FOTO EFE

AGENCIA / EFE

Al menos cinco personas, incluyendo dos miembros de las fuerzas de seguridad, han muerto y otros dos han resultado heridos este sábado en una serie de tres ataques con explosivos en Kabul, informaron a Efe fuentes policiales.

Los ataques con bombas lapa tuvieron lugar en tres zonas diferentes de la capital afgana en un espacio de dos horas, explicó el portavoz de la Policía capitalina, Firdaws Faramarz.

La primera explosión contra un coche privado dejó dos civiles heridos y tuvo lugar a las 8.00 horas (3.30 GMT) en el Distrito 4 de la ciudad.

Apenas quince minutos más tarde, una segunda detonación en esa misma zona causó la muerte de otras tres personas que viajaban en coche.

Dos miembros de las fuerzas de seguridad fallecieron en el tercer ataque, también contra el vehículo en el que viajaban, a las 10.20 horas en el Distrito 3 de la capital.

"Estas explosiones están siendo investigadas por los organismos de seguridad apropiados para obtener más detalles", afirmó Faramarz.

Esta nueva ola de ataques llega en medio de un aumento de los asesinatos selectivos en el país asiático, con víctimas que incluyen activistas de la sociedad civil, intelectuales, periodistas y líderes religiosos.

En especial, los ataques a vehículos con bombas lapa y los tiroteos se han convertido en una de las tácticas de guerra favoritas de los insurgentes en Kabul en los últimos meses.

Aunque el Gobierno afgano ha culpado a los talibanes de la mayoría de estos ataques, la formación insurgente solo acepta la responsabilidad de los ataques contra objetivos militares y ha negado en reiteradas ocasiones su participación en atentados contra civiles.

Estos ataques han aumentado de forma significativa recientemente, sobre todo desde el comienzo de las negociaciones de paz el pasado septiembre entre el Gobierno afgano y los talibanes en Catar.

En cinco meses, ambas partes únicamente se han puesto de acuerdo en las reglas del proceso de negociación y no han acordado un alto el fuego o una reducción significativa de la violencia.

Además, las delegaciones del Gobierno afgano y de los talibanes no se han encontrado cara a cara desde hace un mes.