Es una imagen cotidiana en Reynosa: cada vez que un automóvil se detiene en un semáforo, menores de edad y jóvenes se apresuran con botellas de plástico y su limpiaparabrisas, buscando unas monedas; esta práctica se arraigó tanto que es prácticamente imposible encontrar un semáforo en la ciudad que no cuente con la presencia, a veces masiva, de estos improvisados trabajadores.
La escena se repite en todas las colonias de la ciudad y sin importar la zona, los limpiaparabrisas esperan la luz roja para abordar a los conductores, incluso es común ver cómo, después de que un parabrisas limpió un parabrisas en un alto, sin pedir autorización del automovilista, causando molestias al mismo, en el siguiente cruce otros menores intentan ofrecer el mismo servicio.
Si bien esta actividad representa una forma de sustento para muchos, también pone de manifiesto una compleja problemática social, algunos de los jóvenes involucrados, en especial aquellos que ya son mayores de edad, se enfrentan a obstáculos significativos para acceder a un empleo formal porque no tienen los documentos básicos como un acta de nacimiento para solicitar un trabajo con prestaciones y derechos laborales.
Para otros, simplemente es la única vida que conocen.
La notable presencia de menores y jóvenes en esta labor informal resalta la urgente necesidad de abordar las causas profundas que los empujan a las calles.
¿Qué acciones se pueden tomar para ofrecerles alternativas y un futuro más digno?















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