Roma, Italia (26 noviembre 2020).- Aproximadamente 40 por ciento de la población mundial vive en áreas agrícolas que se enfrentan a una escasez importante de agua, y la falta de suministros representa un riesgo creciente para la seguridad alimentaria a medida que las poblaciones aumentan y el clima cambia, según las Naciones Unidas.
Cerca de 3 mil 200 millones de personas viven en áreas agrícolas con escasez de agua "alta a muy alta" y la competencia por los recursos está aumentando, dijo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés) en un informe.
Muchas operaciones agrícolas que dependen de la lluvia están en riesgo a medida que las sequías severas se vuelven más habituales, y unos ingresos mundiales más altos impulsan la demanda de alimentos intensivos en agua como la carne y los productos lácteos.
Del total, mil 200 millones de personas, una sexta parte de la población mundial, se encuentran en áreas con suministros de agua muy limitados, y la cantidad de agua dulce disponible por persona ha disminuido 20 por ciento en las últimas dos décadas, según el informe.
Partes de Asia y África del Norte han sido las más afectadas, y un número reducido de personas en Europa y América han sufrido restricciones extremas.
La agricultura representa el 70 por ciento de las extracciones de agua dulce del mundo, y la ONU pidió una mejor gestión para mantener los recursos bajo control y aumentar los rendimientos agrícolas.
Incentivar fuentes no convencionales
La FAO considera que invertir en fuentes no convencionales de agua, como la reutilización de la misma y la desalinización, puede compensar la escasez, pero advierte que las innovaciones deben ser económicamente eficientes, socialmente aceptables y ambientalmente sostenibles.
Sobre la desalinización, sus costes han sido siempre el principal obstáculo para su aplicación en agricultura, pero gracias al aumento de la demanda y los avances tecnológicos estos han caído dramáticamente, añade el estudio.
Como ejemplo de buena relación entre costes y beneficios se menciona que las plantas desaladoras en países como Australia, China, México, Marruecos y España, ya son rentables utilizando agua desalada para la agricultura.