Cecilia Rosillo
La Tarea
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Los hay para todos los gustos, todas las situaciones o todas las necesidades. Lo importante es saber escoger el que más conviene.
Tan importante es dentro de la relación sexual la lubricación, que el mismo cuerpo está diseñado para producirla; sin embargo, las prácticas sexuales se han sofisticado a tal grado que muchas veces es necesaria una ayudadita extra para evitar la sequedad y disfrutar más tiempo del sexo.
Tanto en la mujer como en el hombre el lubricante es necesario para la penetración coital, anal y las prácticas de sexo oral, ya que la fricción de piel a piel seca, además de dolorosas, pueden causar lesiones y desgarramientos.
La función del lubricante natural es permitir la penetración del pene en la vagina, para lo cual el pene expulsa un poco de líquido preseminal durante su erección y la vagina “suda” para estar ambos lo suficientemente húmedos e impedir que la piel seca no resbale.
Sin embargo, hay muchos factores que pueden hacer escasa o nula la lubricación e interferir en conseguir una penetración placentera; simplemente la sequedad vaginal puede deberse a causas entre las que están desde la falta de excitación hasta el consumo de ciertos medicamentos o bien, la fase del ciclo menstrual en que está la mujer.
En las relaciones homosexuales, la poca lubricación que ofrece el pene no es suficiente como para tener una penetración anal sin dolor.
De tal modo, la industria de los cosméticos se dio a la tarea de crear lubricantes para cada personalidad, tipo de práctica sexual y hasta tipo de piel.
Hoy en día, desde farmacias hasta tiendas de artículos sexuales especializadas tienen gran variedad de lubricantes para escoger; el chiste, como siempre, es saber comprar.
Entre las opciones que ofrece el mercado están dos variantes generales, los lubricantes hechos a base de agua y los que son a base de aceite. Los primeros son incompatibles con los juegos sexuales en el agua dado que se disuelven en ella.
Tarea Kamasutra
El kamasutra ofrece desde su versión original hasta las más modernas. La posición de la flor de loto, quizá porque proviene de una cultura meditativa, esta posición es una de las favoritas para alcanzar la realización personal a través del sexo.
Para hacerla es indispensable que el varón sepa y pueda hacer la posición de flor de loto original y estar cómodamente sentado así.
Una vez colocado, la mujer se sienta a horcajadas sobre su compañero y se coloca de manera tal que pueda ser penetrada.
En esta forma, él dirige los movimientos y lleva parte del ritmo ya que ella puede controlar un tanto la profundidad de la penetración.
Con esta postura hay más de una opción para disfrutar del sexo, una es dejar que el varón lleve todo el control, otro es dejar que ella marque el ritmo y una más, que las prácticas de sexo tántrico sugieren, es que ambos compartan el control ya sea por turnos o bien, al mismo tiempo.
Esta es una postura que permite un contacto total con la pareja, ya que se acompaña del abrazo.
EL UNIVERSAL
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