, en funciones de dirigente sindical, debe percibir salario alguno y resulta que Díaz de la Torre, un año después de aprobada la LGSPD, estaba recibiendo un salario de más de 56 mil pesos mensuales.
Tal hecho lo ubica como palero del Gobierno y no como líder de maestros.
Pero no sólo los maestros necesitan un respiro y que el Gobierno dialogue con ellos sobre, qué hacer con una “reforma educativa” que se acordó, sin tomarlos en cuenta.
Los trabajadores en lo general, necesitan que los aumentos salariales que año con año se acuerden, superen realmente los índices de inflación, y que alcancen para adquirir más bienes alimenticios y servicios.
Se requiere un respiro que solo puede ser otorgado, si se disminuyen los índices de ganancias de los medianos y grandes empresarios.
El hecho de que los trabajadores de México se encontraran con un ingreso sensiblemente decoroso, a costa de una sensible reducción de las ganancias de una minoría de empresarios nacionales y extranjeros, daría un respiro también al mercado interno que se reactivaría de inmediato, pues aumentaría sensiblemente la demanda de bienes de consumo diverso.
Un respiro al desempleo, pues las pequeñas, medianas y grandes empresas, al aumentar la demanda de bienes, ocuparían gente que ayudara en la producción.
En fin, un golpe seco al neoliberalismo, sería un respiro para todos, incluso los beneficiarios de este sistema socioeconómico que día a día nos arrastra hacia un estallido social de catastróficas consecuencias.