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La principal causa de muerte entre los mexicanos son las enfermedades del corazón. Hipertensión arterial sistémica y dislipidemia (término que hace referencia a cualquier alteración de los lípidos del cuerpo, por ejemplo, colesterol o triglicéridos altos) son dos de las afecciones más comunes.
Froylán Portillo, cardiólogo intervencionista del Centro Médico Siglo 21, explica que el corazón es un músculo que desempeña la función de bombeo de sangre: la manda a los pulmones para que se oxigene, la recibe de vuelta y la lleve a todo el organismo.
"Un infarto significa que una de las arterias del corazón (llamadas coronarias), se tapan, y esto puede suceder de manera parcial o total, o incluso ambas", detalla.
Además del tabaquismo, una historia familiar vinculada a la obesidad, diabetes e hipertensión puede conducir a que se "hereden" estas afecciones; y en personas de la tercera edad que no tengan bajo control estas enfermedades, las complicaciones también pueden ser de gravedad.
"Es difícil saber el porcentaje exacto para quien pueda presentar estas enfermedades, pero influyen tanto la genética como la manera en la que las personas se cuidan, por eso es importante que se mantenga un constante chequeo y control", anota el médico.
Carlos Cabrera, cardiólogo intervencionista del Hospital ABC, destaca la prevalencia que en este tipo de situaciones tiene la hipertensión arterial.
"Esta es una enfermedad infradiagnosticada: mucha gente que llega con este estado, no se había dado cuenta de que lo tenía; y es común que lo tengan acarreado desde varios años atrás", sentencia.
"Existen estudios en México, específicamente, donde se menciona que aquel paciente que es diagnosticado con hipertensión, probablemente la lleva acarreando de entre cinco y 10 años, solamente que no se da cuenta", relata.
El especialista destaca que esta afección es más común en el grupo poblacional mayor a los 45 años, pero cada vez existen más casos en personas con tres décadas.
"En cuestión de prevención, es importante hacer un 'autojuicio': si no haces ejercicio, estás pasado de peso, en tu familia hay enfermos de diabetes o hipertensión, date una vuelta al laboratorio, y haz una checada con estudios generales, pues en varios laboratorios ya incluso tienen paquetes de check-up", sustenta.
Además, los especialistas invitan a revisar la presión arterial al menos una vez al año, o con mayor frecuencia en casos de incidencia física o familiar.
Pruebas que laten
Estos son los estudios de los más complejos a los más sencillos:
- Tomografía de las arterias: medio de contraste y radiografía, reservado cuando ya se conoce que el paciente tiene tapadas las arterias.
- Ecocardiograma: ultrasonido del corazón donde se observa a la estructura y el porcentaje de funcionamiento del corazón. Por una interpretación, detectan anomalías.
- Electrocardiograma: Mide la actividad eléctrica; la evaluación depende de la forma, el tamaño y con qué periodicidad aparecen las ondas emitidas.
- Prueba de esfuerzo: hay varias, pero la más convencional es poner a trotar al paciente en una banda con inclinación; lo que estresa al corazón.
Y en el laboratorio...
Las revisiones generales de sangre muestran estos valores:
- Perfil de lípidos: debe incluir conteo de la concentración del colesterol en el cuerpo.
- Glucosa en sangre: los pacientes diabéticos tienen mayor probabilidad de que las arterias se tapen.
- Ácido úrico: en valores altos predispone no sólo a padecer gota (acumulación en articulaciones, lo que provoca dolor), sino también a la formación de grasa.
- Creatinina: marcador de enfermedad renal y, en casos avanzados, tienden a taparse las arterias con mayor rapidez.
- Proteína C reactiva: se refiere a la inflamación del organismo, lo que también provoca la enfermedad en vasos.