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Protege tu universo bacteriano

En el cuerpo humano habitan incalculables células bacterianas, casi siempre beneficiosas.
domingo, 12 de julio de 2020
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Agencia/Reforma
En el cuerpo humano habitan incalculables células bacterianas, casi siempre beneficiosas. Se encuentran principalmente en el intestino, pero también en la piel, mucosas y pulmones; a este conjunto de especies microscópicas se le llama microbiota.

La microbioma, por otra parte, es un término más amplio que hace referencia al conjunto de esas comunidades microbianas, pero incluyendo sus genes y metabolitos, así como las condiciones ambientales que les rodean.

El microbiólogo Silvio Favoreto destacó la importancia de mantener un balance en estas comunidades de bacterias para desdoblar correctamente
los alimentos y poder digerirlos fácilmente, así como abastecerse de micronutientes.

"Existen cerca de 100 trillones de organismos viviendo conjuntamente en cada cuerpo humano, entre bacterias, virus y hongos.

Estas especies, cuando conviven armoniosamente, tienen una labor muy importante en un correcto funcionamiento", explica Favoreto.

En torno al 70 por ciento de estas bacterias se encuentran en el intestino -la mayor comunidad de microbios que habita en un humano- por
lo que el óptimo funcionamiento del tracto gastrointestinal es reflejo de una microbiota sana.

"Un equilibrio entre los diferentes microrganismos de esta comunidad se manifiesta en una buena salud, ya que muchas de las vitaminas que
necesitamos vienen de bacterias que viven en nuestro interior", describe el profesor de Cuesta College, California.

A cuidar el balance

Para mantener un balance en el microbioma, el experto destaca la ingesta de una dieta saludable.

Sin embargo, hay factores como los antibióticos no prescritos, el estrés, el sedentarismo y aspectos genéticos que podrían alterarlo.

"Los sustitutos de azúcar, los antibióticos que no sean prescritos por enfermedad y los químicos en las comidas procesadas desbalancean la
cadena de microbios y pueden cambiar el balance del microbioma", advierte el investigador.

La nutrióloga María Eugenia Torres agrega que la denominada dieta occidental, marcada por el consumo excesivo de carnes rojas, alimentos
procesados, grasas saturadas, azúcares refinados y muy poca ingesta de fibra, ha contribuido a desbalancear la microbiota intestinal de muchos
mexicanos.

En contraste, su investigación con la dieta mediterránea, en la que predomina el alto contenido de fibra -que es el principal alimento para
las bacterias- pocas carnes rojas, con una cantidad moderada de lácteos, frutas, verduras y frutos secos, ha arrojado buenos resultados en la
salud intestinal de sus pacientes.

"Una persona con una microbiota sana se caracteriza de un tracto gastrointestinal íntegro. En ese sentido las fibras solubles (pulpa) e insolubles (en las cáscara) son muy importantes para su desarrollo, al igual que los alimentos altos en inulina (achicoria, ajo, espárragos, entre otros)", describe Torres, quien tiene maestría en nutrición clínica y es doctorante en Ciencias de la Nutrición Transnacional.

Un desequilibro en las bacterias intestinales puede generar disbiosis intestinal, que a su vez puede afectar el correcto funcionamiento de
pulmones, cerebro, tejido adiposo, enfermedades sistémicas, entre otras, explica la nutricionista.

Crece su estudio
Desde el siglo 17 la medicina tradicional china comenzó a estudiar los beneficios de consumir ciertos alimentos bacterianos para el cuerpo.

Sin embargo no fue hasta el siglo 20 que el bacteriólogo francés Louis Pasteur se interesó por las bacterias patógenas, y uno de sus
discípulos, Elie Metchnikov, estudió las propiedades de las bacterias presentes en los intestinos y escribió la primera evidencia de de los
beneficios de consumir fermentos lácticos como el yogur en la flora intestinal.

"Desde hace dos décadas los avances de la tecnología han permitido el desarrollo de técnicas de estudio de ADN que nos permiten comprender o empezar a comprender cómo esas comunidades de microbios funcionan", dice Favoreto.

Una prueba PCR (Reacción en cadena de la polimerasa) puede funcionar para descubrir qué tipos de bacterias hay en ciertas personas.

Sin embargo estos resultados no serían contundentes, ya que cada individuo tiene una microbiota propia y no existe un modelo óptimo.

Alimenta tus bacterias

- Frutas
- Verduras (con cáscara)
- Frutos secos
- Yogur
- Granos enteros
- Pescado, pollo y huevos

NO
- Edulcorantes
- Alimentos procesados
- Grasas saturadas
- Carnes rojas en exceso
- Azúcar refinada
- Carbohidratos simples

 

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