Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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De mal en peor

jueves, 14 de julio de 2016
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El PRI sigue de mal en peor. La designación, que no elección, de Enrique Ochoa Reza, al frente del Comité Ejecutivo Nacional, (CEN), en vez de emocionar, parece haber desalentado a la militancia.
Se supondría, porque así debería ser, que los priistas tendrían que andar felices, motivados, inspirados con su nuevo líder, pero no. Andan peor que como andaban la noche del cinco de junio.
Quienes decidieron por el ex director de la Comisión Federal de Electricidad, se olvidaron de las máximas respecto a las características que debe tener un líder: carisma, respeto, empatía, y sobre todo, en este caso, respaldo de la militancia.
Nada de eso se le aprecia a Ochoa Reza.
Bajo esas circunstancias, pareciera que en vez de querer sacar al PRI del fondo del barranco en que se encuentra, lo quieren hundir más.
De hecho, el nuevo jerarca PRI tiene más votos negativos que positivos.

Influye en el hecho su historial en el partido, en el que figura una renuncia temporal cuando intentó convertirse en Consejero Electoral, lo cual muchos no le perdonan.
Bajo esas circunstancias, como le decía, el PRI va de mal en peor.

En vez de remediar la crisis interna que lo agobia parece haberla complicado más.
Tanto que comienzan a darse visos de rebelión por la imposición de su nuevo dirigente.
Rebelión que incluso repercutiría en el mismo Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, de quien evidentemente vino la propuesta de Ochoa Reza.
Dos parecen ser las inminentes consecuencias de la designación de nuevo líder tricolor: o hay reversa en la designación, o elección, o el PRI se resquebraja más.
Por lo pronto, en Tamaulipas pareciera que a los priistas la llegada de Ochoa Reza les pasó de noche.

No hay las acostumbradas expresiones de los sectores vitoreando mediáticamente a su nuevo líder, aunque sea con un discurso hipócrita.
De ese tamaño la situación interna en el otrora partidazo.
EL RESTO.
POR CIERTO, definido, para bien o para mal, el nuevo líder nacional del PRI, seguramente el camino queda allanado para que el PRI local haga lo mismo.
Queda claro, sin embargo, que aunque son muchos los que se promocionan para encabezar los destinos del partido, son contadísimos los que realmente podrían tener posibilidades de revivirlo.
Y todavía está peor la situación, porque esos pocos que tendrían los méritos y capacidades para asumir la tarea, carecen del respaldo de quienes toman las decisiones.
Sólo le doy un ejemplo: el diputado local, Heriberto Ruiz Tijerina, sería el candidato natural al cargo, pero difícilmente lo dejarán llegar.
Como quiera que sea, la renovación de la dirigencia estatal está muy cerca.
ASI ANDAN LAS COSAS.
roger_rogelio@hotmail.com

 

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