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Más allá de estar sano

La industria del bienestar físico no siempre está fundamentada en el verdadero bienestar de la persona.
jueves, 13 de enero de 2022
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Agencia/Reforma

La industria del bienestar físico no siempre está fundamentada en el verdadero bienestar de la persona.

Al contrario, el impulso al cuerpo delgado y esculpido ha provocado que se pierda de vista el sentido final de lo que el ejercicio provoca en el ser humano: tener salud.

Activistas y especialistas ahora más que nunca señalan que el cuerpo perfecto no existe, en todo caso que es inalcanzable, pero que, además, la llamada "cultura fitness" es nociva para la salud y para una sociedad que determina el valor de una persona a partir de su aspecto.

Trilce Rangel Lara hizo una investigación para su tesis de Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Guadalajara en la que indaga en los discursos y narrativas de un grupo de entrenadores en un gimnasio de cadena ubicado en Ávila Camacho.

Ahí encontró las diferentes explicaciones y contradicciones de un discurso que premia a los cuerpos delgados o "marcados", en el argot fitness, y rechaza a quienes no se adhieren a estos valores, a quienes no se esfuerzan.

"Hay una distinción grande entre hacer ejercicio y la cultura fitness", explica.

"Éste último está vinculado a consumos en donde la inscripción al gimnasio es lo más barato".

En su investigación apunta varias contradicciones en este discurso: por un lado la publicidad que afirma que cualquiera puede esculpir su cuerpo solo yendo al gimnasio y, ya adentro, los entrenadores recurren a la culpa, a la idea del sacrificio, del trabajo duro y por años y de la voluntad para mantenerse allí a pesar de todo.

Rangel Lara afirma que existe un gran elemento de clase y raza en esta cultura.

¿Qué personas pueden dedicarle dos horas de su día al gimnasio? ¿Quiénes pueden comprar suplementos, fibras, vitaminas, ropa especial o hasta fármacos para marcar sus músculos? Sólo quien diga sí a todo, parece ser, puede entrar en el sistema.

"Tener tiempo para hacerlo, el dinero para pagarlo, tener tiempo para cocinarte lo que se supone que tienes que comer, pagar nutriólogo, fisioterapeuta, la ropa para entrenar, los zapatos para entrenar, los suplementos.

"Para ello la gente que corre por su cuenta, o que se ejercita en el trabajo o en su casa no es fitness, porque no hace consumos vinculados. Es que los otros sepan que hago ejercicio porque tengo ciertos consumos.

Al final del día el cuerpo termina siendo otro capital, un estatus", dice.

Al rechazar a las personas que no dedican el tiempo y los recursos a construir su cuerpo, lo que casi siempre significa bajar de peso, estos discursos motivados por los gimnasios y otras industrias vinculadas al ejercicio o el entrenamiento, premian a aquellas que sí pueden disciplinarse y hacer sacrificios en nombre del bienestar.

"Todo el mundo quiere ser saludable, todo el mundo se quiere cuidar y verse de una manera, pero matarse en el gimnasio no necesariamente quiere decir que estés sano, tú puedes estar sano de otras maneras pero en estos discursos esas maneras no son válidas", dice Trilce.

Muchas personas, según su experiencia, viven con la decepción de no poder cumplir con la promesa de los gimnasios de ver resultados en 15 días.

"Lo que hacen es que te convencen de que el que está fallando eres tú, venden la idea del cambio a corto plazo como si el modelamiento corporal fuera mágico e instantáneo, algo que está al alcance de cualquiera y que si no lo tienes es tu culpa, hay una individualización de la culpa creada a partir de estándares estéticos gordofóbicos y raciclacistas".

Cada cuerpo es distinto y en el modelamiento corporal juegan muchos elementos, como procesos genéticos, el acceso a alimentos que tienen varios estratos sociales y el tiempo que se puede invertir en comer y entrenar.

"Las élites han secuestrado la idea del cuerpo y la idea del bienestar corporal, te van aislando y te bombardean de ideas de que es fácil cambiar tu cuerpo y bajar de peso.

"El cuerpo trabajado es tiempo y es dinero invertido, y rechaza a las personas que no se cuidan porque no se quieren y eso las vuelve poco fiables. Ahora el factor más importante para la movilidad social es el capital corporal, me atrevo a decir".

ASÍ LO DIJO

"Todo el mundo quiere ser saludable, todo el mundo se quiere cuidar y verse de una manera, pero matarse en el gimnasio no necesariamente quiere decir que estés sano".

Trilce Rangel Lara, Investigadora.

QUÉ ES LA CULTURA FITNESS

La investigadora Abril Zarco, quien ha indagado este fenómeno en México por más de 10 años, define esta cultura como un conjunto de prácticas orientadas al "estar en forma" que se relacionan con un estilo de vida donde se enaltece la salud y la belleza como signos de bienestar y distinción.

"El estilo de vida del fitness solo se vuelve posible de alcanzar si se pertenece a cierta clase social y económica dentro de nuestra sociedad, ya que está basado en la exclusividad, los consumos 'de marca', 'de firma', 'de renombre'.

Consumos que permiten a quien los hace o los porta establecer una distinción con otros que buscan insertarse en él", dice en su ponencia "La cultura del fitness: el nuevo Beauty Trend" que dio en 2011 en un Congreso en Ciudad de México de ciencias, arte y humanidades.

Para Trilce Rangel, este concepto puede definirse como una latencia a querer ejercitarse de maneras muy específicas.

"Es un tanto engañoso, porque el discurso está vinculado a ser sano y ser saludable aparentemente dejando de lado la apariencia física, todos los videos y la publicidad va enfocado en ser sano, pero escarbas un poco y te das cuenta de que no es eso: no es estar sano, es verse de cierta manera y consumir ciertas cosas", dice.

UN ENTRENAMIENTO AMABLE CON TU CUERPO

Noris Vargas es una entrenadora certificada en Quintana Roo. Su forma de entrenamiento, sin embargo, es distinta. La hace sobre todo a distancia, algo que empezó a partir de la pandemia, y con una idea de amor y bondad hacia el cuerpo.

Desde el inicio de su trabajo ha buscado entender los entrenamientos y rutinas a partir de la idea de que cada cuerpo es distinto y que la meta de iniciar uno no debe ser únicamente bajar de peso.

"Yo también comencé a ejercitarme con la idea de adelgazar, pero luego me di cuenta de que me gusta mucho más hacer ejercicio cuando mi cuerpo es capaz de hacer cosas que antes no podía como correr o cargar cosas pesadas", dice.

Para ella un entrenador que sea más sensible o más atento a la diferencia de experiencias, corporalidades, incluso a ciclos hormonales, hace la diferencia entre disfrutar y sufrir el ejercicio.

"Conciencia y paciencia con nuestros cuerpos. Esa mirada me ha permitido ir revisando el proceso en lugar de enfocarse en alcanzar metas, ir revisando el proceso es parte de lo que nos permite tener entrenamientos amables y compasivos, observar y atender plenamente lo que está haciendo nuestro cuerpo al momento de entrenar, cambia mucho la manera en la que vemos el ejercicio".

Noris no tiene un cuerpo convencionalmente leído como un cuerpo fitness. Es más bien una mujer fuerte y esto le ha valido comentarios y críticas en sus redes sociales, donde comparte estrategias y explicaciones de ejercicios continuamente.

"Es ese acoso constante sobre no tener un cuerpo válido como si eso significara que no soy una buena entrenadora. He recibido comentarios negativos de otros entrenadores con el mismo discurso de que tienes que verte de tal o cual manera para poder ayudar a otros".

Ella sabe que es importante entender que no todos buscan los mismos objetivos en el entrenamiento y quitar esta presión de tener que ser delgado o delgada.

"De entrada el término fitness es capacitista desde su significado en inglés: la capacidad de hacer, ¿cuáles cuerpos son fitness?: los delgados que se ven de cierta manera.

Todos los cuerpos son capaces de hacer mil cosas más allá de tamaños, apariencias y colores", afirma.

Los entrenamientos de Noris afirman algo aparentemente imposible dentro de la cultura fitness: que puedes hacer ejercicio sin odiar a tu cuerpo.

TABLA

¿PUEDO DISFRUTAR DEL ENTRENAMIENTO?

La investigadora y la entrenadora entrevistadas señalan estas medidas para hacer de tu experiencia con el ejercicio menos tóxica.

1. No tienes que empezar ni en un lunes ni un primero de mes ni en un primero de enero: en cualquier momento en el que decidas empezar el proceso va a estar bien.

2. Que tu primer esquema y tu primer objetivo sea, por lo pronto, entrenar, cuando la primera meta es perder 20 kilos en tres meses, tantas expectativas ponen innecesariamente difícil el camino.

3. Cualquier entrenamiento es válido y positivo ya sea de bajo impacto, yoga, correr o levantar pesas.

4. Busca rutinas diseñadas para ti, un ejercicio no necesariamente está bien hecho si estás muy cansado o adolorido.

5. Dejar de pensar tus objetivos en función de la báscula y pensarlos mejor en función de habilidades: lograr correr un maratón, poder escalar una montaña, lograr cargar más peso.

6. No necesitas ir al gimnasio para entrenar, con muy pocas cosas pueden hacerlo en casa: basta un tapete, algunas pesas y, si te es posible, bandas de resistencia.

7. Escucha tu cuerpo: atiende cuando no es un buen momento físico o mental para hacer ejercicio, no se acaba el mundo si hoy puedes hacer menos cosas que ayer.

 

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