Cuando alguien platica que quiere realizarse una cirugía para bajar de peso, las reacciones son la mayoría de las veces adversas, platica el médico Jerónimo Monterrubio.
"¿Por qué tenemos que criticar a alguien que busca el tratamiento de su enfermedad?, ¿criticaríamos a alguien que le dicen que va a sufrir un infarto y decide hoy hacerse un cateterismo para evitarlo?, ¿criticamos a los pacientes que son diabéticos y no se toman su tratamiento? Actuamos al revés, ¿por qué tiene que ser diferente con esta enfermedad?".
Que es una salida fácil, que tiene complicaciones, que al poco tiempo volverán a estar igual o que sólo es por fines estéticos son los principales señalamientos al hablar sobre las cirugías bariátricas, sin embargo, en muchas ocasiones operar es la opción más viable, dijo Monterrubio.
Además, explicó, someterse a una cirugía para combatir la obesidad no es fallarse a uno mismo, sino una opción fiable y ahora mucho más segura, que incluso puede salvar la vida.
"Imagínense ver a un paciente que está en cama, puede resolver sus problemas con una cirugía y le decimos 'no, no te operes porque es muy peligroso'.
¿Lo harían?", comentó.
Aunque existen riesgos, comentó, éstos se han reducido respecto a años anteriores.
"Hace 20 años es verdad que teníamos más complicaciones, no sabíamos toda la parte científica de la cirugía bariátrica, estaban descubriendo todos los componentes y modificaciones que existen a través de la cirugía".
Una de las más frecuentes, señaló, era la fuga de línea de grapas, que hace 10 años se presentaba en el 6 o 7 por ciento de los casos, y que ahora se observa en el 0.1 o 0.2 por ciento.
"Tenemos que cambiar la percepción de la cirugía. No es fallarte. Fallarte es tener un infarto a los 40 años porque no recibiste el tratamiento antes, la cirugía es parte del tratamiento de esta enfermedad".