Su tema "Danza de Sol" llegó al segundo lugar de las 105.7 canciones del 2020 según Reactor. Foto: archivo

Cd. de México (09 enero 2021).- Mientras buscaban ropa y discos en un tianguis de Ciudad Nezahualcóyotl, los hermanos Sandoval se encontraron en un puesto con el libro sagrado de los mayas, el Popol Vuh, rodeado de joyas falsas.

Al igual que la visión del águila devorando una serpiente sobre un nopal llevó a la fundación de Tenochtitlan, el descubrimiento del libro representó para los músicos el reconocimiento de su identidad y el nacimiento de Los Cogelones, banda con 13 años de trayectoria que propone un rock-punk con sello prehispánico.

El grupo está compuesto por cinco hermanos, Gabo, Adrián, Beto, Víctor y Marco, quienes honran su ascendencia nahuatlaca, herencia de sus abuelos, al vestir atuendos de danzantes, usar caracolas en el escenario y hasta cantar en lenguas originarias.

"Al mirar nuestra familia y nuestros pueblos nos fuimos dando cuenta de que toda nuestra esencia, rostros, piel y formas de ser venían de allá.

Estábamos en una búsqueda y encontramos nuestros rostros en nuestros pueblos", explicó, en entrevista, Víctor, guitarra y voz del grupo.

"Cuando nos vestimos, no nos ponemos un disfraz, sino que hemos adoptado para nuestra vida ser danzantes, hacer los cantos, ir a un temazcalito a bañarnos espiritualmente, hacer una danza del sol, entender lo que es un ayuno y el trato con la naturaleza".

El dueño del puesto donde encontraron el Popol Vuh no quiso vender el libro, pero terminó por volverse un amigo y les dijo una frase que los marcó: "Mis hermanos, ustedes tienen rostros mexicas, tienen que danzar".

Sólo imaginar que esa frase pudiera resultarle ofensiva a alguien es una fuerza motriz del conjunto para mostrar el orgullo de la cultura.

"Vemos a la gente con mucha raíz nativa de esta tierra que se avergüenza de ella porque eso nos han enseñado en este País, donde el moreno no quiere ser moreno.

"Nosotros tomamos nuestra bandera para enseñarles a los carnales a estar orgullosos de su corazón, y no hay que avergonzarse de nuestros instrumentos, idioma, color de piel y forma de nuestros cuerpos", señaló Marco, baterista.

Para componer sus canciones al fuego y al sol, Los Cogelones no hablan de notas, corcheas ni tecnicismos, pues prefieren crear melodías con sus voces y en ellas descubrir los ritmos.

Y pese a que han tocado incluso en la azotea de su casa, en Neza, Estado de México, los Sandoval experimentaron cierto rechazo del barrio, que no siempre entendió su propuesta, plagada de gritos, y la comparaba con el grupo de cumbia Los Askis.

Aunque han conocido detractores, creen en la unión, pues eso les permitió llegar a realizar su disco Hijos del Sol, lanzado el año pasado y del cual hasta se venden copias en vinilo en París.

Su tracklist incluye cortes como "Nubes Grises", "Misteria" y "Creaturas".

Producido por Pablo Valero, quien fuera guitarrista de Santa Sabina, el disco lo abre "Danza de Sol", enlistada en el segundo lugar de las 105.7 canciones del 2020 según Reactor 105.7 FM.

"Éramos muy atracados y Pablo nos decía que no podíamos brillar todos al mismo tiempo. Por cosas así fue un proceso de maduración musical, empezar a limpiar nuestro sonido gracias a que venga alguien que ha vivido de la música.

"Tuvimos muchas lecciones y se integró el trabajo de mucha gente, como niños de una banda de guerra y hasta estaciones de radio que nos prestaron sus estudios", reconoció Víctor.

Mientras vuelven a los escenarios, Los Cogelones, quienes han tocado en el Radical Mestizo, en el Zócalo, en 2019 y en el pasado Festival Marvin, adelantaron que ya alistan nueva música, pues creen que 2021 es histórico para los mexicas al cumplirse los 500 años de la entrega de Tenochtitlan.

El nombre del grupo hace referencia a los Stenomacra marginella, insectos que comúnmente son vistos en la calle pegados después de aparearse.

Los músicos explican que, metafóricamente, pensaron en el clímax de la vida, pues el sexo representa la unión, el éxtasis y la alegría.