Por: Ps. Miqueas Cantú Martínez
La dinámica del matrimonio se vuelve difícil de llevar en el andar diario. En ocasiones es difícil contenerse y generamos un ambiente de gritos e incluso maldiciones.
El hogar que está diseñado divinamente para el amor, la gracia y el perdón, se vuelve un lugar de odio, rencor y un cúmulo de emociones negativas.
El texto bíblico nos presenta un principio para todo matrimonio, el cual la responsabilidad principal se dirige al hombre: Maridos, ame cada uno a su esposa y nunca la trate con aspereza.
Colosenses 3:19 NTV
El amor y el buen trato debe de ser recíproco pero con la iniciativa del hombre. Este sencillo principio nos lleva a tener esperanza en el matrimonio.
El ambiente positivo en el hogar se produce con el amor y el buen trato.
Armando Fuentes Aguirre mejor conocido como Catón, en su libro Plaza de Almas cuenta la historia de Don Pancho y Doña Inés. Un singular matrimonio qué se habían acostumbrado al ambiente negativo originado por don Pancho que llegaba a casa con un cúmulo de adjetivos negativos y malos tratos hacia Doña Inés.
En uno de tantos conflictos, al final de una intensa discusión Doña Inés le dice hacia su necio esposo: ¡Mira! Pancho, cuando te mueras, ni creas que te voy a guardar luto, me voy a poner un vestido amarillo y me voy a sentar en la puerta de la casa a comerme real y medio de naranjas, y no me voy a meter hasta que me las acabe.
Real y medio de naranjas lo digo aquí para debida constancia, dice Platón, era un guacal bastante grande. La historia cuenta que un día Don Panchito enferma gravemente y ante el dictamen médico don Pancho entristeció.
En eso ve a su sufrida esposa arreglarse con ánimo pronto. Y le pregunta. Inés te estás arreglando para ir por las medicinas? Ella contestó: no Pancho.
Voy a comprar naranjas, para cumplir mi promesa.
La conclusión de la historia dice que Don Pancho no murió, las naranjas sirvieron para reconsiderar su postura y reconciliarse con Doña Inés.
Sólo Dios nos puede dar de su paz en nuestro corazón y así poder tener la capacidad y el carácter de generar paz en nuestro hogar.
Que este inicio de semana, con naranjas o sin naranjas fluya el amor dentro de nuestra casa.