La actriz española Aitana Sánchez-Gijón confesó que el duelo por su divorcio ha sido más duro de lo que pensaba. Crédito: Archivo

Cd. de México (12 noviembre 2023)

La actriz española Aitana Sánchez-Gijón, de 55 años, compartió que vive una etapa de duelo tras su separación de un matrimonio que duró poco más de dos décadas.

En entrevista con el diario El País, la estrella de filmes como Un Paseo Por Las Nubes o Boca a Boca expresó que la separación ha sido más complicada de lo que parecía, aunque fue en buenos términos.

"Hace tres años que me separé, mi hijo mayor se emancipó hace dos, con 20. Vivo mano a mano con mi hija, que tiene 19, casi como dos compañeras de piso y es, realmente, una etapa muy distinta.

Incluso notas cómo las endorfinas del maternaje bajan, y con la menopausia, también, pero, por otra parte, también hay algo de ahora me toca a mí.

"Aún no he completado el duelo que supone una separación después de 22 años de relación, por muy de acuerdo que haya sido la ruptura.

Pensaba que el duelo era más corto y fácil. Estoy mudando de piel y siento que soy una crisálida en metamorfosis que aún no ha acabado de hacer la transformación completa", señaló.

También reveló que su hija Bruna tiene intenciones de convertirse en actriz, algo que no le ha impedido.

"Mi hija quiere ser actriz y yo estoy encantada porque no concibo una profesión más hermosa".

Sobre su carrera, la estrella de la serie La Regenta o recientemente Madres Paralelas contó que aún quiere crecer como profesional.

"He caminado mucho y sigo caminando en la vida y el oficio, sigo teniendo vértigo y quiero ser mejor actriz cada día, no estoy satisfecha", externó.

La nacida en Roma (por lo que cuenta también con la nacionalidad italiana), quien tiene en su filmografía la película mexicana Sin Dejar Huella, dijo que ahora vive más relajada y menos preocupada por las apariencias.

"Me he pasado media vida intentando demostrar que era mejor actriz que chica mona. Me quité esa presión hace 15 años, cuando empecé a tener una carrera teatral sólida.

Ahí nació la segunda Aitana.

"En el teatro la belleza da igual. El teatro te da otra presión. En el escenario me siento en peligro de muerte: me quita la vida y me la da. Saca el bicho que llevo dentro.

Yo, que parezco tan buena chica, tengo la venganza del teatro. Ahí me convierto en un bicho salvaje".

Por eso se toma las cosas con más calma, aunque es hiperactiva.

"Bueno, me gustaría tener un poco más de paz interior que aún no tengo. Me duele todo y me quedo rígida. He llegado a pensar que tengo fibromialgia, pero sólo es ansiedad, mucha ansiedad".

Y eso sí, agradece que no la reconozcan en las calles.

"Voy siempre en metro y, a veces, me dicen que me parezco mucho a una actriz. Yo les sigo la corriente y me callo".