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Un alivio quirúrgico contra el párkinson

Pacientes con enfermedad de Párkinson pueden llevar a cabo sus actividades cotidianas, sociales y laborales, casi con normalidad.
lunes, 20 de junio de 2022
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Agencia/Reforma

En el mejor momento del día, aprovechando el efecto óptimo de su medicamento, algunos pacientes con enfermedad de Párkinson pueden llevar a cabo sus actividades cotidianas, sociales y laborales, casi con normalidad.

El problema, no obstante, es que tal efecto puede durar apenas un corto periodo de la jornada.

Ante ello, la ciencia médica ha desarrollado e implementado en el último par de décadas un procedimiento quirúrgico que consigue mantener a los pacientes en ese punto óptimo durante el mayor tiempo posible: la estimulación cerebral profunda.

"La cirugía no tiene intenciones curativas, sino que tiene el objetivo principal de potenciar los efectos farmacológicos de los medicamentos que se indican en pacientes con párkinson", precisa en entrevista telefónica el doctor Rodrigo Mercado, neurocirujano funcional especializado en cirugía de párkinson y trastornos del movimiento.

"Únicamente entre el 15 y el 20 por ciento de los pacientes con esta enfermedad llegan a ser candidatos quirúrgicos", agrega el especialista del Centro Médico ABC, refiriendo que el 80 por ciento del éxito de tal procedimiento se basa en la selección correcta de la persona.

Un proceso que implica la participación de diversos profesionales, empezando por un neurólogo experto en enfermedad de párkinson y trastornos de movimiento; un grupo de neuropsicólogos y neuropsiquiatras que evalúen las funciones cognitivas y el estado de ánimo de los pacientes, y un neurocirujano funcional.

Lo que este abordaje multidisciplinario valora es, primero, que en realidad se trate de Párkinson y no de alguna otra enfermedad; asimismo, que la persona aun responda favorablemente al tratamiento farmacológico con levodopa, al día de hoy el fármaco más efectivo para tratar los síntomas y propiciar la calidad de vida de los pacientes.

"Y, tercero y muy importante, que no existan alteraciones demenciales; que el paciente no tenga deterioro cognitivo moderado o severo, y que anímicamente se encuentre estable, que no tenga datos de depresión, principalmente", apunta el neurocirujano.

Sobre todo, la principal indicación es que sean pacientes que cursan con fluctuaciones motoras, que Mercado explica como una condición dentro de la enfermedad en donde las personas tienen el referido efecto reducido del medicamento en el tiempo.

"Sí tienen buena respuesta al tratamiento, pero ya no permanece ese efecto a lo largo del día; sino que el paciente presenta periodos de respuesta óptima alternados con periodos de pobre o nula respuesta a los medicamentos.

"El objetivo de la cirugía de estimulación cerebral profunda, entonces, es llevar al paciente y mantenerlo en esa condición óptima de medicamentos, en la mejor respuesta posible con levodopa, a lo largo del 100 por ciento de las horas despierto", refrenda el experto.

La planeación de la cirugía

Una vez seleccionado de manera precisa y estricta, el paciente es preparado para este procedimiento, que consiste en la colocación de electrodos milimétricos en estructuras cerebrales profundas llamadas ganglios basales, los cuales están involucrados en la generación de los síntomas motores de la enfermedad.

"Al colocar los electrodos cerebrales en estos ganglios, en estas estructuras cerebrales, podemos modular la actividad funcional de las mismas mediante señales eléctricas dirigidas a través de estos electrodos", ilustra el neurocirujano.

"Son estructuras cerebrales que miden entre 10 y 12 milímetros, son muy pequeñas; debemos ser muy exactos al momento de colocar los electrodos en ese sitio.

Para eso es necesario preparar al paciente -se le conoce como planeación quirúrgica- con una resonancia magnética de alta definición".

Esta resonancia se carga en un software especializado para cirugía estereotáctica funcional, que permite a los expertos reconstruir en diferentes planos el cerebro del paciente y realizar la cirugía de manera virtual unos días antes del procedimiento quirúrgico real.

"De tal manera que, el día de la cirugía, yo ya tengo un plan quirúrgico que es exacto, dirigido hacia esas estructuras cerebrales milimétricas, y al mismo tiempo seguro porque ese plan yo también lo diseño con la intención de reducir, en el descenso de los electrodos, el riesgo de alguna complicación transoperatoria", comparte Mercado.

Dicho de otra forma, los especialistas reconocen virtualmente el terreno y se adentran a lo profundo de estas cavernas cerebrales desde antes. Un plan de ruta trazado previamente que logran reproducir durante la cirugía gracias a una herramienta llamada marco de estereotaxia -un dispositivo metálico que se coloca en torno al cráneo del paciente-, con un rango de error menor a medio milímetro.

Esto, sin embargo, no hace menos complejo el procedimiento, que se realiza incluso con el paciente despierto, a quien se le ha suspendido el tratamiento un día antes para que las manifestaciones de su enfermedad -la rigidez, lentitud de movimientos o el temblor- sean muy evidentes durante la cirugía y se pueda verificar el beneficio de la estimulación mediante los electrodos en ese mismo instante.

"Es lo interesante de la cirugía: hay un proceso muy complejo que lleva, generalmente, meses de selección del candidato, planeación de la cirugía, y seis horas en el quirófano; pero realmente en esos 15 o 20 minutos en los que se hacen las pruebas con el paciente es cuando se define que en verdad hicimos todo correcto".

En cuanto se han depositado los electrodos en el punto exacto del cerebro, la segunda parte del procedimiento consiste en descender por debajo de la piel y a lo largo de la cara lateral del cuello para conectarlos en el generador de impulsos, una suerte de marcapasos, que se implanta en el pecho del paciente mediante una pequeña herida.

"Este generador recargable se encargará a lo largo de los siguientes años de enviar esas señales eléctricas que identificamos eran de beneficio para el paciente", expone Mercado.

"Ya no van a ser estímulos transitorios, como los encontramos en el quirófano, sino que ya serán estímulos continuos que recibirá el paciente las 24 horas del día durante los siguientes años".

Registran mejoría notable

La estimulación cerebral profunda mejora las condiciones del paciente con párkinson, reduciendo sus síntomas por encima de un 60 por ciento.

Tras someterse a la cirugía, las personas son capaces de desempeñar las actividades cotidianas, de higiene, vestido, cuidados personales, y también de interacción social y laboral, como en el mejor momento de respuesta al tratamiento médico, pero todo el día.

Algo que se logra, además, con una dosis 50 a 60 por ciento menor del fármaco. Lo cual implica no sólo un ahorro económico -pues se pueden gastar hasta 10 mil pesos al mes en medicamentos-, sino una disminución en las molestias y efectos secundarios.

"Muchos de estos medicamentos tienen impacto sobre la función cognitiva y sobre la función del sueño; muchos también impactan sobre la sensación de tristeza y ansiedad.

Entonces, la reducción de medicamentos beneficia todos estos aspectos no motores de la enfermedad, por un lado.

"Segundo, al aumentar la calidad de vida de los pacientes hay un beneficio inmediato sobre el estado de ánimo; hay reducción en la ansiedad y un aumento en la capacidad de atención, interacción social y laboral", destaca el neurocirujano funcional Rodrigo Mercado.

Si bien el Párkinson es una enfermedad progresiva y degenerativa, los parámetros de la estimulación se van ajustando desde el marcapasos a lo largo del tiempo conforme hay un gradual empeoramiento de los síntomas.

Es decir, el beneficio del procedimiento quirúrgico va compitiendo con la progresión del padecimiento.

"El paciente acude de forma periódica a consulta con el neurólogo experto en Párkinson, que es parte importante del equipo en esta cirugía, ingresa también al quirófano conmigo y la decisión de dónde colocar los electrodos la tomamos juntos, porque él es quien se va a encargar durante los siguientes años de realizar los ajustes en la programación y en los medicamentos del paciente.

"De manera que se multiplican las posibilidades de tratamiento. Las personas ya no sólo dependen de los medicamentos, sino que dependen de la estimulación", remarca Mercado, quien en los últimos 15 años ha operado a cerca de 300 pacientes con esta enfermedad, 170 de ellos con estimulación cerebral profunda.

Con este procedimiento realizándose a lo largo del mundo desde 1993, los expertos cuentan con la evidencia de que el beneficio del mismo tiene una duración de 15 hasta 20 años.

Un cambio significativo no sólo en la vida de las personas con Párkinson, sino también en la de sus familiares, sus cuidadores y todo su entorno.

¿Al acceso de todos?

De acuerdo con el neurocirujano funcional Rodrigo Mercado, la cirugía de estimulación cerebral profunda es un procedimiento reconocido dentro de los catálogos de las compañías de seguros, por lo cual suelen cubrir la totalidad del costo.

Sin embargo, existe también el programa altruista Trastornos del Movimiento, impulsado por el Centro Médico ABC y la Fundación del hospital, que al día de hoy ha beneficiado con una de estas cirugías sin costo alguno a alrededor de 90 personas de escasos recursos.

"Este programa sigue vigente para pacientes con Párkinson, continúa todavía trabajando; es una labor extensa y loable que desempeñan los grupos de neurología y neurocirugía expertos en esta área", celebra el especialista, invitado hace un par de años a ser parte de este programa asistencial.

Los beneficiarios son, en su mayoría, elegidos y referidos por el Instituto Nacional de Neurología, aunque en la actualidad también existen ya convenios con otras instituciones públicas, como el Instituto Nacional de Pediatría, apunta Mercado.

"E incluso ya algunos pacientes que tienen conocimiento de este programa se han acercado de manera directa al Centro; reciben una evaluación dirigida por parte de los expertos en la enfermedad, y se define a través de los programas de trabajo social si son candidatos a este recurso", expone, haciendo la invitación a quienes estén interesados a que acudan al Centro Médico ABC por informes.

ASÍ LO DIJO

"La cirugía no tiene intenciones curativas, sino que tiene el objetivo principal de potenciar los efectos farmacológicos de los medicamentos que se indican en pacientes con párkinson".

"El objetivo de la cirugía de estimulación cerebral profunda, entonces, es llevar al paciente y mantenerlo en esa condición óptima de medicamentos, en la mejor respuesta posible con levodopa, a lo largo del 100 por ciento de las horas despierto",

Rodrigo Mercado, Neurocirujano especializado en Párkinson.

15 a 20% de los pacientes con párkinson son candidatos a esta cirugía

80% del éxito del procedimiento es por la selección correcta de la persona.

60% se reducen los síntomas.

50 a 60% se reduce la dosis de fármaco

$10 mil al mes llegan a gastar los pacientes en medicamentos.

170 pacientes ha operado el doctor Rodrigo Macías con estimulación cerebral profunda en 15 años.

15 a 20 años duran los beneficios de la cirugía.

 

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