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Deslucida la Corrida Guadalupana

No fue la corrida que esperaba la gente. FOTO: Elizabeth Ruiz
Decepcionó la Corrida Guadalupana en la que solamente se pudo cortar una oreja y el público esperaba mucho más
jueves, 12 de diciembre de 2019
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Guillermo Leal
Agencia/Reforma
México, Cd. de México

Decepcionó la Corrida Guadalupana en la que solamente se pudo cortar una oreja y el público esperaba mucho más.

Fue Sergio Flores el que consiguió ese apéndice, que por cierto, fue cuestionado.

El regreso tras 23 años de ausencia de los toros de Begoña no cumplieron con las expectativas de calidad, aunque en cinco de ellos sí de bravura.

El paseíllo se detuvo para que la México se inundara con el Ave María que los toreros escucharon desmonterados y el público, que hizo una buena entrada, de pie.

Tras ese emotivo momento Sergio Flores lució en aislados muletazos con su primero que tuvo bravura pero se agarró al piso.

Tardó Flores en matar y fue silenciado.

Con su segundo lució al bregar al toro El inicio de su faena de muleta fue poderoso y luego pudo lucir en algunos muletazos templados por ambos lados e incluso en algunos improvisados.

Cerró su faena con estatuarios muletazos por alto.

Tras un pinchazo dejó una estocada fulminante.

Le concedieron una oreja que algunos aficionados cuestionaron.

Terminó dando la vuelta al ruedo sin ella.

Emotivas fueron las verónicas de Roca Rey a su primero, un emotivo astado que después de provocar, con su bravura, un tumbo al picador David Vázquez, colaboró en un buen quite por chicuelinas que hicieron vibrar al público.

Salieron al tercio los banderilleros Luis Castañeda y el español Paco Durán.

El inicio de la faena fue escalofriante con dos péndulos, uno de lejos y otro de cerca que pusieron de pie a algunos aficionados.

La bravura rebasó al animal que se tornó complicado.

Después de una estocada traserita terminó su actuación.

En el quinto fue sancionado el picador español José Quinta quien traspasó las rayas del tercio.

Luego el astado, que le brindó a Tere Gual, esposa del ganadero Baillères resultó deslucido y poco pudo hacer el peruano.

Para colmo mató de una estocada muy trasera.

Luis David brindó el tercero del festejo al licenciado Alberto Baillères por el regreso de Begoña tras 23 años de ausencia.

Pocos muletazos le permitió dar a Luis David Adame por su falta de raza.

El sexto, un astifino, animal rehuyó recargar con los caballos como lo hicieron sus hermanos.

Ordenaron entonces banderillas negras, colocaron un par, pero después un oficioso le dio a un banderillero otro par que no era de negras y el público se molestó.

Al salir del par saltó la barrera y detrás de el toro.

El público se enfadó y comenzó a arrojar cojines a la arena.

El juez entonces decidió regresar al toro a los corrales.

Salió un reserva de la vacada titular que poco se prestó para el lucimiento.

Luis David lo mató pronto, pues además hubo un conato de bronca que distrajo a los aficionados.

Deslucido

Sergio Flores: silencio y oreja cuestionada.
Andrés Roca Rey: palmas y silencio
Luis David: silencio y silencio.

 

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