MÉXICO, DF.- La tarde de este sábado, jóvenes tomaron el Ángel de la Independencia para pedir la paz y un alto a la violencia.

PUEBLA, Pue.- Bajo el lema “Unidos por el cambio global”, decenas de jóvenes se unieron a la Manifestación Mundial de Indignados, hoy sábado en el zócalo de esta capital.

PUEBLA, Pue.- Bajo el lema “Unidos por el cambio global”

MÉXICO, DF.- Bajo el lema “Unidos por el cambio global”, decenas de jóvenes se unieron a la Manifestación Mundial de Indignados, este sábado en el Monumento a la Revolución.

AGENCIA / EL UNIVERSAL.-

Con pancartas, rostros pintados, consignas o con “cacerolazos”, cientos de hombres y mujeres, pero especialmente jóvenes, se sumaron al movimiento de “los Indignados” o “World Revolution”, que tiene como objetivo reclamar cambios en la estructura de gobierno, acabar con la inequidad social y restablecer la paz.

Nuevo León se unió con “cacerolazos” a la serie de actos de resistencia civil pacífica que se lleva a cabo de manera simultánea en los cuatro continentes para lograr “un cambio global” en materia democrática.

Otras marchas o actos de protesta se celebraron en ciudades como Guadalajara, Distrito Federal, Tijuana, Ciudad Juárez, Querétaro y Puebla, a fin de despertar la conciencia de los mexicanos para pedir y reclamar una mejor repartición de la riqueza.

Precisamente en la entidad poblana, jóvenes de todas las edades se sumaron a la protesta pacífica mundial bajo el lema “Somos los de abajo y venimos por los de arriba”.

Más de 150 personas se congregaron en el zócalo de esa capital, donde expusieron su “indignación”. Jóvenes, en su mayoría, así como personas de la tercera edad, tomaron el micrófono para decir que están hartos de la inequidad social, el descaro de los gobernantes para robar al pueblo, la manipulación de la sociedad a través de los medios de comunicación, la pobreza y la nula calidad educativa.

Una mujer leyó unos poemas, mientras que un hombre convocó a los transeúntes a sumarse a este movimiento que se basa en ideales de igualdad y repudia la descomposición del sistema.

Algunos niños se pintaron el rostro de blanco y exhibieron pancartas con las leyendas: “unidos por el cambio mundial”, “si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”.

Los indignados de Puebla también criticaron la falta de apoyos para el sector juvenil, la ausencia de inversión para el desarrollo de investigaciones.

El reclamo común fue el clima de violencia que prevalece en el país y la narcoguerra se traduce en miles de muertes anuales. Bernardo Hinojosa, uno de los oradores, recalcó que una vida mejor es posible con la solidaridad y movilización colectiva.

En Nuevo León, la Macroplaza fue el escenario para que manifestantes se hicieran escuchar, y la ejecución de cuatro “cacerolazos” fue suficiente para buscar lo que llamaron “el despertar de los neoleoneses” y buscar soluciones en torno a temas como: educación, crisis mundial, impacto ambiental, social, derechos humanos.

“Desde América a Asia, desde África a Europa, la gente se está levantando para reclamar sus derechos y pedir una auténtica democracia.

Ahora ha llegado el momento de unirnos en una protesta no violenta global. “Los poderes actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la mayoría, sin importarles los costes humanos o ecológicos que tengamos que pagar. Hay que poner fin a esta intolerable situación”.