La mayoría de los migrantes son de origen hondureño. Foto: Edgar Hernández

TAPACHULA

/REFORMA

Los albergues de la frontera sur están saturados por el éxodo de migrantes, quienes se han quedado en la región, sin avanzar hacia el norte, debido al plan de contención del Gobierno mexicano.

Tan sólo el refugio Jesús El Buen Pastor, que dirige la Premio Nacional de Derechos Humanos Olga Sánchez Martínez, ha duplicado su capacidad de alojamiento.

El cupo es para 300 personas, pero en la actualidad atiende a unos 700 extranjeros, la mayoría provenientes de Honduras, expresó la activista.

"Sí, estamos saturados. Tenemos muchas familias, vienen muchas familias, vienen muchos niños. Aquí todo esto (el patio) se llena de gente y no puedes ni caminar", agregó.

Debido a la alta demanda se ha complicado el brindarles ayuda, principalmente de alimentación.

Sánchez Martínez refirió que muchos grupos llegaron antes de la llegada de la Caravana 2020, que la semana pasada fue frenada por la Guardia Nacional.

La activista dijo que las organizaciones y las autoridades no han estado preparadas para enfrentar el flujo masivo de personas.

También comentó que las medidas de contención implementadas por el Gobierno mexicano no han inhibido la migración hacia Estados Unidos.

"No hay que creer en los muros, el hombre no respeta muros, las necesidades no respeta muros, no creo en los muros, creo en la esperanza, en Dios, Dios va dejar que la gente siga migrando, es un derecho de buscar él bienestar de todos, los muros no existen, la gente sigue pasando", remarcó.

David Pierre, de Haití, lleva dos meses en el albergue a la espera que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados resuelva su petición de asilo.

Con su esposa y dos hijos, de 8 y 9 años de edad, llegó a México hace cinco meses en busca de llegar a Estados Unidos pero no lograron avanzar debido a las medidas de seguridad del Gobierno federal.

Carlos Ávila y Jorge Castro salieron de Honduras el 15 de enero junto con la Caravana 2020, pero decidieron adelantarse a Tapachula para esperarla y poder continuar hacia el norte.

Pero como el contingente no pudo avanzar, ahora los hondureños piensan quedarse en la frontera sur en busca de que la Comar les brinde la condición de refugio.