Los Ángeles, Estados Unidos (25 febrero 2021).- California llegó a 50 mil 927 muertes por Covid-19, el primer estado de Estados Unidos en alcanzar esa cifra, según datos de Universidad John Hopkins.

La mayoría de esas muertes se registraron recientemente, durante un gran aumento invernal que siguió a un periodo de recuentos de casos relativamente bajos y una esperanza cada vez mayor de que el virus podría controlarse hasta que llegaran las vacunas.

Según una base de datos del New York Times, California, el estado más poblado del país, promedió más de 560 muertes por día en su pico en enero.

Por el contrario, durante gran parte de noviembre, informó menos de 50 muertes por día en promedio.

El condado de Los Ángeles tardó casi 10 meses en llegar a 400 mil casos, pero poco más de un mes para agregar otros 400 mil, del 30 de noviembre al 2 de enero.

Aunque el estado reportó más muertes totales que cualquier otro en la nación, está lejos de ser el más afectado en relación con el tamaño de su población.

Al menos 30 estados informaron más muertes totales por habitante y Nueva Jersey registró el doble.

Al contar la pérdida de vidas en la vasta extensión de California, se contradice el impacto desigual del virus en las comunidades de color más pobres, particularmente en el Valle Central y Los Ángeles.

Los latinos, que son más propensos que otros californianos a trabajar en industrias esenciales y menos propensos a tener los recursos o el espacio para aislarse si se infectan, se enfermaron y murieron a tasas muy altas.

Las cifras estatales muestran que los latinos, que constituyen el 39 por ciento de la población del estado, representaron el 46 por ciento de las muertes de California.

"Hemos creado un sistema hospitalario separado y desigual y un sistema de financiamiento separado y desigual para las comunidades de bajos ingresos", dijo la Dra. Elaine Batchlor, directora ejecutiva del Hospital Comunitario Martin Luther King Jr. en Los Ángeles, el hospital más afectado por su tamaño en el condado más afectado del estado.

Y hasta ahora, California no pudo evitar que las mismas desigualdades plaguen el esfuerzo de vacunación del estado, un proceso que fue criticado como caótico y confuso.

A mediados de noviembre, cuando se acercaba el Día de Acción de Gracias, los funcionarios estatales advirtieron que podría estar en camino otro aumento.

A medida que aumentaron los casos, los líderes rogaron a los californianos que no se confiaran y no redujeran las precauciones.

Cuando volvieron a imponer las restricciones que se levantaron, la medida se sumó a una sensación generalizada de agotamiento, otra reversión desalentadora de la pandemia.

Casi todos los 40 millones de residentes de California pasaron las vacaciones bajo estrictas órdenes de quedarse en casa. Se prohibieron las reuniones con personas con las que no vivían.

Sin embargo, incluso con esas restricciones, el virus se propagó rápidamente y los hospitales se vieron desbordados.

Escenas como las que se desarrollaron en Nueva York durante la primavera, cuando las pruebas eran escasas y las muertes probablemente no se contaban, se volvieron comunes en el sur de California, frustrando las esperanzas de los expertos de que pudieran evitarse.

La región era un centro de la pandemia en Estados Unidos, justo cuando comenzaban a administrarse las primeras vacunas.

Los médicos y enfermeras trataban a los pacientes en los vestíbulos de los hospitales. Los familiares observaron de forma remota cómo sus seres queridos daban su último aliento.

Los trabajadores de la salud que los apoyaron todavía están lidiando con los efectos persistentes del trauma sostenido.

"Es realmente difícil expresarlo todo con palabras", dijo Helen Cordova, enfermera de la unidad de cuidados intensivos en Kaiser Permanente Los Angeles Medical Center, la primera persona en California en recibir una vacuna fuera de un ensayo clínico.

Además de todo, los investigadores confirmaron que una variante del coronavirus que ahora se propaga en California es más contagiosa que las versiones anteriores del virus.

Sin embargo, hay esperanza. California ahora informa la mitad de casos nuevos por día, en promedio, que hace dos semanas. A algunos condados se les ha permitido levantar restricciones.

Los funcionarios locales dicen que se avecinan más reaperturas. Los legisladores estatales aprobaron un paquete de ayuda de 7.6 mil millones de dólares esta semana.

Y como señaló el Gobernador Gavin Newsom, cuya fortuna política depende de que los niños vuelvan a la escuela y que las inyecciones lleguen a los brazos de una población diversa y lejana, California administró muchas más dosis de vacunas que cualquier otro estado.