Cecilia Rosillo

La Tarea

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Citas rápidas para el amor

viernes, 25 de abril de 2014
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EL UNIVERSAL

Entre los recursos existentes para encontrar pareja están las citas rápidas que han llegado hasta las pantallas de televisión con tal de emparejar gente.


En la era de la rapidez, hasta el amor y el romance se han colado. Para muchas personas el “trámite del cortejo”, esperar y conquistar es algo para lo que ya no tienen tiempo, pero no por ello están dispuestos a renunciar a encontrar un compañero o compañera de vida.


En la década de los 90, nació el término speed dating de la creatividad de un rabino americano, que tuvo la idea de organizar veladas de encuentros entre solteros judíos que no se conocían para favorecer las uniones intracomunitarias.


En la versión actual, el speed dating se trata de encuentros donde los asistentes tienen un tiempo de siete minutos, pues según los expertos es el tiempo que le toma a una persona saber si el otro puede gustarle o no, y esos minutos se aprovechan para seducir y ser seducidos por la persona que se sienta enfrente.


DE LA MISMA RODADA
De hecho, se trata de reuniones donde las personas son de edades más o menos similares y todos los candidatos son evaluados por todos, es decir, si hay 10 mujeres habrá igual número de hombres sentados de frente; terminados los siete minutos avanzaran a la siguiente persona y, al final, de los 10 candidatos se elige a quien haya tenido mejor impresión.


Para asistir a una de estas reuniones por lo general hay que conocer a los organizadores que realicen los encuentros que, en la mayoría de los casos, se ubican en internet; por ello, hay que tener cuidado de checar bien los sitios que ofrecen éstos servicios para no caer con estafadores.


VARIEDAD EN PRECIOS
En la mayoría de los países donde el speed dating es común, como Estados Unidos y España, el costo varía de acuerdo con quien lo organice, el nivel de personas a conocer y la calidad del lugar para realizar el encuentro que, por lo regular, es un café o restaurante.


Antes del encuentro, los organizadores consideran que las personas sean de niveles socioculturales similares, edades y nivel socioeconómico.
El día del encuentro se sientan por parejas de frente en una mesa para dos, inician un acercamiento de seducción rápido, se conversa un poco y se hacen preguntas básicas, así cada siete minutos hay que pasar a la siguiente mesa.


Está totalmente prohibido darse datos personales, tampoco se pueden decir si existe la intención de volver a verse. Es al final de la velada que todos los participantes entregan sus fichas llenas al organizador con las “calificaciones” de cada persona y de las personas a las que cada participante desea volver a ver.


El anfitrión los pone en contacto si ambos participantes están de acuerdo.
Algunas personas toman como una ventaja que el speed dating es la manera más rápida de conocer solteros con similares inquietudes, además del reto de seducir en pocos minutos.


INCONVENIENTES
Sin embargo, como en todo, también hay inconvenientes debido a que por la rapidez del encuentro se saben cosas superficiales del otro y podemos caer con personas que sólo quieren aumentar la lista de sus conquistas, además de que la selección final depende de una tercera persona.

Y así como uno puede no elegir a alguien, puede que nadie nos elija a nosotros causando un malestar para el ego o la autoestima.
Hoy en día, el speed dating sigue vigente pero ha tomado otras formas como El wine-dating, curso de enología entre solteros en el que casi sin querer se conoce a otras personas entre elixires de amor; igual pasa con el cook-dating donde se aprende a cocinar, y en la televisión está de moda el programa NEXT, un reality basado en una forma despiadada del speed dating.


Tarea Kamasutra
Una postura tradicional que El kamasutra nos ofrece es la posición de la silla, que no por sencilla es menos erótica.


Para hacerla, el hombre se sienta en una silla y la mujer se coloca encima de él, pero dándole la espalda.
En esta forma, él hace la penetración, aunque es ella la que impone la profundidad y el ritmo.


En la postura de la silla, es la mujer quien controla el movimiento, levantándose y sentándose durante todo el acto.
Mientras tanto, él puede estimular el clítoris de su pareja, y ella puede acariciarse el torso.


EL UNIVERSAL

 

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