CD. DE VATICANO
AGENCIA / EFE
El Papa Francisco denunció la "injusticia" de rechazar y dejar morir en el mar a los migrantes, al reunirse con los 33 migrantes acogidos por el Vaticano que llegaron gracias a un corredor humanitario desde el campamento de Moira, en la isla griega de Lesbos.
Rodeado de estas familias de migrantes, entre las que había 14 menores, Francisco contó que le regalaron un segundo chaleco salvavidas que pertenecía a un migrante que murió en julio pasado en el Mediterráneo central donde se encontraba a la deriva.
"Nos enfrentamos a otra muerte causada por la injusticia. Sí, porque es la injusticia lo que obliga a muchos migrantes a abandonar sus tierras.
Es la injusticia la que los obliga a cruzar los desiertos y sufrir abusos y torturas en los campos de detención. Es la injusticia que los rechaza y los hace morir en el mar", afirmó.
"Cómo no escuchar el grito desesperado de tantos hermanos y hermanas que prefieren enfrentarse a un mar tormentoso en lugar de morir lentamente en los campos de detención libios, lugares de tortura y esclavitud despreciable".
Acusó la inacción ante los abusos y la violencia que viven los migrantes a merced de traficantes.
Subrayó además que "bloqueando los barcos" no se resuelve el problema y abogó por que se realicen esfuerzos serios para vaciar los campos de detención en Libia..
"Es necesario denunciar y enjuiciar a los traficantes que explotan y maltratan a los migrantes, sin temor a revelar connivencia y complicidad con las instituciones", señaló.
Durante la ceremonia se colocó en una de las salas del Vaticano una cruz de cristal en la que en vez de Jesucristo crucificado había un chaleco salvavidas de color rojo.
Los migrantes, que estaban desde hace años en Lesbos y procedían de Afganistán, Camerún y Togo, saludaron uno a uno al Papa Francisco, que se interesó por sus orígenes y su futuro.
Llegaron gracias a los corredores humanitarios, una iniciativa puesta en marcha por el movimiento católico de la Comunidad de San Egidio, que mediante acuerdos con el Ministerio del Interior de Italia traslada a este país a una cuota de refugiados cada año.