Por: Ps. Miqueas Cantú Martínez
Yo amo al Señor
porque él escucha[a] mi voz suplicante.
2 Por cuanto él inclina a mí su oído,
lo invocaré toda mi vida
En este Salmo encontramos emociones sanas, realidades extraordinarias, acciones continuas y compromisos que surgen de un noble corazón.
Todo esto por la razón de entender y reconocer que Dios tiene cuidado de nosotros.
El famoso explorador Frijev Nansen, hizo grandes descubrimientos en las regiones del Polo Norte, salió un día en una barca en una de sus expediciones exploradoras.
Con él iban el capitán Svedrup y algunos otros marineros noruegos y dos japonéses.
Estos últimos se habían dado a conocer como creyentes en Jesucristo, siendo su mayor tesoro un nuevo testamento en japonés el cual leían diariamente.
Estando ya la expedición a bastante distancia de la tierra, fueron sorprendidos por grandes témpanos de hielo que les rodearon y amanezaban aplastarlos cayendo sobre ellos.
De repente sintieron que la barca era alzada al aire por una de estás masas de hielo que se volcaba. Todos saltaron de la barca al témpano, no sabiendo si el témpano que había volcado la barca se hundiría por un lado o por otro, y en el caso de hacerlo donde ellos se encontraban, serían todos sepultados en el mar.
Pasados unos cuantos minutos de angustia, notó Nansen que los dos japonés no estaban con ellos, si no en la barca a una gran altura; pero, observando atentamente por su anteojo, observó que ambos estaban arrodillados en la barca, orando y clamando a Dios.
El islote helado se agitaba de un lado a otro movido por el viento, pero de repente cambió la dirección del viento y fueron llevados hacia Tierra, donde al poco tiempo pudieron saltar sin haber recibido daño alguno.
El capitán Svedrup, al relatar este incidente, dice que no pudieron dejar de atribuir su salvamento al Dios todo poderoso, a quien el viento y la mar le obedecen.
Y que oyó las oraciones de sus hijos japoneses.
Dios escucha nuestra oración cuando entendemos su amor y sus planes para nosotros. También nos escucha cuando reconocemos nuestros pecados y que ellos nos separan de la voluntad divina.
De igual manera nos escucha cuando reconocemos y confesamos a Jesús como el Señor de nuestras vidas. Dios te quiere escuchar búscale.
Buen inicio de semana.