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Toma cineasta a Gael García como alter-ego

Experimenta el palestino Elia Suleiman con el humor global en 'De Repente, filme semiautobiográfico, participa Gael García. Foto: Archivo
Resulta natural que el cine de alguien que ha sido llamado el heredero de Jacques Tati o Buster Keaton esté lleno de silencio.
jueves, 28 de abril de 2022
Por: Mario Abner Colina
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Agencia/Reforma

Cd. de México (28 abril 2022).- Resulta natural que el cine de alguien que ha sido llamado el heredero de Jacques Tati o Buster Keaton esté lleno de silencio.

El palestino Elia Suleiman (Intervención Divina, Crónica de una Desaparición), quien vuelve a interpretarse a sí mismo (al menos a una versión de sí) en su nuevo filme, De Repente, El Paraíso, cree que lo raro es lo que hacen los demás.

"Me sorprende cómo hay muchísimos diálogos en el cine", dice en una videollamada. "El silencio es un lenguaje con una multiplicidad de significados y lecturas.

Y es simple: el silencio ocupa la mayor parte de nuestras vidas, de nuestros días. Contemplamos más de lo que hablamos".

En De Repente, El Paraíso, que llega esta semana al circuito de cine cultural de México, Suleiman se embarca en un viaje lejos de Palestina (el primero en su filmografía) para conseguir patrocinadores para su nueva película.

París y Nueva York lo recibirán entre viñetas llenas un humor del absurdo, como un desfile de tanques en la capital gala, o un surreal encuentro con el actor mexicano Gael García Bernal en la Gran Manzana.

El silencio atraviesa cada secuencia construida por Suleiman, quien en todo el metraje, debajo de su icónico sombrero de ala ancha, apenas abre la boca.

Durante la charla asegura que, más que cineasta, le gusta describirse como un pintor de "tableaux vivants" cuyos trazos son realizados con pequeños sketches no con una continuidad narrativa, sino poética.

"Diría que mis películas son semiautobiográficas. La mayoría de las cosas que aparecen han pasado: o yo las he vivido u oído, o le pasaron a gente cercana a mí.

"Hay parecidos entre el Elia Suleiman personaje y yo. No es que me comporte igual, pero definitivamente es una extensión".

Detrás de su aparente ligereza, en De Repente, El Paraíso también hay una capa más espesa, de complejidad.

Con su humor del absurdo que medita en el sinsentido de la existencia, Suleiman también viene a hablar de lo que llama la "palestinización" del mundo.

Es decir, que la violencia, la discriminación, la ineptitud gubernamental, la ansiedad social, los estados policiales, hacen raíces en todas las latitudes del orbe, no sólo en Medio Oriente.

"Había una guerra mundial desarrollándose antes de que (Vladimir) Putin invadiera Ucrania: tensiones aquí y allá instigadas por grandes compañías, por la maquinaria de guerra.

Creo que era el momento de hablar contra este status quo".

En un momento de la cinta, a Suleiman un productor le dice que su proyecto no puede ser financiado porque no es lo suficientemente palestino, porque podría ocurrir en cualquier sitio.

La crítica, admite, está basada en la realidad: al inicio de su carrera, desconcertados, algunos lo insultaron por el presunto despropósito que suponía una historia palestina cargada de humor.

Con De Repente, el Paraíso, tras su estreno en el Festival de Cine de Cannes, le dijeron que no debería intentar hacer una crítica tan global.

"Hay una noción colonial, porque se cree que si eres nativo de algún lugar sólo debes lidiar con esos problemas, pero no levantar situaciones de absurdo, de humor, más allá".

 

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