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Por: LaPrensa/Reporte
Don Gliderio Sosa, residente de la colonia El Anhelo, enjuaga sus lágrimas y se acomoda en su silla de ruedas.
Él, como varias decenas de personas de escasos recursos, acudieron este miércoles a la oficina del Programa 65 y Más para solicitar ayuda económica.
Luego de recibir su solicitud, le dijeron que en un año le resuelven. Mientras tanto, vive casi de la caridad y su esposa, quien trabaja en una pequeña estética de su propiedad.
-¿Que edad tiene usted?-se le preguntó.
-Sesenta y cinco, exactamente.
-¿Es la primera vez que solicita el apoyo?
-Así es, así es.
-¿Cuánto le van a dar?
-No. Me regresaron los papeles y me dijeron que en un año. Noooo, pues se muere uno.
-Pero además de la edad, está usted en silla de ruedas...
-Bueno, ¿y qué quiere?
-¿De qué está viviendo ahora?
-He estado pidiendo con mis amistades. Estoy pidiendo trabajo, algo que yo pueda hacer.
Con la mano izquierda inhabilitada por un accidente, en silla de ruedas y con 65 años a cuestas, difícilmente Don Gliderio encuentra trabajo.
Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, dijo que su único apoyo es su esposa, quien gana una cantidad ridícula como empleada doméstica.
-Ahorita se le bajó el trabajo, dijo. Ella tiene una estética. Pero está muy difícil, muy difícil.
Dijo que su oficio es el de mecánico automotriz, pero en sus condiciones no encuentra trabajo.
Ahora, al cumplir la edad mínima, se arrimó a la oficina del Programa 65 y Más donde le dijeron que en un año le darían una respuesta.