CD. DE MEXICO
/REFORMA Con los novillos menos colaboradores del buen encierro del ganadero Aurelio Franco, el novillero capitalino tuvo la más destacada actuación, en un festejo donde los novilleros tlaxcaltecas Sebastian Palomo y Emiliano Macías no anduvieron bien.
En el tercero José María Mendoza, quien después de estar variado con el capote, se lo brindó al Monosabio Porfirio Sánchez quien habrá de retirarse en la próxima temporada.
El novillo no tuvo las condiciones de sus anteriores enemigos, embistió con la cabeza a media altura pero José María lo entendió muy bien y anduvo esforzado con él, sin faltar los detalles de buen gusto.
Pinchó antes de una estocada y oyó un aviso. En este novillo salió al tercio el subalterno Fernando García. Luego en el sexto consiguió una faena variada con muletazos algunos de buen trazo que, tras rematados con una estocada, le valieron una oreja y dar la vuelta al ruedo con el ganadero.
Sebastián Palomo inició la tarde sin mucho convencimiento, dejó que los subalternos hicieran su labor en el primer tercio. Luego cuando quiso se topó con un astado bravo y exigente.
Su poca convicción le llevó a pasar apuros. Pinchó dos veces antes de tres cuartos de estocada. Oyó un aviso. En su segundo, un novillo con el trapío de un toro que mereció aplausos a su salida, salió al tercio por octagésima ocasión el banderillero Christian Sánchez.
Poco oficio se le vio al joven tlaxcalteca quien quiso, pero no pudo. Con más determinación salió Emilio Macías a su primer novillo que, como su hermano, tuvo bravura y además recorrido.
Bien estuvo Macías con el capote y mejor en sus primeras tandas de muleta. Tres veces entró a matar y tres veces lo revolcaron. En la tercera fue trasladado a la enfermería.
Sonó un aviso. Fue su hermano Sebastián Palomo quien lo descabelló. Con el quinto un astado bravo, Emiliano no supo qué hacer con un astado bueno pero que al no poderlo matar se le fue vivo tras los tres avisos.