En la Oponión
Pbro. Miqueas Cantú Mtz
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Pero encontramos en la Biblia, que Dios nos advirtió de lo malo de este mundo pero nos animó a confiar en él en todo momento. Así que no podemos caer en el pánico, antes ser precavidos y a la vez confiados que el virus no entrará a nuestro hogar.
Hay un cuento que dice que había dos ranas en la granja lechera de Wisconsin, estaban entusiasmadas brincando que no vieron y cayeron en un cubo de crema.
Vamos a rendirnos dijo una sin esfuerzo.
- Continúa chapoteando dijo la otra más optimista.
No vale la pena seguir, estamos perdidas, es demasiado espeso para nadar, demasiado delgado para saltar y demasiado resbaloso para arrastrarnos, dijo la rana pesimista y después de este discurso se dispuso a morir.
La rana positiva continuó chapoteando sin desmayar y por la mañana se encontró en una montaña de masa de mantequilla que atrajo a cientos de moscas que al final fue su premio.
Esta ranita nos enseña que la perseverancia es el secreto en la adversidad.
La perseverancia no sólo es una actividad física si no que es una actitud del corazón que se dispone a no decaer en su ánimo.
Aunque aumenten las malas noticias decida confiar en Dios que él tiene el control. El texto bíblico de Juan 16:33 que dice "En el mundo tendréis aflicción pero confiad, yo he vencido al mundo", nos llena de confianza y esperanza creyendo que esto pasará.
Sigamos la oración ejemplar del almirante Chester Nimitz que inspiró a la flota del pacífico para que ganara la Victoria sobre Japón:
"Dios, concédeme el valor para cambiar lo que puedo cambiar, la serenidad para aceptar aquellas cosas que no pueda cambiar, y la sabiduría para conocer la diferencia, pero Dios, concédeme el valor para no rendirme en aquello que crea es correcto, aunque piense que no hay esperanza".
Dios le bendiga en este inicio de semana.
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