Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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jueves, 9 de junio de 2016
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Este 7 de Junio se celebró la Libertad de Expresión. En razón de éllo, el Gobernador, Egidio Torre Cantú, se dio unos minutos para reunirse con los periodistas victorenses.


Vale aclarar, sin embargo, que la Libertad de Expresión no es un derecho propio o único de los periodistas. Se justifica la precisión porque muchos comunicadores y un amplio sector de la sociedad así lo creén.


En realidad, se trata de un derecho humano que nos pertenece a todas las personas. No importa raza, profesión o credo.
Esta libertad implica que todos los seres humanos tienen derecho a expresarse sin ser hostigados debido a lo que opinan.

Esto supone que, con la libertad de expresión, no se puede impedir que una persona se exprese. Obviamente que el ejercicio de ese derecho tiene sus límites, como por ejemplo que no incite a la violencia o el delito, o bien que no dañe a terceros.


Partiendo de ahí vale preguntarnos: ¿es ejercitable hoy en día la libertad de expresión?
Desde luego que se ejerce. Es más, creo que nunca como ahora ese derecho tiene vigencia.

Incluso, no es exageración decir que existe un exceso en el ejercicio de ese derecho.
Las redes sociales, sin duda, han sido el instrumento que nos han facilitado el poder expresar o decir lo que se nos viene en gana sin el riesgo de enfrentar alguna consecuencia.


Hoy a través del Facebook, twitter, Instagram o cualquier otra red social, usted puede comunicar o transmitir lo que quiera. Incluso, si está de mal humor o simplemente se le antoja, usted puede insultar al Presidente de la República, al Gobernador, a su alcalde, o a cualquiér otro político.

Nadie ni nada se le impedirá.
Por eso le digo que las redes sociales son la mejor herramienta para ejercer ese Derecho a la Libertad de Expresión.


¿Es bueno ésto? Creo que si lo es. Resulta innegable que muchas veces abusamos de esa libertad de expresar lo que queremos porque terminamos dañando a terceros, pero si hacemos un ejercicio de ponderación sin duda es preferible ésto último que limitar o coartar esa libertad fundamental.


Lo único que nos falta como sociedad es encauzar para bien ese derecho. Es decír, no abusar de ese derecho y en vez de ello utilizarlo para coadyuvar en la construcción de una mejor sociedad.


Debemos valorar en su magnitud esa libertad para que luego no nos suceda lo que con la seguridad pública, que cuando lo teníamos no lo valorábamos y hoy ansiamos su recuperación.
Dicho de otro modo, disfrutemos esa libertad de poder decir lo que queramos, pero hagámoslo con responsabilidad.


El RESTO.


HACIA DENTRO del Poder Legislativo, la pregunta recurrente es: ¿Quién será el Presidente de la próxima legislatura que inicia funciones el uno de octubre?
La respuesta parecería obvia: Jesús María Moreno Ibarra, “El Chuma”.

Entre los diputados panistas que llegaran al Congreso no se ve quien le pueda hacer sombra.

ASI ANDAN LAS COSAS.

 

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