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Corrigen cardiopatía a través de la mano

Mediante algo a primera vista tan simple como una incisión en la muñeca, algunos males del corazón han podido atenderse sin necesidad de una por demás invasiva
domingo, 9 de octubre de 2022
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Agencia/Reforma

Mediante algo a primera vista tan simple como una incisión en la muñeca, algunos males del corazón han podido atenderse sin necesidad de una por demás invasiva y complicada cirugía.

Se trata de la intervención coronaria transradial (TRI, por sus siglas inglés), técnica de mínima invasión de cuya primera aplicación se cumplen tres décadas -aunque estudios ubican la primera intervención de este tipo en 1993-, y que consiste en la inserción de un catéter por medio de la arteria radial ubicada en la muñeca.

Procedimiento con el cual, ilustra el médico especialista en cardiología Andrés García Rincón, se puede dar una alternativa de tratamiento a problemas del corazón como la cardiopatía isquémica, que es el bloqueo parcial o total en una o más arterias coronarias, obstruyendo el suministro de oxígeno y nutrientes que se transportan al corazón por medio de la sangre.

"Anteriormente, la única ruta viable era hacerte una cirugía de revascularización, en la cual tenían que abrirte el pecho, abrirte las costillas para poder exponer el corazón, y poder hacer una cosa que se llama puente vascular", detalla el médico.

Con el cateterismo cardíaco transradial, en cambio, es posible realizar una angioplastia, que es un procedimiento para abrir vasos sanguíneos estrechos o bloqueados, y colocar un stent (endoprótesis vascular), un pequeño tubo de malla de metal que se expande dentro de la arteria.

"Esto es para evitar que se vuelva a cerrar esa arteria, para mejorar ese flujo (sanguíneo) y vuelva nuevamente el organismo a responder de forma adecuada", expone García Rincón, jefe del Servicio de Hemodinamia del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza y pionero en México de la técnica TRI.

"La primera intervención radial en este hospital fue en el 2004. Ya tenemos un rato", destaca el especialista. "Fuimos de los que iniciamos en esta parte ya más consolidada, formal; llevarlo de forma totalmente idónea y escrita para ya tener un entendimiento con las personas para adoptar esta técnica".

En otras palabras, casi dos décadas han pasado desde la primera intervención de este tipo en México, donde, tal cual relata García Rincón, se comenzó a difundir a partir de un programa conjunto de talleres entre el Instituto Nacional de Cardiología y el Gobierno japonés.

Al día de hoy, remarca el médico del CMN La Raza, la aplicación de esta técnica en el País tiene un alcance del 40 por ciento, y la meta es incrementar tal cobertura.

"Poder enrolar a las personas y poder también comunicar de forma efectiva, para que puedan hacerlo ellos de una forma segura", señala el experto.

Que la técnica TRI se adopte en cada vez más instancias a lo largo del territorio nacional es de singular importancia en tanto se trata de una forma de cateterismo cardíaco con mayores ventajas, más eficaz y seguro, que la anterior intervención por vía de la arteria femoral, que se encuentra en la zona de la ingle.

En tal caso, los pacientes debían permanecer acostados durante alrededor de seis a ocho horas para evitar el riesgo de sufrir complicaciones, especialmente las relacionadas a hemorragias en el sitio de acceso.

Se han reportado reducciones hasta del 77 por ciento en el riesgo de dicho tipo de complicaciones a través de la vía radial.

"En cuanto terminamos de hacer el procedimiento, el paciente se puede incorporar. Le hacemos una compresión local, y él es independiente; puede irse al baño solo, puede moverse solo, actuar solo", apunta García Rincón.

Sin necesidad de mayor hospitalización y monitoreo, la técnica TRI también implica una reducción en costos hospitalarios; "un ahorro no nada más para el hospital sino para el País", remarca el médico, quien celebra que, a casi 20 años de haber iniciado con esto en México, ve con buena salud a sus pacientes intervenidos.

Aunque, acota, no es que esta intervención por sí misma ponga fin a los males cardíacos, primera causa de morbimortalidad en México y el mundo, sino que es necesario acompañar con un cambio de hábitos: dieta saludable, actividad física y visitas regulares con el médico para revisar niveles de colesterol y azúcar.

"Hay que hacer una prueba de esfuerzo al año para corroborar que no existe una isquemia", sugiere el especialista.

"Y todo este seguimiento ya es de por vida", enfatiza. "La enfermedad cardíaca no se cura; es crónico degenerativa. Se controla. Pero esto también mucho depende nosotros".

 

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