Ma. Teresa Medina Marroquín
Orbe
MINISTERIOS PÚBLICOS Y JUECES, LABIA VENENOSA E INOCENTES CONVERTIDOS EN DELINCUENTES
Desde las bajuras del ministerio público del fuero común, y en una trayectoria que pasa y toca autoridades de alto nivel, entre municipales, estatales y federales, hasta llegar a las alturas del Congreso de la Unión, Suprema Corte de Justicia de la Nación y Presidencia de la República, la realidad que vive el país es de una transformación tan radical que de pronto se convierte, sin mínimas advertencias, en un laberinto sin salida.
Y no que sea una percepción generalizada, pero lo saben ministerios públicos y jueces locales que un imputado, a base de pura labia venenosa, puede ser confinado a prisión sólo por las acusaciones falsas de una “víctima muy ofendida”.
El chiste es llenarle el hígado de piedritas al Juez de Control para que éste, harto de todas las audiencias del día, vincule a proceso a un inocente acusado de delitos que nunca cometió.
Luego viene la apelación, pero el Sr. Magistrado “resuelve” el asunto igual que como lo hizo el Juez de Control. Y así, sin yo ser abogada, pero sé escuchar y aprender, las cosas van a parar hasta los tribunales federales donde con un abogado penalista (de los caros) quizá se salve de ir a prisión un inocente que, metafóricamente hablando, representa a cientos de “imputados” que no la deben ni la temen.
Y a quienes, por lo pronto, se les aplicaron medidas cautelares arbitrarias e injustas, sin que se les haya dado la opción de defenderse.
SE TRATA DE ACUSAR FALSAMENTE; NADA IMPORTAN LAS CONSECUENCIAS
Vivimos tiempos donde todos, incluyendo a ciertos reporteros y columnistas, pueden hacer uso de la difamación y hasta de la calumnia, declarar falsamente sin consecuencias, por la razón de que los ministerios públicos no judicializan por esa gravísima enfermedad llamada corrupción y porque el dinero mal habido es una constante en esas instancias de la justicia.
(Entre paréntesis: urgen reformas al Ministerio Público y al sistema penal acusatorio al que una mayoría critica, sólo en privado.)
De aquí nos vamos a las elevadas alturas de la geopolítica; nos topamos con que el gobierno de un país acusa a otro de ser un “narcogobierno”.
Así de fácil.
¿Y por qué ocurre semejante barbaridad que, como en las bajuras iniciales de esta columna lo digo, no se prueba con demostraciones contundentes, optando por enlodar a todo un pueblo, y no sólo a un gobierno?
DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO DEBEN PREVALECER AÚN ENTRE UNA SUPERPOTENCIA Y UNA NACIÓN EMERGENTE
En ese sentido, la realidad que se vive en México como en todo el mundo es de pronóstico reservado, sobre todo cuando así nada más y sin pruebas de por medio, y sólo porque lo afirma un alto funcionario extranjero, un “prestigiado” columnista o un “destacado” opositor, toda una nación es un “narcoestado”.
Se aclara que no se defiende lo indefendible, pero sí se defiende el Estado de derecho que debe permanecer inalterado. De otra manera el debate político sometido a una verdadera democracia vendría a no significar nada.
Muchas veces se sabe que tal o cual persona o grupo representan a la delincuencia (paradoja de un secreto a voces), pero legalmente hay que probarlo, igual a un país entero, y mucho más cuando se supone existe de por medio un sistema democrático que nos obliga a todas y a todos a volvernos más refinados en nuestros respectivos sistemas de justicia.
De no ser así, la realidad continuará siendo de pronóstico reservado. O más sinceramente hablando: el patio trasero de un imperio.
AMÉRICO VILLARREAL RESPALDA A LA PRESIDENTA DE MÉXICO
“Desde #Tamaulipas , donde empieza la patria, alzamos la voz y respaldamos a nuestra Presidenta, Claudia Sheinbaum en la defensa de nuestra soberanía contra la intención injerencista de los Estados Unidos.
Nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho.”
¡Deseándoles un día maravilloso!
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