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Hay mujeres para quienes el nacimiento de su bebé fue el momento más bello de su vida y si bien la maternidad puede ser una experiencia llena de alegría, también se trata de un proceso complejo en el que es importante cuidarse a nivel físico y emocional.

El periodo conocido como posparto está rodeado de una serie de cambios en el cuerpo que podrían poner en riesgo la salud.

"Para una madre primeriza lo primero que ocurre es que aumenta el estrés emocional, aunado a las nuevas preocupaciones de la maternidad, así como el estrés de ajustarse a la nueva rutina", señala la ginecobstetra Graciela Hermosillo García.

A nivel emocional, una afección a la que se suelen enfrentar estas mujeres es la depresión posparto.

Después del nacimiento del bebé, la mayoría sienten cambios de ánimo que suelen desaparecer en las primeras semanas.

Pero cuando esto se alarga, con aspectos como fuerte tristeza, llanto, dificultad para establecer un vínculo con el bebé, miedo a ser madre y pensamientos sobre lastimar a tu hijo o a ti misma, puede tratarse de una depresión y se debe acudir al médico.

Los factores de riesgo para desarrollar alguna problemática de salud están muy relacionados a cómo se vivió el embarazo y si previamente se tuvo depresión.

PREVENCIÓN

Una de las principales recomendaciones para mantener el bienestar físico y emocional inicia antes del nacimiento, explicándole la mujer todos los cambios hormonales que va a tener.

Ya en el posparto, se debe tener reposo, pues la prioridad de las mamás es cuidar de ellas y de su bebé.

Celina Salas, ginecoobstetra, recomienda tener una persona para ayudar con lo necesario, sobre todo en los primeros días posteriores al nacimiento.

"Puede necesitar ayuda para acostarse y levantarse de la cama, por esto será mucho más fácil si alguien se queda como acompañante, para que le pasen al bebé cuando llore o quiera comer".

Mantener hidratación, así como una alimentación balanceada rica en proteína son importantes. También se recomienda incluir suplementos.

Después de unas semanas es sugerido comenzar con ejercicio leve.

Entre las señales de alarma, destaca Hermosillo, están sangrados abundantes, zumbidos en los oídos, fuerte hinchazón de pies y manos, fiebre y mal olor en las secreciones.