Diego San Román dejó una buena impresión a los asistentes por el valor demostrado. FOTO: Cortesía NTR/Briones

MADRID, ESP.-

/REFORMA

El valor sereno que mostró el novillero mexicano Diego San Román esta tarde en Madrid sorprendió a propios y extraños, quienes lo ovacionaron cuando salió al tercio.

Sus dos novillos, de la ganadería de Fuente Ymbro, fueron mansos de solemnidad y San Román se puso cerca de los pitones hasta que sufrió tres revolcones, dos en su primero y uno en su segundo que fue espantoso, pues el astado le tiró cinco derrotes mientras él recibía los golpes en el aire.

Milagrosamente no lo hirió de gravedad, aunque si debe tener el cuerpo lleno de varetazos y duros golpes que irán saliendo con el paso de las horas.

"Lo único que me duele es el orgullo", dijo a los micrófonos de la televisión al salir de la plaza. No hubo manera de torear, pues simplemente sus astados no le permitieron, pero la gente lo ovacionó con mucha fuerza después de cada una de sus dos actuaciones y lo hizo salir al tercio.

Mejor suerte, en cuanto a los revolcones se refiere, tuvieron sus compañeros Juanito y Antonio Grande, que tampoco tuvieron suerte, pues el encierro de Fuente Ymbro resultó malo.

Si acaso el debutante Grande tuvo el novillo que mejores opciones dio, pero falló al matar y saludó desde el tercio. La de hoy fue la última actuación de un torero mexicano en la actual feria de San Isidro y el maestro Eloy Cavazos continúa siendo el poseedor del título del último torero nacido en nuestro País en haber abierto la Puerta Grande hace 47 años.

"Me sorprendió el valor de este muchacho, se entregó y me puso muy nervioso", contó el propio maestro Cavazos a la televisora que transmitió el festejo, que terminó con el reconocimiento del público a los tres novilleros.