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Aleks Syntek era un niño cuando se inició en el mundo de los comerciales, en los años 70.
La mamá de un amigo lo había llevado segura de que triunfaría, debido a su carácter desinhibido. Y no se equivocó.
Una de sus primeras experiencias fue con Sara García, gloria del cine nacional. Le tocó ir a verla a su casa en la Condesa y presenció cuando una señora le dio un beso en la boca y le dijo "mi amor, ahorita vengo, voy al súper".
En shock, el hoy cantante se quedó mudo, pero siguió adelante en la grabación del comercial de un famoso chocolate.
Esa historia será sólo una de las que alimentarán el libro autobiográfico que Syntek prepara para 2026, como otra de las actividades para celebrar sus 35 años de carrera.
Antes, el intérprete de "Sexo, Pudor y Lágrimas" se presentará en el Auditorio Nacional el 19 de junio.
El cantautor, quien debutó como modelo y luego como actor de Chiquilladas, abre los ojos y se muestra contento al hablar de los momentos que ha vivido como profesional.
Adornando la conversación con su incomparable tic de abrir y cerrar los párpados con suma rapidez, y platicarlo con un tono de chisme, como no queriendo la cosa, recordó varias anécdotas.
"Contar esto (de Sara García) ya no tiene nada de tabú, pero en aquel entonces sí. Yo estaba en shock, pero ahí quedó.
Claro, hoy ya no sería tabú", agregó el intérprete de "Te Amaré".
Syntek, referencia obligada del pop en español en México, consideró que su libro será un legado de momentos únicos que poca gente le creerá, pero que sí sucedieron.
"Me puse a escribir como loco. Trabajé con (Alejandro) González Iñárritu en WFM, le hacía los promocionales, y le hice la música para Canal 5 cuando él le trabajaba a Televisa.
"Un día me lo encontré en la Fonda Cuatro Vientos, yendo a Acapulco, estaba con su familia y yo acaban de pegar con 'Sexo, Pudor y Lágrimas', y me dice: 'qué bárbaro'.
Y le digo: ¿tú pa' cuando? Y me dice: 'ya viene mi película, se va a llamar Amores Perros y ya sabemos lo que pasó".
Mucha gente le dice que todas estas historias son sus "momentos Martha Higareda", en alusión a lo increíble que suenan algunas anécdotas de la actriz, y que se han hecho virales en redes.
"No las creen, pero todas sucedieron", sostuvo el también productor de éxitos para Sasha Sökol y Timbiriche.
"Un día estaba en Bogotá en 1993 con mi disco El Camino, fue un madrazo, fui a tocar al Rock al Parque con los Hombres G, y estando en el hotel llega un jovencito y me da sus demos, un CD, y me dice: escucha mis canciones.
"El menso no me deja su teléfono, entonces le hablé a (al productor) Áureo Baqueiro y le dije que me recordaba a él, a su primeros discos... Era el primer disco de Juanes", recordó.
En otro viaje a Argentina, le tocó cuidar a una jovencita que quería salir de antro, pero sus papás no tenían con quién mandarla, así que él se ofreció.
"Yo dije feliz 'voy', me fui con ella... ¡Era Shakira! Yo cuidándola", dijo el músico, de 55 años.
El intérprete de "Evolución", que canta actualmente con DLD, ha vivido de todo con figuras como Luis Miguel, Kylie Minogue, Ana Torroja, Enrique Iglesias, Laura Pausini y Rubén Blades, pero quiere dejar esas sorpresas para los lectores de su libro.
Total Syntek
Aleks Syntek es una de las celebridades nacionales que ha pasado por el Auditorio Nacional como solista, como invitado o en dupla, con Ana Torroja, Cristian Castro o Miguel Bosé.
Ahora, para la celebración de sus 35 años como cantante, prepara un festejo a lo grande en el Auditorio Nacional para este 19 de junio.
"Es el concierto Total Syntek porque no me faltará ninguna, espero cantar unas dos horas y media con todo y popurrís, más algunos caprichos.
Será una relación muy completa, temas para películas, para programas, hay un chorro de cosas.
"Lo que quiero es que el fan hardcore mío diga: 'no manches, se aventó el catálogo completo'. Y por otro lado quiero lucir a todas las músicos que están conmigo, son sólo mujeres, mujeres súper talentosas que mostrarán todo su poder en el show", adelantó.
El 'sin teclados'
Raúl Alejandro Escajadillo Peña era un aspirante a músico que no tenía teclados. Amante de la electrónica alemana de los años 80, con bandas como Kraftwerk, deseaba con vehemencia aprender a tocar... sólo que no tenía cómo.
Así que entró a trabajar a una tienda de instrumentos en Coyoacán, donde no le pagaban, pero le dejaban tocar los teclados.
Fue entonces que formó su nombre artístico, pues sus amigos lo conocían como "El Sin Teclados" y con la k final en homenaje al sonido alemán que tanto admiraba.