"Nuestro país principal de la inversión en Latinoamérica está siendo México, nuestra apuesta fuera de España quitando algún país de la Unión Europea está siendo México", señala Antonio Basagoiti, presidente de la Cámara Española de Comercio en México. Foto: Reforma.

CIUDAD DE MÉXICO, 12 oct.- Con los tiempos turbulentos en el comercio internacional, España ofrece a México margen de crecimiento, destaca el presidente de la Cámara Española de Comercio en México y de la Federación de Cámaras de Comercio Español, Antonio Basagoiti.

Resalta que, pese a la distancia, España confía en las oportunidades que le brinda el País.

"Apuesta mucho más y cree mucho más que nadie una Pyme o una gran empresa española por México porque siendo 15 veces más pequeños que el vecino del norte (Estados Unidos), y teniendo un océano de por medio, nuestros números son muy destacados", señala en entrevista.

"Nuestro país principal de la inversión en Latinoamérica está siendo México, nuestra apuesta fuera de España quitando algún país de la Unión Europea está siendo México".

¿Cómo calificas la relación entre España y México?

Yo creo que lo define la palabra relación constructiva o beneficio mutuo, y me baso en que está siendo positiva para los dos lados a nivel de la inversión española en México y de la inversión mexicana en España, y también por los datos de comercio entre los dos países.

La relación comercial es sana. Son más de 7 mil millones de euros a los que asciende el valor de los productos que nos vendemos entre los dos países.

Las empresas mexicanas están vendiendo a España piezas para motores, fruta como higos, papaya, aguacate, y también nos venden alcohol etílico y coches.

Nosotros vendemos a México automóviles, medicamentos, aceite de oliva y más de ese estilo. Por eso es una relación equilibrada.

Es resaltable dentro de esa relación buena para los dos que las exportaciones mexicanas hacia España casi se han doblado en los últimos 10 años, y hay mucho margen de crecimiento porque el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas va a Estados Unidos.

Estados Unidos todos sabemos en qué momento se encuentra y cómo hay algún viento del norte que en función del día habla de un porcentaje u otro, y en cambio en España hay margen de crecimiento del producto mexicano, y el servicio mexicano es muy bien valorado, y creo que además este mundo tan convulso nos enseña que es bueno no tener todos los huevos en el mismo cesto.

En medio de las turbulencias comerciales y económicas, ¿cómo mantienen México y España esta relación sana? México tiene déficit comercial con España, y preocupa que la inversión española en el País este disminuyendo.

Este mundo nuevo que estamos viviendo, si lo vemos en términos de comercio internacional que está cambiando tanto y tan rápido, tenemos que empezar a tener también socios, amigos, socios confiables, socios que te dan paso para que desarrolles tus exportaciones hacia ese lugar, y yo tengo muy claro que España es el puente hacia Europa de la empresa mexicana que debe ser un puente cada vez mayor, y que México está siendo un puente para la empresa española que apuesta por América del Norte.

Esos dos puentes son muy importantes para los dos. Y esto en cuanto al comercio, los productos. Si hablamos de inversión, también creo que es una relación positiva y una relación cada vez más equilibrada.

España, según los datos de la Secretaría de Economía, desde el año 2007 ha invertido en México 63 mil 500 millones de euros.

Según los datos que nos facilitó el Secretario (de Economía, Marcelo) Ebrard del primer trimestre de 2025 de este año, un 15 por ciento de lo que México ha recibido de fuera ha venido de España, y muchas son inversiones nuevas.

Si lo vemos desde otro punto de vista del lado de lo que invierte México hacia España, ya están superando los 50 mil millones de euros, y las empresas mexicanas tienen posiciones muy destacadas en sectores tan importantes como el transporte, la movilidad, el sector financiero, la restauración o en temas incluso más sentimentales para un español: ya unos de los principales productores de jamón serrano es mexicano.

¿Dirías que la relación comercial entre España y México es tan fuerte que incluso no se deja afectar por roces diplomáticos?

Creo que una cosa son los discursos o la dialéctica que está en un plano diferente a la economía, a la sociedad y a la empresa, y otra cosa es la realidad de dos pueblos, de dos sociedades, de dos clases empresariales.

Las empresas españolas están dando empleo a casi 1 millón de mexicanos y mexicanas entre empleos directos e indirectos.

Estamos muy comprometidos en el desarrollo social de nuestras comunidades. Somos los primeros cuando México necesita ayuda tras un huracán, tras un terremoto, con lo que se necesite.

El primer inversor en México es Estados Unidos con casi tres veces más de inversión que España en términos absolutos.

Pero si nos vamos a términos relativos, la economía norteamericana es 15 veces más grande que la española y nosotros no tenemos frontera con México, estamos a 9 mil kilómetros y con un océano de por medio.

Por lo tanto, si lo miráramos en el esfuerzo que hacen las empresas de un lado y de otro para apostar por México, las que más apuestan son las españolas.

Una de las cosas que mejor valoran los empresarios españoles y los directivos que aquí estamos es la calidad de vida de México y lo bien acogidos que somos.

¿Qué tal es el entendimiento entre empresarios o negociadores mexicanos y españoles?

Es común hablar de la lengua, es verdad, nos entendemos, pero no sólo se limita a la lengua, se limita también un poco al espíritu de negocios, al saber lo importante que es la confianza.

En México y en España para cerrar una operación empresarial es fundamental la confianza, y la confianza gana en ocasiones a los números y en ocasiones a las utilidades.

México está enseñándonos a gestionar empresas familiares, y grandes conglomerados de venta masiva al público.

Nosotros estamos utilizando nuestra experiencia en la construcción de trenes, de aeropuertos, de infraestructuras, en cómo acercar los servicios financieros a la población.

Entonces, creo que es un ganar ganar para los dos lados. Pero más allá de la lengua, compartimos una historia y muchos elementos culturales, por eso nos entendemos.

No nos asustamos.