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Pierden escuelas a miles de alumnos

De manera individual, cada escuela de Nuevo León reporta un porcentaje bajo de chicos que no se sabe dónde están, pues no se han reportado a sus escuelas, pero al sumarlos, la cifra se convierte en significativa.
Entre la confusión que representó iniciar a distancia el actual ciclo escolar, hubo niños que tardaron en tener una comunicación con sus maestros
lunes, 7 de diciembre de 2020
Por: Daniel Santiago
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Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO 06-Dec-2020 .-Entre la confusión que representó iniciar a distancia el actual ciclo escolar, hubo niños que tardaron en tener una comunicación con sus maestros.

La mayoría lo hizo con el paso de los días, pero miles más están todavía perdidos.
De manera individual, cada escuela de Nuevo León reporta un porcentaje bajo de chicos que no se sabe dónde están, pues no se han reportado a sus escuelas, pero al sumarlos, la cifra se convierte en significativa.
De acuerdo con un documento de la Secretaría de Educación de Nuevo León facilitado extraoficialmente a Grupo REFORMA, para los últimos días de noviembre cerca de 20 mil niños de nivel primaria no habían tenido contacto con sus profesores desde que las clases reiniciaron en agosto.
La cantidad representa el 3.4 por ciento de la matrícula de primaria, que es de 580 mil 626.

La situación representa un riesgo de rezago aún mayor que el de los niños que sí han trabajado a distancia.
"Esto es alarmante o, por lo menos, debería de serlo para las autoridades educativas", comentó Luis Carlos Villalpando, director de una primaria pública en donde 13 niños de una matrícula de 143 no se han reportado a pesar de estar inscritos.
"¿Dónde están estos niños perdidos? Quién sabe, y van a aparecer cuando las puertas de las escuelas se abran, porque es la manera que tienen ellos para accesar a la educación.

Sí, (hay papás) que no tiene Facebook o tienen acceso limitado a internet".
Los hijos de esos padres de familia son los que el sistema está olvidando.


Aunque de estos estudiantes se tienen sus direcciones y datos de contacto, no hay una instrucción clara por parte de las autoridades educativas para comenzar su búsqueda.
Las Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) tienen la facultad de visitar a los estudiantes en sus domicilios, pero no todas las escuelas cuentan con este servicio.
Algunos maestros han tomado la iniciativa de salir a buscar a sus alumnos o llamarles por teléfono.

Hay casos en los que han tenido éxito, lo que ha evitado que la cifra de niños perdidos sea mayor.
En otros, se han topado con números donde no contestan, o con la resistencia de padres que consideran que sus hijos están protegidos por un sistema escolar que no permite la reprobación o no acreditación, por lo que no ven necesario reportarse con la escuela a distancia.
"Son padres ausentes o padres que están, pero que es como si estuvieran ausentes", dijo el maestro Héctor Chávez, director de una primaria en Escobedo.

¿CÓMO CALIFICARLOS?
La situación ha puesto en jaque a los profesores que hasta hace un mes no sabían cómo iban a evaluar a estos estudiantes inscritos, pero sin información.
Y es que, ante la falta de interacción de la estrategia nacional por televisión de Aprende en Casa II, los maestros han tenido que encontrar formas de comunicarse con sus alumnos para poder evaluarlos.
Mientras algunos niños cuentan con internet y dispositivos para conectarse a videoconferencias, otros más están trabajando con cuadernillos que se les envían por WhatsApp o se les entregan impresos
En un principio, los maestros se preguntaban si a estos niños que no se han aparecido en estos tres meses debían asignarles un 6, 7 o una calificación aleatoria en la boleta de calificación, tal como se hizo al finalizar el ciclo escolar pasado en plena pandemia.
Fue hasta el 8 de noviembre pasado que la SEP publicó los criterios de evaluación, días antes del primer trimestre marcado en el calendario escolar para reportar calificaciones.
La dependencia determinó que los docentes sólo asignarían calificaciones en los casos con información suficiente para evaluar, y que se registrarían en la boleta la leyenda "información insuficiente" o "sin información" al tener comunicación intermitente o prácticamente inexistente con los alumnos.
Es decir, miles de "niños perdidos", de acuerdo con el reporte de Educación de Nuevo León, no tuvieron calificación alguna en este primer trimestre.

SE PONEN LAS PILAS
Los criterios de evaluación anunciados el mes pasado tuvieron cierto efecto inmediato.

Al llegar la boleta y darse cuenta de que sus hijos no tenían calificación, algunos padres comenzaron a reportarse, señalaron maestros.
"Hay papás que apenas se están poniendo las pilas", señaló el profesor Javier Silos, director de una primaria en Escobedo donde 10 chicos no se reportaban.
En el caso de secundaria, la situación puede ser más compleja, sobre todo en zonas de alta marginación.

Una escuela en Escobedo reportó que de sus 670 estudiantes, de 270 no se tiene información.
Las razones son diversas, contó una profesora del plantel, desde la carencia total de internet o de un celular para comunicarse, hasta la desatención de los padres de familia.
También pudo haberse dado un cambio de domicilio o, en esta escuela con niños de otros Estados, el regreso a sus lugares de origen luego de que el padre fuera despedido ante la crisis causada por el Covid-19.
En esta secundaria, señaló la docente, después de las primeras calificaciones reportadas en noviembre, muy pocos niños comenzaron a aparecer, pero espera que más lo hagan para la siguiente evaluación, que será en marzo.

EXCEPCIÓN RURAL
Aunque al inicio del ciclo escolar hubo estudiantes que no se comunicaban, algunos directores de escuelas pequeñas rurales reportaron en noviembre cero casos de chicos "sin información".
"Mi inspectora me dijo: 'Busca los medios para encontrarlos'", contó Gamaliel Cleto, de una primaria en un ejido de Cadereyta, quien distribuye físicamente cuadernillos de trabajo diseñados para los niños.
"Preguntando en la comunidad, dejando recados, los papás se enteraron que los estaba buscando y empezaron a ir semana por semana por los cuadernillos de trabajo".
Daniel Jiménez, de otra escuela multigrado en Cadereyta, dijo que de 15 alumnos sólo uno de segundo grado no se había reportado.
"Tuvimos que hacer trabajo de campo, buscar a la madre de familia, y le dije: 'vengo a ponerme a sus órdenes para que el niño no se atrase'. Ahora ya tengo comunicación con él".

 

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