
Según un informe de esta organización, más de un millón de niños y niñas viven en zonas controladas por bandas criminales o bajo su influencia.
Las bandas criminales «han causado una angustia generalizada en Haití» pues «amenazan, golpean, violan y matan a niños y niñas», manifestó Agnès Callamard, secretaria general de la organización.
Explotación sexual a niñas
Los miembros de las bandas criminales han secuestrado, violado y agredido sexualmente a niñas durante ataques a barrios o tras hacerse con el control de zonas, de acuerdo con AI.
La organización señaló en su informe que son habituales los ataques contra niñas que salen a la calle y que también las atacan deliberadamente en sus casas.
Igualmente, los miembros de las bandas criminales explotaron sexualmente a niñas en «relaciones» y para el comercio sexual, añadió Amnistía Internacional, que documentó los casos de 18 menores que fueron violadas y sometidas a otras formas de violencia sexual por los grupos al margen de la ley.
Diez de ellas sufrieron violación colectiva, agregó el informe, que indicó que algunas quedaron embarazadas y varias recurrieron a métodos inseguros para intentar interrumpir la gestación debido a que el aborto es ilegal en Haití.
Las sobrevivientes se enfrentan a diferentes obstáculos para acceder a la justicia, en medio de la impunidad que asola a Haití, donde 5.626 personas murieron en 2024 como consecuencia de las acciones de bandas criminales (un millar más que el año anterior), 2.213 resultaron heridas y 1.494 fueron secuestradas.
Muchas de las menores entrevistadas, añadió el informe, no tenían intención de denunciar a las autoridades las agresiones sufridas debido a la ausencia de fuerzas policiales en las zonas controladas por las bandas criminales.
Una que varios miembros de una banda criminal secuestraron y violaron en 2023 y que volvió a sufrir agresión sexual por un miembro de una banda criminal en 2024 contó a AI: «No hay policía […] La única autoridad en la zona son los miembros de las bandas».
«Si alguien me señala con el dedo, podrían matarme»
Amnistía Internacional también entrevistó a 11 niños y tres niñas reclutados y utilizados por las bandas criminales.
Los menores describieron explotación de diversas formas, entre ellas para espiar a bandas rivales y a la policía, hacer repartos y tareas domésticas, realizar trabajos de construcción y reparar vehículos.
Los 14 menores dijeron que no tenían elección y que actuaban predominantemente por miedo o hambre.
La ONU y los grupos de la sociedad civil han documentado el homicidio de menores y adultos a los que los grupos de autodefensa conocidos como movimiento Bwa Kale creían asociados con bandas criminales.
Varios menores dijeron que trataban de ocultar su asociación con bandas por temor a represalias de los miembros de la comunidad. Un niño dijo: “Si alguien me señala con el dedo, podrían matarme”.
Ante este panorama, Amnistía Internacional pidió a la comunidad internacional, incluidos los donantes, que trabajen con las autoridades y la sociedad civil de Haití para diseñar una hoja de ruta encaminada a introducir cambios que traigan consigo soluciones duraderas basadas en los derechos humanos, y prevenir ciclos futuros de violencia.
El Gobierno haitiano y los donantes internacionales «deben colaborar para elaborar un plan de protección a la infancia integral e inclusivo», manifestó Callamard, quien también señaló que hay que controlar el flujo masivo de armas de fuego a Haití que permite los abusos generalizados de las bandas criminales.
«Los países también deben dejar de deportar por la fuerza a personas haitianas mientras continúen la campaña de terror de las bandas criminales y la crisis más amplia de derechos humanos», concluyó.