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¿Mi psiquiatra de veras lo es?

Se debe educar a la población para ser más cuidadosa a la hora de buscar al profesional de salud.
jueves, 12 de diciembre de 2024
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Agencia/Reforma

Hace unos días, al consultorio del doctor Emmanuel Sarmiento llegó alguien con una inquietud sobre la persona con quien toma psicoterapia desde hace dos años.

"Me decía: 'Doctor, tengo la duda porque mi terapeuta es licenciada en Comunicación, con varios cursos y diplomados en psicoterapias", relata en entrevista telefónica Sarmiento, psiquiatra y paidopsiquiatra.

"Ahí sí uno inmediatamente entiende por qué en dos años no ha visto ningún cambio. Y sí, por supuesto, la sugerencia directa debe ser: 'Tienes que huir de todos estos falsos profesionales que parece que nada más lucran con la necesidad de las personas'", agrega el presidente electo de la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil.

Tal sospecha de esta persona, comparte el especialista, surgió a raíz de lo sucedido con Marilyn Karina Cote Mendieta, abogada que se hacía pasar por psiquiatra en Puebla, e incluso prescribía a sus pacientes psicofármacos de uso controlado.

Algo a lo que la propia Presidenta Claudia Sheinbaum se refirió en su conferencia matutina como "un caso de fraude".

"Lo único que me deja esto es que debemos de educar a la población para ser más cuidadosa a la hora de buscar al profesional de salud", comenta Sarmiento, apuntando que ninguna especialidad está libre de charlatanes.

Para el psiquiatra Héctor Esquivias, lo que refleja un caso como el de Cote -detenida y vinculada a proceso por el delito de usurpación de profesión- es la alta demanda de servicios de salud mental, de la que buscan aprovecharse algunas personas con perfiles completamente ajenos a lo que esta práctica requiere.

Por lo menos así le ha parecido a Esquivias, Jefe del Departamento de Educación Continua del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM), al revisar quiénes buscan tomar algunos de los cursos que en tal institución se ofrecen, encontrándose con arquitectos, ingenieros y hasta licenciados en Marketing.

"Desde ahí había identificado que seguramente son personas que están prestando servicios como profesionales de salud mental, que no tienen la formación básica", dice a REFORMA Esquivias, hablando de manera personal y no como vocero del INPRFM.

Tanto Esquivias como Sarmiento refieren que es común que en algunos centros educativos, sobre todo particulares, se ofrezcan distintos tipos de diplomados y posgrados en modelos de Psicoterapia que supuestamente pueden ser aplicados por cualquiera, sin importar su formación.

"Entonces, un licenciado en Arquitectura, en Ingeniería, en Contabilidad, toma una maestría en Psicoterapia de dos, tres, cuatro años si quieres, y realiza una práctica como profesional de la psicoterapéutica.

Y no tienen la formación básica, que para este caso sería tener la licenciatura en Medicina o en Psicología", detalla Esquivias, con un llamado a que autoridades gubernamentales apliquen mayores controles.

"Hay muchas psicoterapias patito que ponen en riesgo a la población por mero negocio", remarca, por su parte, Sarmiento.

Así, la principal recomendación que ambos psiquiatras ofrecen es consultar en el sitio en línea del Registro Nacional de Profesionistas que el profesional en cuestión cuente con la cédula que lo acredite en aquello que se presenta; en el caso de un psiquiatra, por ejemplo, debe haber una formación como médico.

Una segunda confirmación se puede conseguir en los datos del Consejo Mexicano de Psiquiatría, instancia que también regula que los médicos psiquiatras estén actualizados en los temas; "todas las especialidades médicas tienen un Consejo que, en teoría, acredita que el o la médico tenga las credenciales de mayor competencia, por decirlo de esa manera", explica Sarmiento.

"Ofrecen una mayor calidad los médicos certificados por los Consejos. Por ejemplo, para trabajar en varios hospitales privados de renombre te piden como requisito que estés certificado por el Consejo de tu especialidad", ilustra el psiquiatra y paidopsiquiatra.

"Además, cada cinco años tú tienes que estar presentando exámenes de conocimiento o estar comprobando que has recibido los suficientes cursos o asistido a congresos para adquirir los conocimientos médicos más actuales.

Eso es lo que te ofrece que tu médico esté certificado, en este caso por el Consejo Mexicano de Psiquiatría", agrega.

Esquivias resalta que cualquier paciente que sospeche que la intervención que recibe no es adecuada tiene el derecho de buscar una segunda opinión, e invita a que sea en alguna institución pública para tener una mayor certeza de que se cumple el perfil profesional.

Asimismo, sugiere optar por atención directa en consultorio, ya que el Artículo 83 de la Ley General de Salud ordena que quienes ejerzan las especialidades médicas deben poner a la vista del público "un anuncio que indique la institución que les expidió el título, diploma, número de su correspondiente cédula profesional y, en su caso, el certificado de especialidad vigente".

La Cofepris es la entidad gubernamental encargada de vigilar el cumplimiento de la legislación sanitaria vigente y que no haya riesgos a la salud; "lo que esperamos es que, justamente después de esto, la Cofepris ponga un empeño todavía más sólido en revisar todas estas prácticas", subraya Esquivias.

Finalmente, si bien Esquivias y Sarmiento, ambos con sus correspondientes cédulas y certificados como psiquiatras, destacan que un escándalo como el de Cote permite crear conciencia respecto a la necesidad de constatar las credenciales de quienes dan consulta, también reconocen que impacta en la confianza construida tras años de impulsar la atención en salud mental, y también el uso de psicofármacos.

"Desafortunadamente, aumenta estigma también porque puede haber personas que ahora digan: 'Bueno, es que quetiapina es un medicamento muy malo, era lo que recetaba esta señora'", plantea Esquivias.

"Pero como psiquiatra te puede decir que hay muchos pacientes que se han beneficiado del uso de ese medicamento para indicaciones precisas. Lo mismo con todos los psicofármacos", agrega.

¿Ángeles, constelaciones, flores? ¡Aguas!

La facilidad con la que varias personas ejercen como pseudoterapeutas quizás se deba a la creencia errónea de que la práctica profesional de psiquiatras y psicólogos "sólo es platicar, escuchar y aconsejar", opina Héctor Esquivias.

El experto, además de descartar tal idea, complementa enlistando toda una serie de usurpaciones que ocurren de forma cotidiana, como entre quienes ofrecen servicios de Psiconutrición; "a lo mejor hicieron un diplomado, pero eso no les hace psiconutriólogos", advierte.

"Con mucha frecuencia, y esto abunda muchísimo en nuestro País, vemos licenciadas en Nutrición que se dicen expertas en trastornos de la conducta alimentaria.

Los expertos en ello deben ser licenciados en Medicina, y especialistas en Psiquiatría o en Endocrinología que hacen una subespecialidad o un curso de alta especialidad en trastornos de la conducta alimentaria.

No nutriólogas que tomaron un diplomado".

Acaso lo más grave es que algunas de esas personas recetan fármacos cuando, al no tener formación médica, en realidad no están facultadas para ello.

"(En Medicina) aprendes distintos mecanismos, la farmacocinética y farmacodinamia de los medicamentos, las contraindicaciones, los efectos secundarios", describe Emmanuel Sarmiento, quien señala que también hay psicólogos recetando psicofármacos no controlados que pueden tener efectos a nivel del sistema nervioso, metabólicos y sobre la libido.

Al final, el abanico de prácticas no sólo incorrectas sino a todas luces fraudulentas es bastante amplio.

"Los psicólogos que realizan intervenciones basadas en terapia de constelaciones familiares, que no ha mostrado ninguna evidencia; terapia de ángeles, terapia de Flores de Bach.", expone Esquivias, alarmado también por cosas que encuentra en redes, como la promesa de una "banda gástrica hipnótica", promociones de cámara hiperbárica para pacientes con demencia, e infinidad de "coaching de vida".

"Algo que nos ha dado gusto a la comunidad médica es que finalmente se desenmascare esto, poniendo el énfasis en revisar en quién ponemos nuestra salud, y que juntos como sociedad podamos alzar la voz y hacer un llamado a la acción para crear mayor consciencia en la atención en salud mental de manera profesional", concluye.

 

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