Estrictamente hablando, el único cambio normal que deben tener los senos en el embarazo es un crecimiento uniforme, advierte Luis Arturo Hernández López, subdirector de Ginecología y jefe de Oncología del Instituto Nacional de Perinatología (INPer).
Cuando las mujeres embarazadas detectan anomalías en sus senos, como aparición de un nódulo, retracción del pezón, sangrado, enrojecimiento o aspecto de piel de naranja, deben acudir a revisión de inmediato y no confiarse en que esto se debe al embarazo, agrega.

"No pueden sacar la conclusión de que les salió una bola o sangre por el pezón porque están embarazadas", precisa.
Señala que si ante un cambio, la embarazada acude el médico y éste minimiza la situación, hay que buscar una segunda opinión, y de preferencia con un oncólogo.

Explica que en el INPer atienden al año, en promedio, a unas 15 o 20 mujeres embarazadas con cáncer de mama.
De acuerdo con el especialista, el embarazo no causa cáncer y el cáncer, por sí, no complica el embarazo.
"La relación que existe y que se vuelve problemático es el hecho de tomar las decisiones de tratamiento; saber qué ofrecerle a cada paciente; cuál es el pronóstico de recuperación; cuáles son los riesgos para el feto que está dentro del útero".
Indica que para decidir el tratamiento se tiene que tomar en cuenta en primer lugar el grado de avance del cáncer en cada paciente, y en segundo lugar, el avance del embarazo.
"No es lo mismo si una mujer es diagnosticada con cáncer cuando le faltan dos semanas a que nazca el bebé; a que si la detectamos cuando le faltan siete meses y medio".
Por lo que el diseño del tratamiento tiene que ser personalizado, puntualizó.
"Cuando han rebasado el primer trimestre, digamos que pasaron a la semana 12 a 14 las podemos someter a quimioterapia, obviamente seleccionando los fármacos menos agresivos para el feto, pero eficaces para el cáncer y así tenemos embarazadas recibiendo su quimioterapia.
"A veces es necesario operarlas de la mama estando embarazadas.

El problema grave es cuando el cáncer se detecta al inicio del embarazo porque el embrión es más sensible a ser dañado por quimio o radioterapia" detalla.