REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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MARÍA PERMANECE DOLOROSA AL PIE DE LA CRUZ

…"Jesús, viendo a su madre y, junto a ella, al discípulo que amaba, dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí a tu madre"… (Jn 19, 26-27)
domingo, 15 de septiembre de 2019
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Reza la oración del" Stabat Mater dolorosa" en la Santa Misa de los siete dolores de la Santísima Virgen, en memoria del valiente amor consagrado en la agonía de su Santísimo Hijo al pie de la cruz del Calvario; …"La Madre piadosa estaba de pie junto a la cruz y lloraba, mientras el Hijo pendía"… Meditación que nos hace vivir al lado de María Madre de Nuestro Señor Jesucristo el sufrimiento que padeció durante su pasión, crucifixión y muerte de la que es parte íntima en la obra de redención para salvación de la humanidad.

Podría entenderse que después de estar al lado de su Hijo en el suplicio del Calvario, Nuestra Madre María Santísima había cumplido su labor de madre del Redentor y ahí terminaría su misión, mal comprendida la obra que Cristo Nuestro Señor vino al mundo a redimirlo del pecado, tengamos presente que su obra de misericordia es salvarnos eternamente de nuestras miserias, flaquezas y debilidades que según nuestro estilo se justifica diciendo ser inconscientes de lo que hacemos, cuando en realidad somos tolerantes de ellas porque sabemos lo que hacemos, por eso se endurecen los corazones apegados al materialismo y paganismo que niegan la espiritualidad e inmortalidad del alma, perversión que hoy la humanidad se ha dejado seducir por la frialdad de los sentimientos del amor obligado a Dios y al prójimo calificándose de pensamientos soñadores, los pocos, conmovidos de la situación mundana de los habitantes del mundo, afirman convencidos la maternidad de María Santísima para bien de las almas que pasan, están y pasaran por este mundo, entienden y comprenden que está divina gracia inmerecida recibida de su Hijo Cristo Nuestro Señor María continuará su labor de Madre amorosa, tierna y apasionada como fue en su divino Hijo Jesús.

María permanece dolorosa al pie de la cruz; María continúa en este siglo que la necesita más que nunca al pie de la cruz; María prolonga como Madre abnegada la súplica que ruega e implora clemencia derramando torrentes de lágrimas de las que cada gota lava la iniquidad del hijo en punto de perdición por su desapego de no aceptar a su Creador; sus lágrimas incesantes ante su divino Hijo al pie de la cruz es por tu alma, la mía y las de todos los siglos insiste y persevera empeñada porque conoce la situación espiritual, moral y familiar de las almas viendo que su Hijo ve a diario el desapego a su divinidad y la negación a su Creador, el desprecio a su palabra es la perversidad de una humanidad en evidente decadencia, que irónica se mofa de los valores de salvación, estos y más señalamientos son la corteza de un árbol que en sus entrañas está invadido por la plaga que le va carcomiento, por encimita deja ver una falsa apariencia de una fortaleza perdida, así son las asperezas adheridas a los corazones resecos, marchitos y consumidos por los males en que están sumergidos, no obstante este cuadro contrario a la palabra de su Santísimo Hijo a su pueblo y al mundo de todos los tiempos.

María Corredentora, mediadora de todos los bienes es el medio para profundizar en el misterio de Cristo. En una palabra, Nuestra Madre María Santísima vive en todo instante el bien de nuestra alma al pie de la Cruz ante su divino Hijo, ¿Y nosotros por los que es su abnegación maternal, correspondemos? ¿Acaso nuestro corazón es un témpano de hielo que no conmueve la razón que nos expresa el Stabat Mater dolorosa?; …"Por los pecados del mundo vio a Jesús en tan profundo tormento la dulce Madre"… ¿Cuántas cosas vivió y conoció el Inmaculado corazón de María Madre de Jesús al pie de la Cruz? A nuestra pequeña sabiduría increada le parece increíble comprender que llegar nuestra Madre al pie de la Cruz era menester que también su corazón sea rasgado por su atribulada mortificación con los mismos dolores de su Santísimo Hijo, o sea que para tocar nuestra conciencia reconocer el camino del bien y del mal que nos dice que los azotes en la flagelación, los golpes en su divino rostro, la corona de espinas puesta con indecible desprecio, los escarnios, mofas y burlas de una plebe que ocho días antes lo aclamó le recibe con clavos en sus divinas manos y pies, para quedar mostrada la ignominia humana lleva la cruz a cuestas cayendo con ella en tres ocasiones por el peso de los pecados de todos los siglos y que María cuando lo vio cargado la cruz y tendido en el suelo comprende la razón del peso y sus tres caídas, el corazón de su Santísima Madre desolado por los injustos insultos que recibe hasta verlo crucificado injustamente lo vive en carne propia lo que sigue viviendo su Inmaculado Corazón, el sufrimiento de la Madre amantísima al pie de la cruz, volvemos a la oración inicial reza; …”Y ¿Quién no se entristeciera, piadosa Madre, si os viera sujeta a tanto rigor?" … El mismo dolor que vivió ante su hijo Jesucristo en la cruz, es el mismo que hoy vive por las almas a ellas heredada al repasar sus corazones descubre al instante amarguras, dolores y penas, sinsabores, engaños y adulterios, sacrilegios y perversidades sexuales, descubre todo, su corazón no descansa de pena y dolor en buscar agradar a su amado Hijo porque no obre el brazo de justicia, su corazón de Madre de Dios le permite encontrar medios, formas y esperanzas de salvación se multiplica como se despliega un ejército en orden de batalla, no deja lugar al enemigo del alma depositando su consuelo maternal obra su esperanza de Madre que tranquiliza la pasión desbordada por el demonio por perder esa alma que está bautizada, María es vencedora.


En la obra del Padre Federico Faber, "María al pie de la Cruz" ilustra con acertada semblanza los dolores de María indescriptibles los que compará al océano que a nuestra vista es bello, calmado, paisajes hermosos y esplendorosos, pero no se ve su vida interior, sus vertientes marinas, arrecifes, rocas, toda clase de peces y todo habitante que en él vive, las corrientes y todo lo que no vemos, pero sabemos que existen millones y múltiples clases de peces, plantas y tantas cosas más, por lo que expresa; …"Pues esto que sucede con el océano de dolores que mueve sus olas sobre las escondidas profundidades del corazón sin mancha de la Madre de Dios.

Lo que de ella se nos permite ver nos maravilla, sin embargo, es nada comparado con la grandeza de lo que nos esconde. ¿A qué podremos comparar esas angustias? Lo primero que llama nuestra atención en los dolores de María es su inmensidad.

Suele representarse el amor de María como fuego que ningunas aguas pudieran apagar, y con el mismo encarecimiento han hablado los dolores de la Virgen"… Los Santos Evangelios no hablan de los dolores de María, pero como dicen los santos Padres de la Iglesia; …"No lo hizo porque le era imposible expresarlos; porque los dolores pequeños hablan, pero los grandes guardan silencio.

Sólo dice el Evangelio que la Madre de Jesucristo estaba al pie de la cruz"… El Señor paciente espera pecador no perdona sino hasta que el pecador arrepentido acuda contrito a solicitárselo; en el caso de nuestra Madre María Santísima es todo lo contrario, obra como la madre más amorosa de todas las madres, obra como la madre más comprensiva de todas las que existen, obra misericordiosamente más que todas las madres del mundo juntas, provee, alienta y anima, motiva, alivia y consuela, fortalece y vivifica, es de creer y aceptar que estos medios son pocos comparados con los que ella introduce en los corazones fríos y apagados, frívolos y pendencieros que cierran su ser a no escucharlos, a no aceptar la abnegación de María Nuestra Madre sin comprender que ella es nuestra libertadora, es la puerta de cielo, no se piensa en los dolores y lágrimas con que la abrumamos al dejar de lado su caritativo amor, quien esto hace y no se ofenda es un miserable, más Ella no se desanima, desborda a profundidad en los corazones, su dolor es una espada dispuesta a cortar de tajo el camino escabroso del pecado, la única cuestión es que el miserable pecador reaccione y viva en su corazón el amor de María que es de la misma intensidad y furor que dio a su Santísimo Hijo en Belén, Nazaret y el Calvario al pie de la cruz; ¿Por qué se desecha? Es la miseria humana.


A partir de la Anunciación inician en María sufrimientos y padecimientos. No da a conocer a su esposo José la aparición del Ángel, ni la concepción por obra del Espíritu Santo, pero José no duda un instante de la santidad de María quien deja todo al cielo y lo guarda en su corazón, pasando al momento en que arriban al pesebre de Belén los pastores a quienes él ángel ha anunciado; …"Hoy os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo Señor"…Palabra que dieron a saber a María y José, la que María guarda en su corazón, entramos ahora al momento de la presentación del Niño Jesús al Templo donde acude la Sagrada Familia a cumplir la obligación de presentar al primogénito que será llamado Santo.

Estando en el Templo se hace presente Simeón y hace saber a sus padres; …"Bendíjolos, entonces Simeón dijo a María, su madre: Este es puesto para ruina y para resurrección de muchos en Israel, y para ser una señal de contradicción, y a tu misma alma, una espada la traspasará, a fin de que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones"… Ha profetizado el rechazo del Mesías por Israel que conocerá María al pie de la cruz, todo lo guardo en su corazón, pues hasta ahora todo había sido glorioso, la profecía fue en María el primer dolor que retiene en su corazón su admirable silencio.

Viene el momento que el ángel en sueños anuncia a José la urgente partida a Egipto, Herodes busca al Niño para quitarle vida, reza el Evangelio; …"Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto, donde permanecerás hasta que yo te avise[.]Y él se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche y salió a Egipto" …Sin dar excusas o pedir explicación o aclaración José obró al instante, por ello es modelo de obediencia.. En María no hubo sino obedecer al mandato de su esposo José respondió al instante, no hubo como ahora se estila que la mujer quiere explicación, si me conviene voy, ese lugar no me gusta, está lejos, vaya diferencia.

María en su corazón repasa una inquietud ¿Por qué quieren quitar la vida a mi Hijo? Mas vino a su memoria la profecía de Simeón; …"Una espada"… Y este segundo dolor lo guardó en su corazón.
La angustia que padecida por María y José cuando al volver de Jerusalén donde cada año asistían a la Fiesta de la Pascua, esperan la llegada de Jesús en el lugar acordado pasa el tiempo y no se hace presente, observan la llegada de caravanas que vienen de la ciudad, preguntan a sus parientes si lo han visto, y nadie da razón de Él, hasta que la intuición de madre le lleva a considerar que a Jesús gusta de estar en el templo, convencidos de ello regresan a Jerusalén angustiados y preocupados por lo que pudiera pasarle, no vislumbran que nada le pasará pues es el Hijo de Dios, eso no viene a su mente sino un solo deseo: verlo, en ello nos enseñan que cuando por nuestros pecados perdemos a Jesús, vayamos al Templo ahí lo encontraremos.

Llegan y buscan en las naves hasta encontrarlo en medio de los doctores y dijo María; …"Hijo, ¿Por qué has hecho así con nosotros? Tu padre y yo, te estábamos buscando con angustia"…Y vino la respuesta de Jesús; …"¿Cómo es que me buscabais? ¿No sabíais que conviene que Yo esté en lo de mi Padre? Pero ellos no comprendieron las palabras con que les habló"…Lo importante para María y José fue encontrarlo y verlo fue gozo único, pero sus palabras María las guardó en su corazón, este fue un momento muy difícil sentirse culpables de no encontrarlo, María reconoce en su corazón la repetición de los dolores anteriores.


Pasan treinta años donde el Niño de ser jovencito llega a la madurez, María ilustrada por Él en la ciencia de Dios, le manifiesta las cosas en que fue dando a conocer la misión encomendada a Él, por Dios su Padre, pero aún así la Madre llegado el momento de salir al mundo estaba resignada, pero no se queda en el abrigo del hogar, María lo observa de lejos, se acerca prudente y escucha de las personas lo que piensan de su Hijo.

Cuando las cosas toman camino de su pasión a la redención de las almas, Jesús encuentra a su madre en el momento que lleva la cruz sobre sus hombres, al verlo fue la única alma que comprendió lleva cargando en la cruz los pecados de todos los seres humanos que han, están y vendrán al mundo, peso tremendo que le hizo caer en tres ocasiones en forma por demás indecible, al verlo María casi estuvo al punto de morir, pero Dios la fortalece y así vive el dolor de una espada más clavada en su corazón.

Llega Jesús al monte Calvario, María a distancia sufre cada gesto, dolor y expresión de su Hijo que le hiere mucho más, sufre en demasía ver lo que hacen a quien es la verdad eterna, acepta duramente porque entiende que va a la redención de las almas.

Y entra el momento que Nuestro Señor perdona a quienes lo injurian, perdona al ladrón, pero vino el momento solemne en que atraído por la presencia de María Santísima en todo el trayecto de la vía de dolor, María habla de su corazón al de su Santísimo Hijo, ambos unidos, ella lo consolaba, y Él la conforta, pero era necesario dejar su palabra en los sentidos de los ahí reunidos anuncia a ellos que eran pocos y a los siglos pues los suyos al escuchar se gozaron, los demás la gente del pueblo de ella surgen insultos y críticas, entonces padeciendo sus últimos momentos de dolor se dirige a su amorosa madre envuelta en el agobio por el dolor de su corazón; …"Junto a la cruz de Jesús estaba de pie su madre, y también la hermana de su madre, mujer de Cleofás, y María Magdalena.

Jesús viendo a su madre y, junto a ella al discípulo que amaba, dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí a tu madre.

Y desde este momento el discípulo la recibió consigo"…Vive María el dolor de la partida de su amado, y su deseo de ser la madre de la humanidad responsabilidad que desde ese instante ha llevado a pesar de la ignominia humana.

El dolor en ella no cesa, otra espada clavada en su corazón. Imaginemos a nuestra Madre al pie de la cruz, escuchar a su Hijo amado exclamar; …"En tus manos encomiendo mi espíritu"… Verlo inclinar su rostro, ha muerto el Hijo de Dios hecho hombre, ha muerto el hijo de sus entrañas, ha triunfado en su misión redentora, pero me quedo sola, ¡No! Ahora Madre tu amor se ha agigantado aún más, ahora todos los seres humanos son hijos tuyos heredados en el momento culminante de la redención, el Señor tenía para ti una misión única, porque en su corazón está la realidad de su madre, la única que por su amoroso corazón modelará las almas a su salvación, ello implica que María permanece dolorosa al pie de la cruz, ¿acaso la humanidad lo entiende?
hefelira@yahoo.com

 

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