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En el arrendamiento de inmuebles, como todo negocio, se puede ganar y se puede perder.

Depende de la actitud que tomes cuando el inquilino incumpla con el contrato, como abandonar el inmueble antes de tiempo.

Para reducir riesgos, es necesario que el documento sea redactado por un profesional y, de preferencia, ratificado ante un notario público.

Marco Antonio Hinojosa, de Garantía Jurídica Inmobiliaria, presenta varios escenarios.

"Resulta que los vecinos no le cayeron bien al inquilino o que hay una construcción que no lo deja dormir", dice.

Obviamente una de las soluciones más fáciles es cambiarse de casa.

Ahí la cuestión es hacer entender al inquilino que es un tema externo al contrato lo que lo impulsa a salir y es su propia decisión.

El detalle es que quien pide salir anticipadamente es el arrendatario.

"En teoría, si el inquilino se sale antes de que se termine el contrato, se debe cobrar todos los meses que queden pendientes", comenta Hinojosa.

El mediador certificado por el Poder Judicial del Estado añade que hay ocasiones en que el propietario puede ser un poco más consciente de la situación.

"Si el inquilino dice: ya no puedo pagarte la renta porque me quedé sin trabajo o me cambiaron de ciudad en el trabajo y ya me tengo que ir, entonces quiero entregarte el inmueble.

"Ahí se puede valorar la situación", sugiere.

Se recomienda pedir pruebas de estas situaciones.

Hay dueños que aunque saben que el inquilino pasa una mala racha, exigen el pago de los meses restantes y demandan, aunque se entregue el inmueble.

Esto a la larga resulta un proceso tedioso para ambas partes.

Hinojosa señala que en el contrato de arrendamiento puede haber una cláusula de salida un poco más "light".

"Se cobran dos meses de renta de penalidad si la propiedad está en buen estado.

"O el propietario se queda con el depósito y pide un mes más de pago o que el inquilino arregle los desperfectos que haya en la propiedad", explica.