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Y esta temporada no es la excepción, ya que Alexia Ulibarri, después de vivir en Londres, se ha inspirado en la famosa metáfora de Ícaro, ese personaje de la mitología griega que se consume en aras de perseguir su sueño de cruzar el cielo.
"Se trataba de plasmar la pasión y el anhelo de cada ser humano construyendo bellas alas para lograrlo", afirma Alexia quien ha participado en muchos Fashion Weeks nacionales e internacionales y colaborado con empresas como Air France, para quien diseñó sus uniformes, así como con la prestigiada escuela Marangoni, en la cual la diseñadora cursó su exitosa carrera.
En esta colección se muestran los cortes icónicos de la marca, mezcla de muchas texturas incluyendo la mezclilla, siluetas amplias con mucho volumen y delicadas aplicaciones hechas a mano, ya que Alexia siempre trata de promover el trabajo artesanal nacional.
"Siempre estoy en búsqueda de la experimentación y construcción de prendas explorando el patronaje victoriano y las técnicas de construcción, por lo que cada pieza adquiere un grungy y vanguardista", explica la creadora quien mezcló las técnicas tradicionales de la costura con una perspectiva contemporánea para lograr estos looks que fueron retratados en las faldas del Ajusco.
Así, nacieron estos 26 conjuntos en materiales como la seda, el algodón, el raso y la piel, adornados con teñidos artesanales que simulan unas alas derretidas, lo que les agrega un toque surrealista.
Las siluetas de esta colección exploran un contraste audaz entre lo estructurado y lo relajado. La corsetería, con su precisión y ajuste, se combina con pantalones baggy.
Las chamarras tipo biker añaden un toque rebelde, mientras que la sastrería redefine la elegancia con líneas limpias y definidas. Completando esta propuesta, los vestidos de cocktail y noche, con muchos y volúmenes, y tonos como el rojo, ofrecen un equilibrio entre la sofisticación clásica y la modernidad.
Bello colorido La paleta cromática, que va del verde menta hasta el vino-negro y la plata, rinde homenaje a las pinturas de Herbert James Draper, evocando un mundo de sensualidad y misterio.
Estos tonos, combinados con la seda y la piel, crean una narrativa que mezcla lo antiguo y lo contemporáneo.