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Para prevenir la adicción de niños y adolescentes a redes sociales, el papel de los padres es clave.
jueves, 19 de mayo de 2022
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Agencia/Reforma

Para el médico psiquiatra Felipe Rangel Hassey, para prevenir la adicción de niños y adolescentes a redes sociales, el papel de los padres es clave: ellos son los encargados de enseñar a los menores a verbalizar sus necesidades, emociones y frustraciones en un ambiente empático y de confianza y de esa manera evitar que lo suplan todo con un dispositivo electrónico.

Como padres y madres, así como aprendemos a monitorear o limitar el uso de "sustancias restringidas" como tabaco y alcohol en nuestros hijos, sería oportuno aprender a monitorear el uso de redes sociales de igual manera y enseñarles que no es algo inocuo, agrega.

Muchos estudios serios y científicos sí vinculan al tiempo de uso de redes sociales con incidencia de depresión y ansiedad, advierte el especialista en la prevención y cuidado de la salud mental.

En tu experiencia profesional, ¿conoces casos de niños o adolescentes que viven enganchados a Tik Tok y otras redes sociales? ¿Por qué sucede? ¿Cómo lo viven?

Sí, y no solo la parte joven de la población, también adultos.

Sucede por múltiples cuestiones y hablando de niños y adolescentes, esa conducta va muy anclada a los modelos parentales con los que crecieron.

Generalmente son niños que de pequeños al tener alguna necesidad emocional o social, en vez de ser atendidos por sus padres de una manera atenta y empática se les daba algún dispositivo electrónico para distraerse, de manera constante.

En corto ¿qué sucedió? En vez de fomentar y enseñar (directa o indirectamente) herramientas de interacción social, herramientas para tener tolerancia a la frustración, herramientas de comunicación interpersonal o de verbalización emocional, todo fue reemplazado por un "chupón" virtual.

Esto lo viven, entonces, a manera que a través de un dispositivo electrónico o una tecnología de la información suple muchas de esas necesidades tan básicas humanas, modificando mucho su entendimiento personal y la manera de relacionarse con el mundo, generalmente en detrimento.

Pueden llegar a ser personas con mucha dificultad en expresar sus emociones o necesidades, así como en comprender las emociones o necesidades de los demás.

También pueden ser personas con mínima tolerancia a la frustración, manifestándose como berrinches o cambios de humor súbitos y desmesurados.

Todo esto sin contar el contenido que lleguen a consumir en internet, que por sí solo modifica la visión de uno mismo y el mundo.

¿Qué sucede en el cerebro para que se dé esta conducta adictiva o uso excesivo de redes?

Cuando hablamos de una conducta adictiva podríamos referirnos a la manera en la que nos relacionamos con un estímulo positivo determinado o a la falta de éste.

En este caso, los algoritmos de algunas redes como TikTok o Instagram están diseñadas para mostrar al usuario contínuamente más de lo que ya te gusta: ¿Te gustan los gatitos? Aquí van 30 videos más de gatitos.

¿Estás viendo videos de viajes? Te van a aparecer 20 videos más de la misma temática.

De manera muy general, en el cerebro tenemos un "centro de recompensa" llamado el Núcleo Accumbens. Todas nuestras conductas orientadas a esa sensación de placer, recompensa o felicidad están mediadas por este núcleo, y a su vez, predominantemente por la liberación del neurotransmisor dopamina.

¿Cómo se genera esta conducta adictiva a groso modo?

1. Inicialmente, el comienzo de una conducta adictiva está mediada en la búsqueda de este gusto o euforia que causa alguna sustancia o acción; es algo muy basado en un impulso de placer y se repite para generar ese "gozo".

2. Posteriormente los efectos placenteros ya no llegan a ser tan estimulantes como en un inicio por lo que generalmente la conducta adictiva demanda más tiempo o cantidad de lo que se estaba consumiendo.

Es algo muy basado en una conducta compulsiva y se repite ya no para sentirse bien, sino para no sentirse mal.

En el caso de las redes, los seres humanos somos animales muy orientados a través del sentido de la vista, de tal manera que al estar siendo expuestos constantemente a estos videos que nos son placenteros, estamos liberando pequeñas cantidades de dopamina en el centro de la recompensa, causando una sensación de placer, con el detrimento que esto es por un periodo muy corto de tiempo.

¿Qué pasa entonces? Esto causa que estés consumiendo estas tecnologías de la información por un tiempo prolongado sin medir el tiempo que le inviertes o sin importar las horas que le resten de tu día.

¿Cuáles son las causas psicológicas-emocionales de esta adicción a redes sociales?

Hay muchos factores psicosociales que medían el uso desmesurado de redes.

Uno de ellos es la comparación constante con otros. Como ejemplo, algunos adolescentes y adultos pueden tener un autoestima centrado en la apariencia física y pensar que no son atractivos.

Esto genera una sensación de malestar personal, que a su vez desaparece efímeramente cuando están consumiendo imágenes irreales de belleza en redes, mismos que luego pueden generar nuevamente una sensación personal de inadecuación, lo que puede llevar a consumir más contenido de lo mismo.

Se vuelve un ciclo infinito. Esto aplica para temas como belleza, dinero, poder, status y generalmente causa un pensamiento distorsionado de "yo ya debería tener X, porque esa otra persona parece que ya lo tiene".

Mucho de este tema psicológico, entonces, está centrado en el concepto de la validación y recompensa. El problema aquí es que la validación se busca entonces desde fuentes externas en vez de fuentes internas y esto habla de una autoestima altamente fragmentada y porosa.

Es decir, el concepto que tengo de mí mismo está basado en las prendas de ropa que uso, en los lugares que visito para vacacionar, en el despliegue de riqueza que pueda tener, en el porcentaje de grasa corporal o músculo que pueda tener.

y todo esto lo mido a través de "likes o followers". ¿Ves el problema? Es estar persiguiendo eternamente un oasis o espejismo ilusorio que siempre te va a dejar con sed y necesidad de más.

 

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