Relacionado
-
Consumidores gastan 35% más en línea, revela estudio (01/10/2015)
-
Alerta Condusef por correo apócrifo (04/03/2015)
En primer instancia es necesario informarse de qué hacer cuando el producto que compramos salió defectuoso o simplemente no funciona. Es necesario saber con quién dirigirnos para que nos reembolsen nuestro dinero o para que el artículo sea reemplazado por otro.
Y es que muchas veces el desconocimiento y desinformación del consumidor ocasiona que los vendedores o establecimientos se aprovechen de él y no respondan a las quejas.
Por eso la Profeco nos dice cuáles son nuestros derechos básicos como consumidores, que son establecidos por la Ley Federal de Protección al Consumidor.
Derecho a la información. La publicidad, las etiquetas, los precios, los instructivos, las garantías y, en general, toda la información de los bienes y servicios que nos ofrezcan, debe ser oportuna, completa, clara y veraz, de manera que podamos elegir sabiendo qué estamos compramos.
Derecho a elegir. Al decidirnos por un producto o servicio, nadie puede presionarnos, condicionarnos la venta a cambio de comprar algo que no queremos, o exigir pagos o anticipos sin que se haya firmado un contrato.
Derecho a no ser discriminado. Al comprar un producto o contratar un servicio, no pueden negarlo, discriminarnos o tratarnos mal por nuestro sexo, raza, religión, condición económica, nacionalidad, orientación sexual, por tener alguna discapacidad o cualquier motivo similar.
Derecho a la protección. Podemos ser defendidos por las autoridades y exigir la aplicación de las leyes; también organizarnos con otros consumidores para defender intereses comunes.
Cuando algún proveedor no respete nuestros derechos, podemos acudir a Profeco a presentar nuestra queja o llamar al Teléfono del Consumidor (5568 8722 para el DF y área metropolitana y el 01 800 468 8722, larga distancia sin costo) para denunciar algún abuso que esté afectando a varios consumidores.
Derecho a la educación. Podemos recibir educación en materia de consumo, conocer nuestros derechos y saber de qué forma nos protege la ley, así como organizarnos con familiares o vecinos para aprender a consumir mejor y de manera más inteligente.
Derecho a la seguridad y calidad. Los bienes y servicios que se ofrecen en el mercado deben cumplir con normas y disposiciones en materia de seguridad y calidad.
Además, los instructivos deben incluir las advertencias necesarias y explicar claramente el uso recomendado de los productos.
Derecho a la compensación.
Si los proveedores no cumplen lo que prometen, tenemos derecho a que nos compensen, ya sea devolviendo el dinero, reduciendo el precio del producto o reparándolo sin costo.