Trabajan los tres órdenes de gobierno.

Se cumple un mes del 27M.

Los apoyos continuarán.

Normalizar la vida es el objetivo.

Ciudadanos se solidarizaron.

Era la tarde del jueves 27 de marzo, era todavía horario laboral cuando paulatinamente empezó a llover, precipitación que poco a poco se convirtió en una tormenta que hizo que las calles pasaran de un simple encharcamiento a una desastrosa inundación que atascó automóviles e inundó, hasta arriba de metro y metro y medio, lo que después se supo fueron 77 colonias de Reynosa.

Se esperaba lluvia, y fuerte, pero no así en lo que hoy se llama como una lluvia atípica y hasta mortal, con las consecuencias que se registraron.

Lo primero que se supo fue que algunos obreros de la maquiladora no pudieron salir de las naves, automóviles e inclusive camionetas se quedaron atrapadas e inservibles, derribó comercios, hizo que un cine cerrara sus puertas pero lo peor fue que se llevó vidas humanas, enlutando hogares que al igual que el resto de la población no van a olvidar el 27 de marzo, que a decir de muchos no habían visto nada igual desde el huracán de categoría 4 "Beulah" en aquel septiembre de 1967.

Las autoridades de los tres órdenes de gobierno, así como el ejército que activó el Plan DN-III, sumaron esfuerzos junto a organizaciones civiles y de ciudadanos que se solidarizaron para ayudar a sacar de sus hogares a quienes quedaron bajo la inundación; posteriormente vino el desalojo de los bienes materiales que quedaron inservibles por el agua que anegó los hogares: salas, comedores, colchones, refrigeradores, estufas, ropa y los documentos oficiales de las familias.

Se instalaron puntos para tirar las toneladas de basura, uno de los puntos fue el Polideportivo; gobierno, asociaciones, centros comerciales, iglesias e iniciativa privada abrieron centros de acopio para juntar alimentos, línea blanca, ropa, medicamento y víveres en general para hacer llegar la ayuda en lo que después de supo fueron 77 colonias las inundadas y más de 35,000 hogares los afectados.

Cada orden de gobierno hizo lo propio para hacer llegar la ayuda a los hogares afectados por la turbonada del 27M que colapsó, en todos los aspectos, a la ciudad.

La desgracia fue aprovechada por colonos que llegaron a la rapiña en centros de autoservicio que se vieron afectados, pero también puso en positiva evidencia la solidaridad de vecinos y ciudadanos quienes dedicaron su tiempo, bienes y su integridad en el bien común.

A un mes de distancia de la tragedia, muchas familias empezaron de cero en sus hogares; todavía faltan familias y hogares por atender, las autoridades de la federación, estado y municipio siguen trabajando para hacer llegar los apoyos para que los hogares recuperen su vida normal.

Todavía en está semana los representantes gubernamentales seguirán trabajando para lograr la normalidad.