Ma. Teresa Medina Marroquín
Orbe
Si los acontecimientos políticos, con tintes y tonos electorales, que se suscitan en todo el país, incluido Tamaulipas, y tantos acelerados, fueran moderados en formas serias y eficaces, sería altamente probable que esas terribles cataratas de ambiciones no sólo dejaran de ser grotescos escenarios, sino que la nación entera (empezando por los servidores públicos) iniciaría una impresionante (y sobre todo admirable) dinámica productiva.
Si bien es cierto que Estados Unidos con Donald Trump y sus permanentes amagos al Gobierno de México ya rebasaron el natural intercambio político y sus consecuentes debates, no se debe olvidar que este país no sólo es un territorio de riqueza casi inagotable, bendecida por Dios.
Pero los principales conflictos que sufre México son internos y por culpa de esas desmedidas ambiciones “políticas” una gran parte del talento empresarial de nuestra gente se ha extraviado.
No hablo desde luego de los “grandes empresarios” como Carlos Slim o Germán Larrea, hablo de las capacidades de una simple persona que bien puede hacer de un changarro un negocio extraordinario.
Es decir, la guerra por el poder, que no es lo mismo que la competencia política de ofertas hacia el electorado, no deja que el país se desarrolle.
Ese es un cáncer provocado por individuos que nada les importa que el pueblo se vea de pronto en medio de enfrentamientos que escandalizan el avance natural de la economía.
¿Por eso siempre México ha vivido en medio de la riqueza y la pobreza?
Recordemos que desde hace muchos años la historia nos ha mostrado que las mafias del poder todo se lo han llevado por medio de la fuerza bruta.
La mal llamada “clase política” se arroga muchas cualidades, pero en el plano de la realidad no sólo suele ofrecer poco sino que en los hechos hace casi nada.
De la noche a la mañana emergen “dioses” cuyas morfologías y fisiologías parecen no ser humanas. ¡Son dioses!
Sí, son “dioses” creados por los medios, las encuestas y otras estratagemas capaces de engatusar a tantos contingentes ciudadanos de diferentes regiones del país, cuyos padecimientos (de estos ciudadanos), entre ellos graves miopías y sorderas, además de la pérdida de la capacidad de reflexionar (o pensar con profundidad) de la que un día se hizo alarde y con la que los seres humanos hemos sido dotados, están arrastrando literalmente el avance de un pueblo que aunque rico parece siempre condenado a la mediocridad.
Las reacciones de la presidenta Claudia Sheinbaum de alzar la voz contra la acelerada senadora Andrea Chávez tienen sin duda los antecedentes que estoy comentando líneas arriba.
Sea o no esta mujer pareja sentimental del ex gobernador de Tabasco y ex secretario de Gobernación, y también senador, Adán Augusto López, ninguno de los dos tiene derecho a alterar el orden electoral del país, inmerso ahora en las elecciones de jueces, magistrados y ministros.
En suma: Se exige que los “acelerados” dejen de convertir la política en parodias y payasadas.
Y los ciudadanos por su parte calibremos nuestras miras e impidamos tan malas distracciones que al final sólo derivan en pobrezas cada vez más profundas para México y los bolsillos personales.
CLAUDIA Y AMÉRICO VISITAN A DAMNIFICADOS DE REYNOSA
La presidenta Claudia Sheinbaum, el gobernador Américo Villarreal, la Dra. María de Villarreal y la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, recorrieron las colonias de esta ciudad y escucharon las necesidades de las familias afectadas por las inundaciones.
La presidenta Sheinbaum dijo a las familias que se visitará casa por casa y se atenderá sin intermediarios a quienes hayan sufrido daños en sus viviendas y pertenencias.
¡Deseándoles un día maravilloso!
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