Preferentemente se pueden contratar en cualquier plaza pública de las principales ciudades de Tamaulipas. Se les conoce como: Fara-Fara.
Los filarmónicos disponen de un variado repertorio para toda ocasión y complacencia de los clientes quienes, al calor de la bohemia y el festejo, desean solicitar algún tema.

El Fara-Fara, deriva del vocablo francés: fanfare que significa banda. Algunos duetos o grupos incluyen la “redova;” instrumento rudimentario fabricado de madera rígida.

Se golpea con baquetas y contribuye al ritmo del taconeo. Además de tocar el tololoche.
Tan pronto empieza a atardecer en Reynosa, los Fara-Fara ofrecen sus servicios en la Calle Oaxaca más conocida como ¨La Calle del Taco¨.

El resto del día, los músicos populares, algunos de origen rural, recorren, cantinas y restaurantes. En ocasiones en pleno sol, talonean o transitan por las calles en un afán de lograr la subsistencia.

Gregorio Gómez integrante del grupo ¨Amistad del Norte¨ comentó que ellos tienen alrededor de cuatro años de formados el grupo y tocando en la Calle del Taco pero a raíz de la inseguridad les ha bajado el trabajo pero aun así siguen en esto es que lo que más les gusta.

Agrega que normalmente llegan a las siete de la noche y se retiran aproximadamente a las tres de la madrugada, se supone que en fin de semana tienen más trabajo pero muchas veces entre semana ha habido más tocadas.

¨Este trabajo no tiene seguridad cualquier día de la semana puede haber más movimiento y hay que aprovechar¨, apunto el señor Gómez.

Por otra parte, Cipriano Sarmiento del Grupo ¨Los Tercos del Norte¨ que tienen más de diez años de ofrecer su música en la Calle del Taco, menciona que por desgracia en los últimos años ha bajado la demanda de contrataciones pero eso no los detienen para seguir trabajando.

Pero es en estas fechas patrias suben las tocadas y espera que esta tradición del Fara Fara no se olvide porque es muy del norte.
También se entrevistó al señor Socorro Martínez del Grupo ¨Nobleza Norteña ¨ quien manifestó que son aproximadamente quince agrupaciones de Fara Fara que se ponen sobre la Calle del Taco.

Comenta que hace alrededor de veinte años surgió esta tradición de grupos que tocan música norteña.
Coincide con sus colegas al asegurar que ha bajado la demanda pero asevera que a veces tienen rachas buenas donde tienen varias tocadas como lo es en las fiestas patrias que aumenta las presentaciones.

Se entiende como música realmente norteña, aquellas canciones que son un fiel reflejo de la auténtica mexicanidad.
La música norteña, evolucionó culturalmente en la conciencia colectiva.

Para los estudiosos del tema, constituye un producto del mestizaje cultural, simbolizado en el baile y músicos que la interpretan. Para nadie es ajeno que por su origen popular, esta música proliferó en un ámbito de la marginación: ejidos, cantinas, giros mixtos, salones populares, congales y antros de mala muerte.

La música norteña que se había consolidado como un elemento de resistencia marginal; terminó por confeccionar la imagen del ser norteño y el respeto a su identidad musical.

La polka y el corrido, lograron enorme pertenencia en los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Texas.

El Origen del Fara Fara en México
Se dice que a mediados del siglo XIX los emigrantes alemanes que montaban vías de ferrocarril en Texas trajeron de su país el acordeón de botones y la gente de origen mexicano adopto el instrumento y música de acordeón, primero interpretaron ritmos europeos como polkas y chotices, luego creaciones propias, ya en el siglo XX se popularizaron en el Valle de Texas los bailes con acordeón, que se complementaban con el bajo sexto.

(Guitarra de 12 cuerdas).
Se dice que los mexicanos que mas visitaban Texas para ir por temporadas a trabajar en los campos de algodón y labores del campo fueron gente de Linares, Montemorelos General Terán, China, Los Ramones, Reynosa y otros puntos cercanos entre sí, de ahí fue como la cultura musical del acordeón se extendió en el noreste de Mexica llegando o proviniendo de Texas.

Se cuenta también que los técnicos alemanes que vinieron a Monterrey a armar la planta de cervecería traían acordeones de botones que tocaban en sus horas de descanso y que de ahí los obreros mexicanos aprendieron a conocer y tocar este instrumento.