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Lo llaman 'El joven de la energía solar'

Jorge Díaz de 19 años, estudiante del TecMilenio, dirige Līph Energy, su propio negocio de paneles solares.¿Su objetivo? Llevar energía sustentable a comunidades vulnerables. Foto: Cortesía
"Estás muy chiquito, tú no puedes tener una empresa", le dijeron a Jorge Díaz en más de una ocasión, cuando a los 15 años empezaba a trazar su camino en el emprendimiento.
lunes, 17 de febrero de 2020
Por: Dalia Gutiérrez
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Agencia / Reforma
Monterrey, México (17 febrero 2020).- "Estás muy chiquito, tú no puedes tener una empresa", le dijeron a Jorge Díaz en más de una ocasión, cuando a los 15 años empezaba a trazar su camino en el emprendimiento.

Pero él no los escuchó.

Hoy tiene 19 años, es director de Liph Energy, su propio negocio de paneles solares con el que busca llevar energía sustentable a hogares vulnerables de México, y ya fue reconocido por el MIT como uno de los mejores emprendedores sociales del País.

"Yo lo veía como un reto", cuenta el estudiante regio de sexto semestre de Comercio Internacional del TecMilenio.

"No me gustaba que me dijeran eso, pero yo lo veía como un '¿cómo no?, claro que puedo'".

Sus maestros creían que era sólo un proyecto escolar; sus amigos, que no hablaba en serio, incluso algunos familiares dudaban de él.

Pero Jorge consolidó su empresa en el 2017 con ayuda de un grupo de amigos. Han instalado paneles en casas y empresas, y la misma competencia del mercado lo ha bautizado como "El joven de la energía solar".

II.

La chispa
El éxito se lo debe a su curiosidad. Eso llevó a Jorge a leer el titular de una noticia que cambió su perspectiva de la vida: Hay más de 2 millones de personas en México sin acceso a energía eléctrica.

"Para mí eso fue como un golpe porque me puse a pensar y dije: 'Yo todos los días me levanto, prendo un foco y puedo utilizar la energía de la manera en que me plazca'", recuerda.

Su mente no dejaba de darle vueltas al asunto.

¿Cómo podía, él, a los 15 años, ayudar a solucionar ese problema?

"Mi familia siempre ha tenido negocios, y yo siempre había tenido como esa chispita de querer hacer uno, pero no sabía de qué", comenta.

"De repente, se me vino a la cabeza el crear un generador eléctrico y dije: '¿Y si puedo producir energía?'".

Justo en esos días contactó con un profesor, quien le aconsejó que la respuesta estaba en los rayos del Sol.

Nada conocía del tema, admite, pero su curiosidad lo llevó a navegar durante horas entre libros e internet, hasta que entendió mejor.

Así diseño un primer modelo.

"Lo dibujé así, todo austeramente", dice entre risas. "Me acerco con mis amigos, son ingenieros mecatrónicos, les entrego el proyecto y me dicen: 'Esto es un asco de dibujo, pero te vamos a ayudar a mejorarlo'".

Entre todos lograron diseñar un prototipo capaz de producir energía para un hogar... pero necesitarían 2 millones de pesos para verlo materializado.

Su sueño se pudo haber detenido ahí, pero su pasión por los negocios le ayudó a resolver el problema.

"Les dije a mis amigos: 'Oigan, ya tenemos el conocimiento de cómo funciona la tecnología, ¿qué les parece si nos metemos en el negocio? Le vendemos a las personas y con el porcentaje de las utilidades, invertimos en el proyecto".

Dijeron que sí.

Y así nacieron Liph Energy, la empresa, y Liph for Them, su sueño inicial.

III. Con visión social
"¿Cómo voy a confiar en un niño de 16 años?", era la respuesta que escuchaba cada que tocaba puertas en busca de algún cliente.

Pero una vez más, no se dejó vencer, contrató ingenieros con mayor conocimiento y la empresa empezó a crecer.

En el 2018 fue ganador del programa 30 segundos por México, organizado por AT&T y el Instituto Tecnológico de Massachusetts para fomentar el emprendimiento social.

Tras todo el esfuerzo, este año empezarán a llevar energía a lugares sin este servicio.

No sólo buscan prender el foco en el techo de una casa, sino encender toda una comunidad para que logren tener una mejor calidad de vida.

"No sólo queremos llevarle energía a las personas, también queremos formar como todo un grupo económico: Darles trabajo a esas personas, producir energía para ellos y adicionalmente activar económicamente la comunidad".

Para este año ya tienen planeados al menos dos proyectos.

El primero en una comunidad de García y tal vez, dice pronto puedan llegar a otros lugares de México.

"Sería muy ambicioso de mi parte decir que yo quiero erradicar la pobreza energética en México", admite.

"Es muy complicado el que una empresa lo pueda hacer, pero con el apoyo de la comunidad y el apoyo de otras personas, yo sé que vamos a poder llegar a eso".

Sí, confiesa, mientras otros jóvenes de su edad están de fiesta, él trabaja en la computadora, pero la realidad es que para él eso es diversión.

"La idea de un joven es aprender, desarrollarse, crecer y, sobre todo, divertirse.

Cada quien se divierte a su manera, para mí la diversión no está en un antro, está en la oficina trabajando, con un cliente o en un techo instalando".

Ahora sus maestros le muestran su admiración, sus compañeros se acercan a pedirle consejos y su familia está orgullosa.

"Creo que eso es lo más bonito que me ha dejado esto, el hecho de demostrarle al mundo que realmente un niño de 15 años sí puede hacer una empresa", expresa Jorge, "¿por qué no?".

 

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