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Accidente cambia su posición: de catcher a pitcher

Araiza ya hizo su debut como pitcher, aunque espera regresar a la posición de catcher. Foto: Cortesía
El 2 de febrero de 2020, Armando Araiza, catcher de los Diablos Rojos del México, vio como su carrera estuvo a punto de llegar a su fin.
lunes, 7 de junio de 2021
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Sineli Santos Agencia/Reforma

Cd. de México

(07 junio 2021)

El 2 de febrero de 2020, Armando Araiza, catcher de los Diablos Rojos del México, vio como su carrera estuvo a punto de llegar a su fin.

Un accidente automovilístico en Guadalajara le ocasionaría graves lesiones en su mano izquierda, su principal arma con la que recibía los lanzamientos de los pitchers en la receptoría.



"Al momento de que me sucedió eso yo pensé que ya había perdido mi carrera, sin embargo ya que salí de cirugía, vi mi mano y dije que tenía que volver a jugar beisbol y aquí estoy, es algo difícil pero es algo que me metí en mi mente de que tenía que volver a jugar y lo iba a hacer, ya en este momento de pitcher, pero lo tenía que hacer", comenta el sonorense.



Las cuatro cirugías reconstructivas y una larga recuperación, llenaron de esperanza al pelotero, quien se puso como objetivo volver al diamante en una nueva posición, la de pitcher.



"Las constantes las rehabilitaciones yo creo que me han ayudado mucho, al igual que los trainers, ha sido muy doloroso, pero no me voy a rendir hasta tener mi mano al cien por ciento y lo voy a lograr, con el favor de Dios, es algo que está en mi mente y tengo que lograrlo.



"Ha sido un poco, bueno, bastante difícil el poder y estar adaptándome a otra posición, pero he trabajado bastante fuerte estos cuatro meses que he trabajado de pitcher y yo creo que ahorita es trabajar el doble para poder demostrarle al equipo que puedo lograrlo de que puedo seguir jugando, estar en el terreno de juego, que lo que más me gusta es jugar beisbol", agrega Araiza.



Pasar de una catcher a lanzador requiere de mucho esfuerzo, dedicación y paciencia. En la parte física, la mecánica fue la parte que más trabajo le costó a Araiza, y en lo mental, olvidarse del dolor en la mano.



"Creo que todo (ha cambiado), más que el gimnasio, el correr, ya ves que los pitchers corren mucho, ha cambiado radicalmente en todo para mí, la forma de prepararme más que nada.

Más que nada es la mecánica, es lo más difícil para mí al nunca haber hecho eso, el conocer bateadores, de catcher yo los conocía, ahora me toca de pitcher.



"Trato de dejarlo a un lado, de perderle el miedo al dolor de cachar la bola, aún me sigue molestado y al momento de las terapias tengo que aguantar lo más que pueda para que mi mano mejore.

Al momento de estar en el terreno de juego calentando con mi compañero yo trato de pensar que no tengo nada para hacerlo bien y se acostumbre a la hora de estar en la competencia", relata el también jugador se Yaquis de Ciudad Obregón.



DEBUT EN JUEGO HISTÓRICO

Sus nueve temporadas en sucursales de Grandes Ligas lo respaldaron frente al mánager escarlata Miguel Ojeda a la hora de pedir una oportunidad.



Para la actual temporada, Armando Araiza fue considerado parte del roster, ahora como integrante del selecto grupo de pitchers liderados por el ligamayorista Roberto Osuna.



Aunque aún no se acostumbra a ver de lejos a los receptores Ricardo Venezuela, Eduardo Revilla y Julián León, aprovecha su nueva faceta para sacarle provecho a otros aspectos que antes no consideraba.



"Al ver a mis compañeros, a los catchers, la verdad que si lo extraño, pero bueno, es parte del proceso que tengo ahorita de ser pitcher y de poder lograrlo.



"Quizá que pueda descansar más mi mente un poquito (ahora como pitcher), mi cuerpo, mis piernas, pero siempre va a seguir siendo lo mismo del beisbol, el trabajar fuerte para estar sanos toda la temporada", puntualiza.



El 28 de mayo, el nacido en Sonora subió al montículo por primera vez en la derrota de los Pingos frente al Águila de Veracruz por pizarra 8-0.



Seria precisamente en este duelo cuando el sudafricano Dylan Unsworth, conseguiría el primer juego sin hit ni carrera de la campaña.



Salir antes de que sus compañeros al campo, lanzar la pelota y recibirla, es la cábala que Araiza deja en un pasado temporal, espera que, dentro de 2 o 3 años, su mano izquierda se encuentre bien y pueda volver a la receptoría.

 

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