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Los médicos de profesión eran clave cuando Juan García Ramírez, hoy de 51 años, enfrentaba una depresión y su cuerpo la somatizaba.

La gran sorpresa fue que, entre las montañas, descubrió otra especie de "doctor".

En el punto conocido como Antenas, ubicado después del mirador Puerto Gringo, en la montaña de Santiago, reflexiona: "El médico está aquí, que viene siendo 'esto'".

Desde hace 27 años es docente en la Prepa 20 de la UANL, institución en la que también ha sido director, y ahora da testimonio de una aventura que inició hace casi tres años, con la que promueve la ayuda a otros.

En el 2020, tras dos años complicados en salud y dos internamientos en el hospital, el profesor decidió cambiar el bastón que usaba como apoyo para caminar por uno de senderismo y subir al teleférico del Cerro de la Silla.

Tardó seis horas, pero al siguiente día afirma que ya no volvió a usar el bastón para caminar.

Tres días después volvió a subir el mismo cerro. Y desde entonces, no ha fallado en subir una montaña cada sábado o domingo.

"A mí la montaña, el caminar, me abrió las posibilidades de poder sanar", recalca este papá de tres hijos y quien estuvo casado 14 años.

"Por eso amo las montañas, el camino: muchos creen que la meta es llegar allá a la cumbre, y no saben que se trata de disfrutar el viaje, el camino, el momento, el aire, el bosque.

"Eso tiene una capacidad sanadora, no solamente del cuerpo, sino del alma".

El también profesor de posgrado en la Facultad de Artes Visuales de la UANL recalca que siempre siguió el tratamiento médico, pero conforme mejoraba los doctores le disminuían la medicación, hasta llegar a cero en pocos meses.

Por eso no duda en la magia de la montaña para sanar.

Senderismo con causa

Residente de Santiago, en el 2021 creó el grupo "Santiago Trekking" en el que promueven un senderismo con causa.

Han formado un grupo de voluntarios para apoyar en el rescate de personas accidentadas o extraviadas en cerros. Mantienen contacto directo con Protección Civil de Santiago y de Monterrey.

También han ayudado a sofocar incendios en la sierra y participan en brigadas de limpieza.

Juan explica que en las rutas que hacen en la montaña de Santiago siempre compran alimentos de comerciantes que viven en la sierra y consumen en fondas para ayudarlos en su economía.

Recalca que no lucran con el senderismo ni cobra por los recorridos.

"No es el subir solamente por hacer conquista. Es subir para hacer diferencia", dice. "No es un grupo ordinario, es un grupo extraordinario que siempre quiere hacer diferencias en pro de la comunidad".

"Una vez les dije: 'Vamos a hacer un recorrido a Laguna de Sánchez, les vamos a mostrar la montaña, los lugares, las acequias, cascadas: la única condición es que consuman'".

El pasado 6 de enero, Día de los Reyes Magos, organizaron un festejo para más de 100 niños de Laguna de Sánchez; hubo regalos, comidas, juegos, despensas y ropa para las familias.

Cada fin de semana realizan caminatas, principalmente en las montañas de Santiago. Hay para principiantes y experimentados. En ocasiones suben de madrugada para ver el amanecer.

Iker, de 10 años, el hijo menor de Juan, lo acompaña frecuentemente a estos recorridos. Acuden desde jóvenes hasta adultos mayores a las rutas.

'Recargar la pila'

Mabya Guerra, de 51 años, se integró a Santiago Trekking hace dos años y medio.

Además de los beneficios físicos, a ella la montaña le da una conexión espiritual.

"Para mí es como ese reseteo que damos en la semana; es recargar la pila y retomar energías para lo que venga", dice esta ingeniera en alimentos y quien está al frente de un equipo en una empresa privada.

El ambiente agradable del grupo, añade, y convivir con diferentes generaciones es muy enriquecedor.

Es mamá de unos cuates de 22 años y está casada desde hace 23 años. También realiza senderismo con su esposo.

"El principal beneficio que yo siento es la salud mental, el poderte desconectar del trabajo, de la prisa, de la rutina, de la semana", agrega.

"Desconectarte en un ambiente relajado, tranquilo, que aparte entras en contacto con la naturaleza: disfrutas el aire, el sol, el bosque. Eso a mí me da mucha paz mental".

José Ramón Suárez, de 48 años, es otro integrante de Santiago Trekking.

Comenzó a practicar senderismo hace casi tres años luego de su divorcio. Ya hizo el conocido trayecto de 80 kilómetros de Santiago a Santa Catarina.

"Te relaja mucho, te da mucho confort, aprovechas tu tiempo al máximo", dice este papá de tres hijas de 24, 19 y 14 años.

"Te sirve bastante para la vida diaria: vas, descansas del trabajo, de la rutina, haces nuevos amigos, la convivencia, la charla en todos grados. En tu cuerpo la condición que vas agarrando".

Juan, quien estudió Filosofía y tiene un doctorado en Educación, apunta que esta actividad, con constancia, modifica hábitos, y es testigo de cómo otros compañeros se han sentido mejor emocionalmente.

"He conocido casos en particular de personas que se sienten asfixiadas por el trajinar de todos los días, la sociedad y en sus trabajos", dice.

"Y van equilibrando sus asuntos en particular y de repente dicen: me siento mejor".

Hace una similitud entre la montaña y la vida; invita a disfrutarlas en el momento donde uno se encuentra.

"A veces vamos a creer que vamos a ser felices cuando se tenga algo, y no", expresa.

"Es: 'Disfrútalo en el proceso. La montaña es igual, desde abajo la vas a disfrutar'. Es una maravilla".